La Vi de cerca, era cálida, llena de paz, Hermosa!. Todo el dolor, las angustias, valieron la pena, para estar a su lado.
Ella me tomó, sus manos eran gélidas y sus labios parecían robar mi alma, poco a poco; sin embargo; todo ese rencor, todo ese malestar de mi vida se esfumó, fue , fugaz e indoloro, cuando me llevo con ella.
Nunca me sentí más feliz.
Fue ese último besó y esa última caricia, que recibí de ella, la que puso mi mundo oscuro, más no sentí temor, la recibí con agrado y ella a mí .
No recuerdo más, después de eso , y no necesito hacerlo porque sé que ahora todo estará mejor.
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El manifiesto de una rareza en tiempos de normalidad
Non-FictionA lo largo de mi vida, todos mis conocidos, amigos ,familiares e incluso desconocidos han manifestado que soy extraño, fuera de lo común, en síntesis raro. Mi percepción del mundo , mi manera de actuar, de pensar nunca ha sido comprendida en su tot...