Capitulo N° 5

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Vuelve a decirme lo de siempre
Que me quieres pero no puedes tenerme
He hecho lo imposible por hacerme el fuerte

Julia repite la canción.

Duele más tenerte que el dejarte ir
Prefiero un lo siento antes que no sentir.

Es consciente que hay partes que no sabe bien.

Me dijeron ve por todo y fui por ti
¿Hasta qué momento si se aprende y hasta que momento se pierde el tiempo solo por seguir?

Lágrimas caen por sus mejillas.

Dicen que lo bueno tarda y yo llevo esperando tanto tiempo
Que lo bueno no quiere venir.

Los recuerdos de años pasan a toda velocidad en su mente.

Ya que todo el mundo te aconseja es suficiente
Para que seas lo que quieren pero no feliz

Julia sigue tarareando, las lágrimas caen y su ropa esta mojada de tanto haber llorado.

-¡Soy una estupida! -dice lanzando la copa que tenía en la mano mientras la canción de Sebastián Yatra en el estéreo se repite.

Ella está sumida en su tristeza, tanto que no se da cuenta que la observan por el vidrio.

Tan sumida en su vida que no es capaz de ver que hay más gente a su alrededor viéndola, una persona en especial que haría lo que fuera por no verla llorar.

Él la mira por el vidrio con las manos hechas puños pero nunca lo golpea a pesar de que ese sea su principal deseo, sacarla del hoyo en el que esta metida pero para eso tendría que salir él del suyo.

Se rie mientras la mira, ya había intentado salir de ese agujero sin éxito e intentar ayudarla solo seria comprometerla más o correr el riesgo de que ella también caiga y eso era lo que menos quería.

Julia lloraba desconsolada mientras Pablo estaba con otra, en los brazos de otra, creyéndose el maestro del engaño dándole a su esposa toda la culpa por sus relaciones de una noche. Pensando que al culparla él quedaría exonerado, inflando el pecho como un vencedor cuando su vida no era una competencia y en definitiva su matrimonio no era la batalla final para el gran premio.

Él la seguía observando, la miró hasta que se quedo dormida y solo así se sintió capaz de volver, temía que Pablo volviera y maltratara a Julia porque solo le faltaban golpearla y entonces él enloqueceria, olvidaría su juramento de distancia prudente e iría por ella.

-¿Dónde estabas? -pregunto una voz familiar.

-¿Importa?.

-Sigues vigilandola ¿verdad? -dijo con furia.

-Ese no es tu jodido problema.

Julia solo tenía un problema aparte de su marido gigolo, nunca veía a otros mirándola su vida giraba en torno a su tristeza, a sus días vacíos y solitarios. Tal vez con un poco de suerte notaba la sonrisa del cajero en el supermercado o el saludo de los hijos del vecino pero en síntesis Julia nunca veía nada.

Lloró hasta quedarse dormida sin ningún abrigo y sin ningún marido amoroso ayudándole a ir a la cama, mientras Pablo se divertía y reía como hace años no pasava con su esposa, por la depresión que la aquejaba y ella se negaba a tratar.

Pablo bebió, bailó y besó a otra mujer aunque el remordimiento le llegará mañana ni importaba él quería bailar esta noche, quería ser feliz a pesar de poder serlo a lado de Julia.

Pablo llegó al amanecer, encontrando a su mujer dormida en el sofá, vio los platos, las velas y su caveza recién concateno las fechas.

-Nuestro aniversario -dijo al darse un golpe en la frente.

Salió de la casa para buscar flores, un regalo algo que justifique su falta en tanto Julia despertaba, sintiéndose una mierda, la culpable de todo aún con todo eso buscó a su esposo por la casa mas no lo encontró por lo que en un arranque de rabia empujó todo lo que estaba en la mesa.

No quería quedarse esperando a Pablo así que se arreglo para salir de forma rápida, sacó dinero y salió vestida para ir a entrenar aunque solo iría a correr a un parque cercano todo lo que quería era salir de esa casa que parecía más una prisión.

Salió para comenzar su rutina, intentando que el ejercicio y el cansancio hicieran que el odio desapareciera, una tarea difícil sin duda, corrió en el inmenso parque estilo bosque que tenía en frente, siguió por un buen tiempo hasta quedar agotada.

Al sentarse en el pasto, escucho unas voces.

-¿Por qué tan solita? -dijo un hombre.

-Debería irme -respondió.

-Pero si ya estás aquí -se acercó más a ella.

Julia se alejo en acto reflejo.

-Vamos -le apretó el brazo- solo será un momento.

-No quiero.

-Te gustará -decía sin importar la opinión de ella que estaba muerta del miedo.

-Sueltame -forcejeo.

A pesar del miedo que sentía, intentaba mostrarse fuerte, si iba a perder la batalla lo haría con dignidad.

Lo que ella no sabía era que todo era un jugada del destino porque esos tipos la conocían y estaban muy cerca suyo, si la trataban de ese modo era solo para atraer la atención de otro.

Los ojos de Julia estaban cristalizados, a punto de soltarse a llorar cuando apareció una tercera figura.

-¡Dijo que la sueltes!.

Ella reconoció la voz como la de aquel hombre que la había sacado de la casa abandonada, sabía quien era aunque se negaba a ver su rostro.

-Esa era la idea -dijo el hombre que aún sostenía a Julia- que salieras del escondite.

-No lo hagas Rash -pidió el muchacho.

-Es tuya -la soltó.

Julia estaba aterrada y solo quería volver a casa, cuando el muchacho le agarró la mano con delicadeza.

-En verdad lo siento -pronunció temeroso- soy Teo.

-¿Tu?.

-Yo.. -bajó la mirada- yo te saque de la casa por esta razón aquel día.

-No me toques.

El rencor en los ojos de Julia era evidente, y así se arrepintiera de por vida Teo no pudo evitar lo que salió de su boca.

-¡Soy yo! ¿Acaso no me reconoces?.

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Nuevo capítulo

Al fin saben quien es Teo..

Pero no saben sus intenciones

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