Capitulo N°6

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¿Qué tan a menudo tiene pensamientos suicidas?

¿Con qué frecuencia usted desea morir?

¿Alguna vez a estado al borde de un precipicio?

Del 1 al 10 ¿Cuanto valor le da a su vida?

Julia leía las preguntas y no sabía a ciencia cierta que contestar, sus respuestas sonarian locas.

Sus ganas de vivir no eran muchas, sus expectativas a futuro eran nulas, ella solo deseaba desaparecer y sabía que eso era suicida.

Muchas veces salía a correr y desviaba a un mirador pequeño de la ciudad, uno donde solo debia dar un paso en falso para caer.

¿Tenia pensamientos suicidas? Los había tenido en el pasado cuando se entero que era estéril pero era demasiado débil para tomar la decisión.

Aún cuando pasaba horas frente al vacío nunca decidía solo miraba, siempre observaba y con el paso del tiempo se había convertido en la espectadora de su propia vida.

Ella no manejaba todo lo que le pasaba, lo hacían otros. Era un problema constante en su vida, siempre parecía que ella era un pasajero más de esos que no pueden hacer más que mirar el paisaje y creía que el momento de bajar de ahí llegaría.

Pero jamás llegaba, siempre era espectadora nunca protagonista ni participante. Eso estaba llegando a cansarla.

Teo, Teo era todo lo contrario él siempre había sido protagonista de su vida y la había manejado desde el primer plano.

Eso también conllevaba problemas, hay que saber guiar para conducir y él manejaba desde su perspectiva sin parar para ver si iba por el camino correcto, sin pedir instrucciones solo seguía para adelante.

No importaba si eso lo llevaba a la destrucción, él siguió adelante hasta que el día que quiso frenar era demasiado tarde, se dio cuenta que estaba pérdido y que era casi imposible hallar el camino de regreso.

A pesar de eso, era más optimista que otros e intento salir, arrastrando muchas vidas en el proceso.

Llevando caos por donde iba, él sabía sus culpas y las penas que debía pagar algún día. No eran con la justicia al menos no con la terrenal pero si con Dios.

Estaba preparado para el castigo pero quería esperar, hacer todo lo posible por arreglar lo que rompió aunque era irreparable. Después de todo por eso volvió.

Para terminar estaba Pablo, se convirtió en lo que según él las circunstancias lo volvieron, pero una persona fiel no se convierte en infiel por arte de magia.

Una persona buena no se convierte en alguien malo porque no tiene nada que hacer o por simple descuido, todos somoa un poco malos, un poco irresponsables, un poco infieles y solo queda en nosotros saber contener a los demonios que llevamos dentro.

Eran días malos y Julia no quería recordar quien era Teo, ni el mismo Teo queria recordar su nombre se sentía idiota por haberle confesado la verdad.

Deade ese día Julia se sentía incapaz de volver al parque y lo que hizo por esas dos semanas fue ignorar a su esposo mientras dormía en el cuarto de visitas y desviar al mirador para quedarse cada vez más tiempo frente a él.

La idea de hacerse valiente y saltar cobraba fuerza, cada vez que iba a hacerlo retrocedía.

-No puedo hacerlo, soy cobarde ¡Una maldita cobarde! -Gritaba con lágrimas en los ojos, lágrimas de enojo e impotencia.

Comenzaba a sentir rencor por los demás, eso la había convencido de hacer el test por suicidio.

Ahora que estaba frente a la computadora no tenía idea de que responder, tenia miedo de parecer una demente y correr el riesgo de ser reportada a través de su información en linea.

Pablo estaba ausente y cuando se quedaba en casa solo queria perdón o se comportaba histérico.

Hoy en la mañana había estado a punto de golpear a Julia.

-Ven a desayunar -le dijo.

-Pablo, no quiero verte.

-Solo pido compartir la mesa con mi esposa -reprendió.

-Quiero estar sola, ya te lo habia dicho.

Pablo la miró desde la puerta fe la habitación con furia y comenzo a gritar.

-¡No tengo nada a tu lado! ¡Absolutamente nada! Ahora ni siquiera puedes acompañarme a desayunar es ridículo!!.

-¡Déjame sola! -Gritaba a la par Julia.

Él comenzo a jalar su brazo para que lo acompañará y el forcejeo termino con ella en el piso.

Pablo amenzante levantó su brazo para golpearla.

-¡Hazlo! ¡Hazlo! Solo eso te falta.

Julia no comprendió la gravedad de sus palabras hasta que vio la mano de su esposo rozando su mejilla.

-No te daré el gusto -fue lo último que le dijo.

Cuando se fue ella rompió en llanto y no supo donde se había todo ese amor que profesaban juntos.

En paralelo estaba Teo, bebiendo y haciendo todo aquello que muchas veces había prometido dejar, no había vuelta atrás y él lo sabía.

La vida real no era como ellos habían imaginado y Teo deseaba olvidarla. Ya no quería ser su superhéroe solo quería huir de todo.

Sus escapes eran métodos poco ortodoxos pero bastantr útiles para él, mezclar el alcohol y otras sustancias para olvidar era un peligro constante de muerte.

Aunque a Teo le encantaba bailar con la muerte frente al espejo, aquella que solo intento llevárselo una vez a pesar de todos sus desmanes, aquella que intento robarle lo que más amaba y a cambio de devolversela le hizo jurar que siempre habría tiempo para que  bailarán juntos.

Pablo descubrió un problema más grave que la muerte, la vida.

Aquella que esta prohibida si tienes una esposa en casa que esta impedida de dartela, eso era mucho peor que la muerte.

Julia se pasaba el 50% del tiempo que pasaba en su casa durmiendo y fue en uno de eso días, cuando estaba odiando a todos que lo vio.

-Te amo.

Dos palabras, un muchacho bastante sexy y joven la trajo a lo que significaba su muerte.

Ella ya sabia quien era Teo.

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Gracias por leer.

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