Lo que queda de mi

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(Magnus)

Eran las cuatro de la mañana cuando llegue a mi departamento luego de otro tedioso y agotador día laboral, nunca me cansare de decir que los mundanos pueden ser las personas mas peculiares de todas las razas, ni que decir cuando están llenos de odio y/o resentimiento... sus peticiones son hilarantes.

Me afloje la corbata y tire mi saco sobre un colorido sofá de la sala antes de caminar hacia mi dormitorio, deje el resto de la ropa allí y me di una ducha para luego ir hacia mi "oficina" una habitación tan blanca como mi ropa cuyo único mobiliario era un gran escritorio de roble antiguo y un par de sillones.

En la completa oscuridad de lugar, me deje caer en mi sillón favorito además de un hondo suspiro ...

-Diablos, olvide tomar una botella... nada que un chasquido no solucione -después de obtener mi bebida me quede mirando el techo por un largo tiempo, debería irme a dormir pero la realidad es que el sueño me escasea con frecuencia por lo que resultaría inútil irme a la cama.

-Solo me la pasaría dando vueltas hasta el amanecer... -chasquee mis dedos nuevamente y una sucesión de imágenes en movimientos comenzaron a cubrir una las paredes de la sala. Un completamente diferente Magnus se podía ver allí. Alegre, risueño, feliz, extravagante ... y obvio en ninguna me encontraba solo, en todas estaba él, mi precioso nephilim de ojos azules.

-Te extraño tanto amor mio...

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-Maldita sea Magnus, a las cosas que me obligas ... -murmuro la bruja revolviendo su bolso en busca de una llave, se había cansado de tocar en el timbre y el brujo no se dignaba a abrir la puerta.- ¡Aquí esta!- abrió la puerta y subió las escaleras hasta el amplio departamento del brujo. Lucia pulcro y solitario como siempre, como si nadie viviera allí.

-¡Magnus! ¿donde estas? Magnus se que estas aquí, ¡por qué rayos no me abriste la puerta! -En la cocina no había nadie y su dormitorio tampoco, probablemente estuviera en la sala que llamaba su oficina, vaya uno a saber porque- ¡Magnus! ¿que diablos haces durmiendo aquí? -dijo Catarina al ver al brujo dormitar en el sofá

-Estoy aquí Catarina, no tienes que gritar -murmuro Magnus sin abrir sus ojos

-...Que diablos

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(Magnus)


-Maldición -me levante prácticamente de un salto de mi sofá chasqueando los dedos para que las imágenes desaparecieran -¿que haces aquí Catarina? ¿que hora es?

-¡Son las 11 de la mañana Bane!

-Oh... perdón, me quede dormido -me frote la nuca con la mano y bostece, sentía la boca pastosa y los ojos hinchados ... rutinas nocturnas de este ultimo siglo que puedo decir

-¿Que diablos estabas haciendo? ¿olvidaste que habíamos quedado para desayunar?

-No lo olvide, solo me quede dormido, ya te pedí perdón -suspire- ¿desayunamos ahora? -sin esperar su respuesta me dirigí a la cocina a preparar café, otras de las cosas que le gustaba a mi nephilim era que le preparara café en las mañana, no quería que usase magia ...

-¿Que estabas haciendo?

Caterina interrumpió mis melancólicos pensamientos con preguntas que no deseaba contestar y sin embargo sabía que de un modo y otro ella me obligaría a ello... suspiré.

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