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Maratón 1/2

Y-yo... esta vez no fue una ilusión, se sintió real y tú... no estuviste ahí. Eso pasó, créeme. —la castaña explicaba mientras gesticulaba con las manos, se veía que estaba nerviosa.

Tranquila, ya pasó. —Taehyung no pasaba por alto el hecho de que su presencia ya no era tan fuerte, le creía y más cuando notaba que casi no estaba presente.

Taehyung... —llamó al chico mirando aún el suelo del hospital. El aludido la miró expectante y al rato ella lo vió a los ojos—. Estoy a un paso de la muerte, lo puedo sentir. —y de nuevo esa punzada en el pecho la atacó. El pelinegro auxilió a la chica que parecía morir tal y como dijo.

A estas alturas a Taehyung no le importaba lo que dijeran los demás.

Yon, respira. —nuevamente había empezado a alarmarse pero esta vez no gritó. Bueno, lo hizo pero su presencia era tan poca que no se escuchó.

¿Qué demonios estaba pasando?

Ayúdame, por favor. —se veía desesperada y a Taehyung le dolió verla así. Él no sabía porque pasaba aquello y tampoco sabía cómo ayudarla.

De pronto Yon pareció tranquilizarse y empezar a cerrar sus ojos. Taehyung se asustó al principio, pero después de un tiempo de estarla observando se dió cuenta de que ella sólo estaba durmiendo.

Estaba descansando.

¿Estás loco? ¡a él no le gustará eso! —el pelinegro se volteó curioso por aquella exclamación. Él y Yon se encontraban en una esquina lejana al centro de la cafetería, por lo que nadie les daba atención.

Taehyung sonrió al ver a esos dos tontos.

Qué sí, carajo. Taehyung es amante de las cosas moradas, ¿por qué no le gustaría esto? —a medida que se iban acercando Tae iba ensanchando más su sonrisa cuadrada. Estaba feliz.

¡Hobi, ChimChim! —no aguantó más su emoción y se lanzó a sus dos amigos para envolverlos en un cálido abrazo. Él los extrañaba demasiado.

¡TaeTae! —con mucho entusiasmo los dos chicos correspondieron al abrazo que el pelinegro les dió. Todos sonreían felices en medio de el.

Mientras tanto, Yon se levantó alarmada por el repentino grito, además que se había golpeado la cabeza con las sillas incómodas de las mesas del hospital. Miró con notable confusión al grupo de amigos que aún no parecía querer separarse y en su rostro se dibujó una sonrisa nostálgica al ver la felicidad de aquellos jóvenes.

Ella también quería tener un abrazo así con Jungkook.

¿Taehyung? —llamó Yon al chico en un susurro, estaba algo insegura. Rápidamente el aludido se dió la vuelta para encarar a la chica que estaba confundida.

Hoseok y Jimin pegaron un brinco.

Yon, ellos son mis amigos. Él es Jimin y él Hoseok. —a la castaña le pareció ilógico lo que hizo. Si ningún humano más que él podía verla, ¿por qué la presentaba?

Un gusto conocerte. —Hoseok extendió la mano hacía la chica y ella luego de un momento lentamente la tomó. Al pelinaranja le asustó que ella estuviera tan fría pero no comentó nada.

¿Pueden verme? —musitó Yon incrédula. Hoseok y Jimin se observaron confundidos y luego miraron a la chica.

¿Por qué no lo haríamos? —respondió Jimin con una pregunta. Yon sonrió débilmente y negó con la cabeza.

Yon es un alma, está en coma. Nadie puede verla a excepción de mí... y ahora ustedes. —confesó Taehyung recibiendo la fulminante mirada de la fémina y sorpresiva de los chicos.

Eso es... —Hoseok se quedó callado intentando buscar una palabra para describir la situación.

¿Tonto? —Yon se encogió de hombros.

Extraño. —corrigió Jimin con una ceja enarcada. Después de un rato ambos se sentaron en la mesa y, Tae imitó su acción.

¿Por qué estás en ese estado? —cuestionó Hoseok siendo cauteloso. Yon lo observó primero y luego a sus manos.

Un accidente con mi novio. —apuntó la castaña cerrando los ojos mientras recordaba la escena. Ella sólo sintió un fuerte impacto contra su cabeza y luego todo fue negro.

¿Él no está en coma? —esta vez preguntó Jimin siendo también cuidadoso, el tema parecía ser delicado.

No, yo recibí la mayor parte del impacto... Lo quise proteger.

¿Quieren algo de comer o beber? —Tae acabó con el silencio que se había adueñado de la mesa con los cuatro chicos.

Un expresso estaría bien. —dijo el mayor de todos con una sonrisa que marcaba sus hoyuelos. Yon los observó y se lo hicieron muy tiernos.

Hoseok, ¿cuántas veces te tengo que decir que no te queda bien el papel de Yoongi? —Jimin rodó los ojos cansado de repetirle lo mismo a su amigo siempre.

¡Cállate, Jimin! cuándo intentaste imitar a Namjoon yo no te dije nada. —exclamó el pelinaranja frunciendo los labios. La castaña observaba divertida la situación.

¡No será porque te cubrí la boca, casi que te lanzaba por un precipicio! —Jimin parecía exasperado por un tema tan insignificante, pero él de por sí era un dramático.

¡Tú fuiste el que empezó cuándo me escuchaste intentar cantar el agudo de Seokjin! —y de pronto una melódica risita, casi inaudible se escuchó en la mesa dejándola en silencio.

Todos dirigieron su mirada a la única chica en el lugar sorprendidos, en especial el pelinegro que estando con la ella nunca la escuchó reír.

¿Qué? ¿Nunca han escuchado a alguien reír? —acabó con el silencio mostrando una pequeña sonrisa que los dejó desconcertados.

Igualmente no tocaron el tema, les agradaba ver a Yon feliz.

De pronto algunos médicos empezaron a correr en dirección al pasillo dónde se encontraba el novio de la chica y aquello la alarmó. Sin pensarlo dos veces fue detrás de ellos siendo perseguida por Tae, Hoseok y Jimin. Nadie entendía que pasaba pero siguieron detrás de ella.

La adrenalina corría por el cuerpo de todos y en el especial en el de Yon, temía por lo que pasara y rogaba que la emergencia no fuera por Jungkook.

Sin embargo, sus súplicas no fueron escuchadas.

El médico encargado del chico entró a su habitación junto con algunas enfermeras cerrando la puerta rápidamente detrás de sí, sólo bastó atravesar la puerta para poder observar el panorama allí dentro.

Todo era un desastre, las mesas estaban tiradas, vidrios esparcidos por el suelo y agua mezclada con un líquido rojo era lo que se podía ver.

Era sangre.

Yon pegó un grito de horror cuándo observó a Jungkook en una esquina de la habitación tapándose los oídos y susurrando cosas imposibles de entender. Corrió rápidamente y pudo ver cómo de sus manos emanaba sangre, justo cómo creyó, era su sangre la que estaba en la habitación.

Ella lo envolvió en un abrazo a pesar de que él no la viera.

Pero extrañamente lo sintió.

Stay » Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora