Cap. 3; Comenzó El Encarcelamiento - [ACTUALIZADA]

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Chara sabía que había llegado su hora, terminó el descanso, terminó su libertad... terminó todo y ahora comenzará su encarcelamiento, ahora comenzaría el final de su vida. Abrió el grifo y lleno sus manos que se juntaron para llenarse de agua, consecuente de eso se lo estámpo en la cara para poder aceptar su nueva vida. Su vida colegial. Se vio al espejo y noto que su cara poseía ojeras, te ves bien, se dijo ella para luego obsequiarse una ligera sonrisa, te ves bien fatal, de esa ligera sonrisa cambió a una expresión seria. No le gustaba el uniforme: una camisa blanca junto a una corbata negra que no se había puesto aún, un pantalón gris (lo único bueno, no quería usar falda), junto a unos zapatos marrones. Se vio al espejo y se calificó como fatal. Se vio al espejo pero esta vez enfocada en su rostro. Tenía unas notorias ojeras, producto de quedarse hasta altas horas de la madrugada despierta, pegada al celular viendo cualquier tontería que se le aparecíera.

Se percató de que ya era hora de desayunar, salió del baño y bajo a comer. Ya en la cocina se percató del buen desayuno que fue preparado: un omelette de huevo sobre ligera cama de verduras, un pequeño tazón de frutas cortadas, una porción de pan y un juego de frutas.

Se le hizo agua la boca, olía y se veía delicioso

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Se le hizo agua la boca, olía y se veía delicioso. Un gran manjar creado solamente por los mismos cocineros de los dioses. Era obvio que Toriel se había lucido esta vez, ella siempre tenía ese don en la cocina que toda madre tiene, solamente que quintuplicado en todo sentido. No pasó menos de un segundo para que Chara y Frisk agradecerán la comida y empezaran a devorarla.

Al cabo de terminar de comer y cepillarse los dientes respectivamente ya estaban listos para dirigirse al colegio, estaban a punto de salir hasta que Toriel se puso enfrente de ellos.

- Chicos, ¿No les falta algo? - cuestiono Toriel qué ocultaba algo en la espalda. Los niños se quedaron pensativos, ¿Qué les podría faltar?, tienen todo empacado: cuadernos, libros, lapiceros, todo. Su silencio fue la única respuesta que dieron - Quizás no será esto - dijo alegremente para mostrar 2 cajas: una con un color azul y un moño morado, el otro verde limón y moño amarillo.

¡Eran sus colores favoritos!. No hubo necesidad de que les digan cual era suyo, solamente agarraron su el de su color preferido. Chara los desgarro como si no hubiera un mañana, usando uñas y dientes, en cambio Frisk lo abrió con delicadeza, dejando casi todo intacto. Para sus maneras de abrir el regalo, sorprendentemente ambos lo abrieron al mismo tiempo. Ya estando las cajas abiertas se dejo ver un suéter, cada uno con el color de la caja respectivamente. Sus ojos destellaron alegría y sorpresa tan solo verlos. No dudaron niun solo segundo en ponérselos. Se veían estupendos, les gustó el suéter, podía verse a leguas en los ojos.

- Eso si chicos, los suéteres no son gratis - comento Toriel con una sonrisa - me lo tendrán que pagar de una u otra manera - menciono para luego sacar una cámara de su bolso.

El colegio era grande, lo suficiente para albergar una gran cantidad de alumnos, lo cual era obvio

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El colegio era grande, lo suficiente para albergar una gran cantidad de alumnos, lo cual era obvio. El efecto causado en Chara y Frisk era notorio, habían quedado boquiabiertos al sólo verlo, no llegaron a pensar que el colegio sería tan grande, Toriel les había avisado que el colegio era grande pero hasta tal punto. Ya en la entrada del colegio, Toriel les había deseado buena suerte y que no se metieran en problemas, Chara sentía que eso de " no meterse en problemas" era para ella en especial, ya que digamos que no era exactamente un ángel de Dios.

- Muy bien mis niños espero que tengan un gran día - comentó alegre Toriel.

- ¡Gracias mamá, lo mismo para ti! - dijo alegremente Frisk con una sonrisa en los ojos. Paso un segundo y Chara no decía nada, seguía con la misma cara de siempre. Frisk le dio un ligero codazo para que reaccionara y dijiera algo.

- ¡Gracias mamá! - respondió alegremente Chara, cosa sorprendió a Frisk.

Una pequeña risa salió de Toriel al ver tal escena que se había producido. En especial ese "para nada notorio" codazo de Frisk.

- Bueno mis niños yo ya me despido. ¡Cuídense los quiero¡ - exclamó alegremente, para luego retirarse en su auto.

Frisk y Chara se le quedaron viendo al auto que poco a poco se hiba alejando para luego desaparecer de su campo de visión.

- Te mataré - dijo rápidamente con un ligero tono de alegría finjida, para luego dar un fuerte manotazo en la cabeza de Frisk, que después de recibirlo se empezó a sobar la cabeza y a quejarse del dolor.

Después de unos cuantos lamentos y gemidos de dolor Frisk preguntó:

- ¡¿Y eso?! - preguntó confundido mientras aún tenía las manos en su cabeza.

- Eso es por el "para nada notorio" codazo que me diste hace rato, - dijo con una seriedad de ultratumba, que vino acompañada de una facción inexpresiva - y lo que te di fue un "para nada suave" manotazo - le hizo recordar mientras se formaba una ligera pero maliciosa sonrisa.

Chara se le adelantó a Frisk dejándolo atras, para luego empezar a adentrarse en el "colegio"que embes de asemejarse a uno, más lo hacía a una universidad. Habían varios edificios, todos con un estilo antiguo que caracterizaba ala realeza de ese tiempo.

Ya dentro se podía ver que el colegio tendría mucho que dar: un gran campo de entrenamiento en el cual puliria sus habilidades, muchos salones en los cuales seguro se perdería, clases extracurriculares a las cuales no se presentaria, profesores pacientes alos cuáles llevar al máximo de su paciencia y alumnos alos cuáles no conocería. Ella sabía que su manera de pensar no era tan optimista y menos positiva, pero sabía que Frisk si lo era, que vería hasta el más mínimo detalle positivo en el lugar. No sabía cómo lo asía, siempre tenía una sonrisa y una mirada alegre y vivas, simplemente era así.

Al cabo de unos segundos sintió como una mano se posicionaba en su hombro. Por puro instinto rápidamente apretó el puño, giro en si misma en dirección al desconocido y dirigió el golpe a... ¿¡Frisk!?. Tan solo verlo hizo que su sangre se helara, paro en seco y se detuvo a tan solo milímetros de la nariz del chico.

Frisk se quedó con el corazón en la boca, sus ojos abiertos como platos delataron su sorpresa.

- Si me odias solo dímelo - habló temblorosamente.

Chara resoplo pesadamente y retiro el puño que aún seguía cerca a la cara de Frisk.

- Frisk, por favor, sabes como soy. No tengo un buen temperamento... - se le hizo un nudo en la garganta por lo que estaba a punto de decir - perdón - dijo manteniendo la mirada alejada del rostro de Frisk.

Frisk se quedó atónito, jamás había escuchado eso por parte de ella, almenos que no sin estar siendo obligada a hacerlo, sino que está vez lo asía con sinceridad.

- ¿Tienes fiebre? - dijo mientras palpaba su frente, buscando algún indicio de calentura - ¿Estas emferma? ¿Realmente eres tú? - bromeó descaradamente, para luego formar una de sus mejores sonrísas en su rostro.

- Frisk, sabes que tengo mucha paciencia, ¿no? - dijo con la poca paciencia que le quedaba, está era la única ves que se disculpado sin ser obligada y el estaba burlando - pero no debes abusar de ella.

Frisk estaba apunto de decir algo pero se le quedó un nudo en la garganta. Pensó que un golpe ubiera sido respuesta de ella pero no pasó eso, ella se calmo y no se precipitó a golpearlo. Se había pasado de la raya, aunque siempre era una persona alegre y bromista esa no era escusa por su comportamiento. Con un nudo dentro de si, se quedó callado.

- Ustedes son los nuevos, ¿No? - les pregunto un desconocido con rasgos latinos - déjenme presentarme, soy Robert.

Determinado a AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora