Cap. 10; ¡Ambos Lo Están! - [ACTUALIZADA]

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Un silencio incómodo fue lo que se hizo presente en aquella situación tan embarazosa para los tres, dando así alos dos menores un reprendimiento.

Toriel consecuente al ver tal acto por parte de sus hijos cayo desmayada encima de la gruesa alfombra - que llacia entre los pasadisos del segundo piso - que gracias a esta no se dio un fuerte golpe, pero aún así se escucho el suave y sentible golpe resonando en aquel pasadizo.

Frisk y Chara en una respuesta rápida a tal sorprendente acto por parte de su madre corrieron en su auxilio.

- ¡MAMÁ, MAMÁ MAMÁ! ¡Dispierta! - gritaron tan desesperados como preocupados al unísono - ¡ESTO ES TÚ CULPA! - se miraron extrañados por susodicho comentario por parte mutua - ¡¿MÍ CULPA?!

- ¡No es mí culpa que te hayas puesto de Don Juan!

- ¡No es mí culpa que hayas puesto en esa situación!

Gritaron los dos, dándose excusas tontas de aquel innombrable beso, pues tenían que echarle la culpa a alguien - aunque ambos sabían que la culpa era de los dos - tenga o no la responbilidad del actual estado de su mamá.

Después de unos cuantos minutos llenos de algunos insultos leves por parte mutua despertó Toriel, unos leves pero audibles gimoteos junto a algunos quejidos de dolor - gracias al golpe - salieron de la boca de Toriel. Rápidamente se dieron cuenta y no pasó más de un milisegundo para que los dos hermanastros auxiliarán a su mamá adoptiva.

- ¿Q-Qué fue lo que pasó? - dijo mientras se sobaba cabeza por el reciente dolor ocacionado - Sólo recuerdo que venía para acá a decirles algo pero no me acuerdo que era.

Frisk tenía en mente darle una pequeña mentira piadosa, pues no quería salir tan perjudicado - por qué sabían que es lo que les pasaban si se sabía la verdadera historia - junto a Chara.

Una sonrisa maliciosa se formó dentro del rostro de Chara, pues, aunque fuera su mamá y la quisiera mucho, era obvio que iba a aprovecharse de este actual problema.

- Sí mamá la cosa es que...

- ¡Emos roto tú jarrón favorito! - Grito interrumpiendo a Chara

Chara ardía de furia. Sus ojos destellaba un fulminante e intenso color rojo. Junto a una venas contraídas cerca a su labio y en su cuello producida por tal ira contraída en si misma.

   Un peñiscon con todas sus fuerzas, fue lo que recibió Frisk en el codo por parte de Chara

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Un peñiscon con todas sus fuerzas, fue lo que recibió Frisk en el codo por parte de Chara.

Un regaño por parte de Toriel fue lo que recibieron los dos al "romper" el jarrón favorito de la susodicha. Un leve castigo fue lo único que recibieron.

Una expresión en sus rostros que mostraba arrepentimiento es lo que se fue mostrando - pues tenían que hacer como si realmente lo hubieran roto y se estuvieran arrepintiendo de la travesura dicha - el veredicto final salió de la boca de Toriel, tenían que estar en sus cuartos toda una semana, ya sean por separados o juntos. Una respuesta de aceptación salió por parte de Frisk y Chara, para que después se pudieran retirar a sus cuartos.

Frisk estaba por entrar a su cuarto pero, antes de que cerrará la puerta por completo este se entero que no estaba completamente cerrado, sino que se quedó a medias, como si la hubieran tapado con algo que obstruyera el paso a cerrarse.

Era Chara que usaba su pie para así no dejar cerrar aquella puerta. Chara había calmado su ira por suficiente tiempo, lo suficiente para no explotar frente Toriel y esperar a que se retirara y así cobrar su venganza por parte de Frisk. El ambiente se había hecho oscuro y frío, todo junto a una expresión de ira inmensa sobre el rostro de Chara. Frisk no podía responder, pero de manera casi instantánea su rostro formó una mueca de miedo y horror, - como si algo malo va a pasarte, y sabes que ya te va a suceder dicha maldad - el cuerpo de Frisk respondió casi automáticamente, generandole así sudor inmenso junto a un temblor incalmable en sus manos, un sudor frío empezó a caer por el nerviosismo, su típica sonrisa risueña fue cambiada por una llena de temor. Sabía que algo le iba a pasar, algo malo, muy malo.

- Frisk...

- ¡SOLAMENTE HAZLO RÁPIDO, SEA LO QUE SEA, HAZLO! - interrumpió para después abrir sus brazo a cada lado, cerró sus ojos con fuerza y solamente espero lo inevitable, un final trágico e inevitable.

Un fuerte golpe fue lo que recibió Frisk en el rostro, tanta fue la fuerza de Chara que dejó marcada sus cuatro dedos en aquel fino rostro. Frisk palpo la área afectada, estaba caliente, tanto que ardía. Para después sentir un suave y caliente tacto que contrarrestaba al otro, un beso... ¡UN BESO EN LOS LABIOS!. Su sorpresa fue grande, tan grande que sus ojos quedaron como platos al sentir tan suave sensación por parte de Chara. La sangre que ardía tomó posición en su rostro generando así un fuerte rubor en él. No asía falta decir que Chara no estaba sonrojada también, pero en comparación a Frisk ella se controlo y no se puso tan nerviosa.

- Lo primero fue por el castigo que nos dieron alos dos - hablo molesta, pues, aunque lo haya besado por tercera vez eso no significaba que estaría feliz del todo -. Y lo otro, simplemente te lo dejaré para que tú mismo lo intérpretes, ¿Vale? - dijo esta vez con otro tono de voz, una voz llena de dulzura, pues mentiría si dijiera que no le gustó el beso. Para después darle la espalda y dirigirse hacia la puerta, ya hay giro el picaporte abriendo así la puerta - Y no te preocupes, no estoy molesta.

El sonido de la puerta cerrándose fue lo último que se escucho en aquel cuarto. Estaba estático, helado y sombre todo asombrado, pero a su vez también estaba cálido, enérgico y sobre todo alegre. Alegre por aquel beso, no había sido por accidente, ni por impulso, fue por cariño. Los saltos y gritos de alegría decían más que mil palabras del actual estado de Frisk.

Esos gritos y saltos de intensa alegría se escucharon en el cuarto de Chara, ella trató de calmarse en todo el camino - desde la puerta de Frisk, el pasadiso y por terminar su cama - y en efecto, lo logro, pero no pudo controlar aquella sensación de alegría intensa.

- ¡SOY EL HOMBRE MÁS FÉLIZ! - gritó a lo lejos Frisk.

Aquel grito iso que se sonrojara más de lo que ya estaba, pues aunque antes ya estaba roja ahora estaba peor. No podía controlar más esa sensación, quería dejarla salir, quería dejarla libre. Agarro una almohada y la estampó contra su cara, ya undida completamente en aquel suave objeto comenzó a gritar: un grito agudo y ahogado fue lo que se escucho en todo su cuarto. Estaba emocionada, sus manos aún temblaban por aquel loco acto, y su corazón corría a mil.

No faltaba decir que ambos querían que eso se repitiera.

¡AMBOS LO ESTABAN!, estaban emocionados por el nuevo día, esperando ansiosamente que arribará en sus vidas.

Nota:
Empezaré a actualizar los capítulos anteriores, así que hasta que termine con todos empezaré a escribir nuevos capítulos. Gracias

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