e p í l o g o

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Antes de que empiecen con la lectura, quiero que sepan que cuando aparezca esto: °° podrán reproducir el vídeo, para mejor calidad.

Ahora sí, disfruten el epílogo.

No cumplió su promesa. —Jungkook repetía aquellas palabras mientras sollozaba observando la foto de su novia encima del ataúd que cargaba su cuerpo.

Jungkook, ella hizo lo que pudo, estoy segura. —habló Yonhye que estaba igual o peor que él. Resopló su nariz en el pañito que cargaba.

Lo sé, pero... No deja de doler. —y colapsó. Jungkook se echó a llorar cómo un bebé mientras golpeaba su pecho con su mano hecha puño, a la madre de Yon le dolía verlo así.

Detente, te harás daño. —con las lágrimas corriéndole por el rostro, Yonhye intentó tomar las muñecas de Jungkook para que parara de golpearse, pero él no lo hizo, no se detuvo.

¡Yon, vuelve por favor! ¡Prometo darte todos los lujos que quieras, si quieres matarme, pero por favor vuelve! —exclamó tan alto que los presentes le miraron con dolor y lástima, él en un susurro dijo:—. No me dejes...

Yonhye abrazó a Jungkook dándole palmaditas en la espalda mientras este se desahogaba en el hombro de la señora, no hacía siquiera el intento de dejar de llorar porque no quería y no podía, las lágrimas eran más fuerte que él, el dolor le taladraba el corazón y casi que podía escuchar aún su voz. Él la extrañaba demasiado.

Entonces llegó el momento de llevar el ataúd al cementerio para darle sagrada sepultura, sin embargo, Jungkook no se sentía preparado y aunque la madre de Yon tampoco lo estuviera, trataba de darle apoyo al chico que no dejaba de pensar en cómo iba a seguir viviendo sin el amor de su vida. La única razón de su existir.

Y cuándo le tocó a Jungkook observar al cuerpo de Yon casi se va con ella en el cajón. Las lágrimas no dejaban de caer por sus mofletes y los gritos desgarradores por su parte eran cada vez más fuertes. Gun-yu tuvo que hacer esfuerzos sobrehumanos por no llorar y sujetar al castaño que estaba a tan sólo un paso de irse con su difunta novia.

Yon llevaba un vestido blanco de tirantes que le quedaba dos dedos más arriba de sus rodillas. Encima de el había una tela de encaje que cubría sus hombros y parte de sus brazos. Aquel vestido ella lo había visto meses antes de aquel fatídico accidente y quedó encantado con el, decía que lo quería usar para su boda con Jungkook.

¡No, déjenme ir con ella! ¡No nos separen! ¡Yon, Seo Yon! —gritaba con desespero mientras que Gun-yu y Yoongi lo sujetaban de los brazos para no dejarlo ir.

Finalmente Yon se había ido.

Ella lo abandonó.

|*****|

¡Papi! —la niña correteó por toda la habitación para poder subirse a la cama y abrazar a su padre que se encontraba ajustando su corbata.

Danbi, te he dicho que no corras tan rápido, te puedes caer. —la riñó Jae In, su madre y esposa de Jungkook desde hace un año.

Relájate cariño, sólo me vino a abrazar, no me quejo por eso. —el ahora pelinegro sonrió enternecido cuándo su hija le dió un beso en la mejilla.

Pero se puede lastimar. —Jae hizo un puchero.

Nosotros la cuidaremos, juntos. —dijo luego de haberle dado un casto beso en los labios. Danbi cubrió sus ojitos para no ver.

¿Nos vamos? —preguntó la pequeña niña de cuatro años a sus padres después de quitar sus manos de sus ojos.

Nos vamos. —Jungkook tomó una bocanada de aire antes de salir de la casa con su familia.

Jeon Jungkook tiene actualmente 26 años y es un empresario reconocido en Busan, su tierra natal. Tiene una esposa e hija que han sido su soporte y apoyo desde que aquella persona especial abandonó el mundo.

La historia de los tres transcurre dos años después de la muerte de Yon, Jungkook se encontraba llevándole tulipanes rojos al cementerio a su novia, fue en ese momento cuándo conoció a Jae In, resultó ser hija de uno de los amigos del padre de Yon y ella fue allí para llevarle flores a la chica. Jungkook se mostró conmovido por aquel gesto, sin embargo, no tenía interés alguno en conocerla porque en realidad, no le importaba nada desde que ella murió. Incluso pensamientos suicidas pasaban por su mente, intentándolo convencer de que ya todo estaba perdido.

Pero aún así, aceptó a la chica que lo conquistó con el pasar del tiempo.

Jamás me cansaré de repetirlo, ella era hermosa. —halagó su esposa observando la foto de Yon enmarcada en un cuadro de bordes dorados.

Lo era, ella era simplemente única. —Jungkook suspiró reteniendo las lágrimas que nuevamente amenazaban con salir.

Fue muy cruel lo que sucedió con ella y contigo. —Jae se mantenía mirando la foto, ella aún no comprendía que había muerto.

Han pasado seis años, pero aún la herida sigue abierta. —y de repente el pelinegro sonrió y sintió que su nudo en la garganta desapareció.

Jungkook, la herida podrá sanar pero seguirá ahí, cómo una cicatriz que demuestra la marca del dolor y fuerza. —la castaña sonrió con añoranza para luego mirar a su esposo.

Lo sé, el primer amor no se olvida.

Los dos dirigieron su mirar a Danbi que observaba a una Yon de veintitrés años en la foto, ella siempre la había visto en aquella fecha; el primero de Septiembre.

Nunca pudo comprender quién era ella y porque era tan importante para sus padres.

Danbi cariño, ¿quieres dejar las flores esta vez? —la niña miró a sus padres y al poco rato una sonrisa de felicidad adornó su rostro en símbolo de afirmación.

¡Sí! —Danbi extendió sus manitas para poder recibir las flores que su padre le entregó con una sonrisa, ella la devolvió.

°°

La pequeña niña de cuatro años dejó sobre la lápida los tulipanes rojos y sonrió observando por última vez la foto de la chica en el retrato. Ella no entendía mucho pero pensaba que era una chica muy bonita.

Sus padres la tomaron de las dos manos y observaron la chica de la foto, aquella que uno de ellos amó y el otro admiró.

Finalmente se dieron una media vuelta y con un suspiro abandonaron el cementerio pensando en la chica del retrato.

En la chica de la promesa.

Querida Seo Yon:

Hoy fui nuevamente a llevarte tulipanes con Jae In y Danbi, esta última aún no sabe quién eres y no entiende porque siempre te ve un día cómo hoy, pero pronto lo sabrá todo.

Las cosas van bien por aquí, el parto de Yonhye está programado para la próxima semana y todos estamos muy emocionados. Estoy seguro de que te hubiera alegrado saber que tendrás una hermanita.

Ellos quieren llamarla Soo-ah, Seo Soo-ah, dicen que es el nombre que te iban a poner a ti, pero tu padre era muy testarudo y te llamó así, Yon.

Te extraño mucho.

Di algo, me estoy dando por vencido contigo.

Att: Jeon Jungkook.

Stay; the end.

Stay » Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora