CAPÍTULO 1

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Años después...

- "Feliz cumpleaños – la voz de Karen, su mejor amiga retumbaba a través del teléfono".

- "No lo digas tan alto que te van a escuchar" – le regañó.

- "No me importa Alessa solo cumples veintiséis años una sola vez en la vida."

Le dijo riendo.

- "Tienes razón" – afirmó.

- "Entonces no tengo más nada que decirte, sólo que nos veremos en el club esta noche."

No le dio tiempo a nada. Simplemente le colgó la llamada.

Siguió con lo estaba haciendo. Se desempeñaba en la parte de informática de la empresa petrolera de su padre, pero asignada al departamento de contabilidad. Así que sabía muy bien cómo se movía el dinero.

Hacía tres años que trabaja ahí con un perfil bajo. Tenía una lucha por los derechos a la herencia de su padre desde que había salido de la adolescencia.

Estaba consciente de que Gissel por ser su esposa le correspondía un poco más del dinero, pero estaba muy segura que le ella no había quedado excluida, como le hacía creer.

Cuando cumplió dieciocho años, tuvo que acudir con el abogado de su padre para que le ayudara a pagar sus estudios ya que ella no quería hacerlo. La malvada era muy astuta una vez le dijo que lo que se hacía en la empresa no era para ella que se dedicara a otra cosa, como por ejemplo a ser una mujer de hogar.

Alessa no le hizo caso y se fue a la universidad. Cuando estaba a la mitad de sus estudios tuvo su primera demanda legal en contra de Gissel para poder manejar su fideicomiso a los veintiún años. Regresó con un titulo en Administración de Empresas y hacía solo un año había terminado su maestría en Economía y Finanzas el cual fue uno de sus principales victorias.

Otras de ellas fue cuando después de muchas discusiones y amenazas de otra demanda realizó las gestiones para poder trabajar en la empresa que era su patrimonio familiar.

Tuvo que hacer muchos cursos personalizados para poder adaptar su conocimiento universitario con la informática.

Estaba en su pequeña oficina cuando la puerta se abrió de pronto.

- Veo que estás de muy buen humor.

Le dijo la recién llegada.

-¿Qué se te ofrece Mariana?.

- Vengo a decirte que mamá no quiere que aparezcas en la reunión de la junta directiva mañana.

- ¿Cuál es la razón?.

- Viene una persona muy influyente del ramo petrolero.

- Te recuerdo que soy accionista de esta empresa.

Mariana se acercó con rabia y colocó las manos sobre su escritorio e inclinó la cabeza.

-No eres nadie – le dijo con asco – eres solo basura.

Alessa se levantó de la silla inmediatamente y se colocó nariz con nariz con ella.

- Soy Alessa Sinclair – dijo – la única hija de Jonathan Sinclair. Algo que ni tu hermana, tu madre y tu serán algún día– le dijo eso último con desdén.

-Eres una idiota. Te juro que algún día acabaré contigo.

-También te hago una promesa, Mariana. Todo lo que me han hecho ustedes tres, lo pagarán muy caro.

BlackGold ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora