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Había tomado la decisión. Le encantaba que Alessa Sinclair fuera una salvaje. Así iba a tener diversión al domesticarla.
La noche anterior tuvo que utilizar todo su autocontrol para que el impulso de dominarla no dañará sus planes, sabía que con ella el progreso era despacio.
Después de ver a su abogado comenzó a ver las cosas desde otro punto de vista y luego de lo poco que habló con Alessa le quedó todo claro. Mariana en conjunto con su madre y hermana le habían quitado todo lo que poseía. Tanto en lo material como en lo emocional.
Se identificó con ella cuando le dijo que confiaba en nadie. Comprendía perfectamente el sentimiento.
La rabia heló su sangre cuando le preguntó a Camilo sobre aquella noche. Aquel maldito imbécil había tratado de tomarla por la fuerza, esa fue la razón principal por la cual ella estaba tan alterada.
Esa era la respuesta a su desconfianza. Hacía mucho tiempo que una mujer no le llamaba la atención de esa forma. Tal vez años. Quería protegerla.
Se conocía. Quería más de Alessa por eso había organizado una pequeña reunión, para dar a conocer algunos cambios.
Camilo entró a la oficina, siempre todo perfectamente correcto.
- Ya está todo listo, Yasir . Cómo lo solicitaste.
Tenia el resumen curricular de Alessa encima del escritorio.
- ¿Todos los jefes de departamento y sus asistentes?.
Camilo lo miró con desesperación.
- También le dije a Alessa, no como asistente, sino como accionista, pero tuve que dejarle un mensaje de voz, su teléfono celular estaba apagado.
Le sonrió mostrando todos sus dientes.
- Veamos como reaccionan las víboras.
- Estás desatando una tormenta – miró a su amigo de años – pero creo que es más fuerte la que Alessa está formando en ti.
- Tienes razón en eso. No me gusta para nada como me estoy sintiendo al respecto.
Los dos hombres caminaron hacía la sala de juntas. Cuando entró ya estaban todos reunidos. Cada departamento, también Gissel, Mariana y Amanda.
Le había pedido a Camilo que por favor dejara un puesto vacío a su lado. Todo el mundo quedó en silencio al darse cuenta que él había llegado.
Escaneó por un momento el lugar y se dio cuenta de que Alessa no estaba. No era ni media mañana y ya se estaba agotando.
Mariana enseguida le saltó encima, saludando efusivamente. Como si nada hubiese pasado la noche anterior. Conocía su táctica estaba marcando su territorio en frente de todos.
- Bienvenido, Yasir.
Los besos sonaron en la toda la sala de juntas.
- Gracias, Mariana – contestó cortante.
Pensaba que la silla desocupada era para ella y se fue a sentar. Podía ver en sus ojos la mirada prepotente.
Con el ceño fruncido, miraba a cada uno de los presentes, quienes lo miraban con un poco de expectación.
- ¿En dónde está la señorita Sinclair?.
Todo el mundo comenzó a murmurar.
- No creo que la presencia de Alessa sea importante.
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BlackGold ©
ChickLitSi le preguntan a Yasir Arslan si la teoría de Ley de Atracción esta ciertamente confirmada y que se aplica a las relaciones sentimentales, dirá que es totalmente cierta, pero que a él no le afecta. Sin embargo Alessa Sinclair le demostrará que los...