P.O.V. Hinata.
No pasaba desapercibida. Mentiría si dijera que estaba relajada.
Llevaba una falda rosa hasta las rodillas, un suéter holgado, y unas sandalias cómodas de color negro. Al contrario, las chicas de aquí con tacones altos, minifaldas, prendas reveladoras que nunca me atrevería a usar, eran tan diferentes a mí. Ellas eran seguras, sensuales y atrevidas. Yo, apenas salía con mis amigas y en muy pocas ocasiones había probado el licor.
Aún con las diferencias y que obviamente no encajaba con nadie, mucho menos con el lugar; una bodega abandonada, con música fuerte, alcohol y drogas por doquier. Aun así tenía que entrar, no importaba que los nervios me estaban haciendo templar, tenía que entrar y buscar a mi irresponsable hermano.
Mientras me abría paso entre la gente, los hombres me veían y me decían una gran cantidad de obscenidades sobre mi cuerpo y sus zonas privadas. Apreté mi bolso a mis costillas con fuerza, temía lo peor y me estaba arrepintiendo de llegar tan lejos. Las mujeres me miraban y se burlaban de mí, incluso una chica me llamó con la letra P y aventó el humo de su cigarrillo en mi cara.
Quería desistir y dejar que mi hermano se las arreglara como pudiera... ¡Pero no era el momento! Aunque todos los que me conocen piensen que soy una chica débil que necesita ser salvada y protegida todo el tiempo, nunca lo he sido, y en este momento si alguien se atreve a ponerme una mano encima sabrá lo que puedo llegar a hacer.
Me acerqué al bar esperando encontrar un alma caritativa con la que pudiera comunicarme decentemente. Había una mujer de cabello rojo, noté que no iba vestida como el resto, eso me dio un poco de confianza y decidí preguntar a ella
—Ho-Hola, buenas noches, ¿podría ayudarme, por favor?
La pelirroja se giró, frotando un trapo sucio en el interior de un vaso de cristal.
—Linda, ¿te perdiste? Este lugar no es para ti. El cielo de los angelitos es allá arriba —Señaló con el índice—, no aquí abajo.
Sonreí amable por el cumplido... quiero creer.
—Estoy buscando a Neji. Es alto, cabello castaño y largo.
—Sé quién es Neji. Él no vino hoy. ¿Eres algo de él? Porque su sugar es muy celosa, si se entera que una chica muy linda lo está buscando no le va a agradar nada.
—¿Sugar?
—Su novia, ya sabes, la señora con la que anda.
—Neji no tiene novia —sonrió, tratando de no ser grosera.
—Uy, cariño. Seguramente te dijo que es soltero y esa basura. Mira te daré un consejo...
—No, no es eso. Neji es mi hermano.
La mujer se quedó con la palabra en la boca.
—¡¿Eres Hinata?! —Asentí, le sonreí con amabilidad—. ¿Qué haces aquí? Este lugar es muy peligroso para ti. Ay Dios mío, si te pasa algo Neji es capaz de matarnos a todos. Vamos, te sacaré de aquí, voy a llamar a un taxi. O mejor, Naruto está aquí, le diré que te lleve.
—No, yo vine por Neji, es urgente.
—Voy por Naruto entonces.
—N-No, gracias. No es necesario, lo buscaré en otra parte.
Me levanté del banco y traté de salir lo más rápido que pude.
{...}
Había caminado tres cuadras, las calles estaban solas, sumando a eso, todo estaba oscuro. Si no fuera importante no hubiera venido.
Mis padres llamaron y dijeron que mañana llegaban a las 7 de la mañana. Yo ya estoy acostumbrada a que mi hermano desaparezca toda la noche cuando tiene asuntos en su club, pero mis papás no lo saben. Y la condición por la que me dejaron vivir con mi hermano es que él tenía que hacerse responsable de mí, cosa que hace pero a su modo.
Por eso es muy importante encontrarlo a tiempo, porque tampoco deseo que mis papás lo encuentres en pésimas condiciones por la mañana, o que simplemente no esté cuando ellos lleguen.
Desde que salí del club me percaté de que tres sujetos me estaban persiguiendo. No tenía tiempo de lidiar con esto, así que entré en el próximo callejón, y como era de esperarse me siguieron.
Llegué al final del callejón. Me detuve, miré sobre mi hombro y vi que los tres extraños estaban parados detrás de mí.
—Tranquila. Si cooperas no te haremos daño.
Resoplé y rodé los ojos. Me di la vuelta y me moví un poco de lugar. Si podía escapar en vez de recurrir a mi fuerza lo haría sin dudar.
—¿Lo prometen? —dije con voz suave.
—Tal vez —El sujeto más alto, de cabello plateado, se acercó a mí, demasiado para mi gusto. Tomó mi barbilla y levantó mi rostro.
—Que carita tan bonita. Una chica tan frágil como tú no debe andar sola.
—No soy frágil —dije con el ceño fruncido—. Déjenme ir, por favor. No quiero hacerles daño
Los tres se rieron en carcajadas. Eso sólo me hacía enojar más. Detesto a la gente que abusa del débil.
—Uy, qué miedo —Se burlaba—. Te propongo un trato, linda. Dame un golpe, aquí en el estómago. Si me logras mover nos vamos y te dejamos en paz, pero si no, nos mostrarás que hay detrás de esa fea ropa.
Asentí encogiéndome en mi lugar. Debía mostrar una postura diferente para que este trío de tontos cayeran.
—Está bien, pero te lo advertí.
—Adelante, bonita.
Doblé el codo haca atrás y cerré el puño. El hombre permaneció con las manos en las caderas, riendo todavía.
Traté de no aplicar más de la fuerza necesaria, sólo necesitaba moverlo un poco, no partirlo por la mitad ¿no?
Mi puño apenas tocó su abdomen, este salió disparado hacia atrás, atravesando la pared de ladrillo del edificio.
Me quedé con la boca abierta cuando esto sucedió. Supongo que aún no puedo medir mi fuerza del todo.
—¡Lo siento! ¡No quise hacerlo! —Cubrí mi boca con mis manos—. Creo que lo maté
Los otros dos estaban estáticos.
—¡Estás loca!
El pelirrojo estaba a punto de golpearme la cara, pero lo tomé del brazo antes de que me tocara y lo doblé hacia atrás sin querer. Él gritó al mismo tiempo que escuché su hueso romperse.
—¡Ay, no! ¡Perdóname! Lo puedo componer —Fue un error. Le hice más daño que bien cuando doblé el brazo roto hacia el otro lado.
—¡Aaahh! ¡Maldita loca, te voy a matar! —Sacó un arma de su pantalón y antes de apuntarme al rostro y disparar, lo empujé lejos de mí. Muy, muy lejos.
—¡Maldito monstruo! Espera que el club lo sepa, vas a morir por lo que has hecho —gritó el sujeto que quedaba.
Tenía razón. Acababa de delatarme frente a ellos. No podía dejar evidencia ni testigos de lo que puedo hacer... así que tomé una decisión, bastante drástica y muy mal pensada. No debí tomar el basurero y levantarlo con el objetivo de aplastar al rubio de cabello largo que me pedía perdón de rodillas.
—¡Naruto ayúdame! ¡Este monstruo me quiere matar!
¡Naruto! No podía creerlo. Naruto estaba ahí, él había visto todo.
—Oh, no —¡¿Qué hice?! Naruto me descubrió.
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Strong Girl
FanfictionHay tres importantes razones por las cuales Naruto Uzumaki no puede tener una aventura con la dulce Hinata. 1. él es miembro importante de un peligroso y malafamado club de motociclistas. Ella es una destacada estudiante de enfermería. 2. Él no quie...