Strong Girl

10. Discusión familiar

El rostro de Naruto pegó en el suelo por segunda vez.

Se apoyó con sus manos intentando ponerse de pie. Escupió, está vez salió más sangre que saliva. Ahora sí que Neji se había pasado, estaba seguro de que le había roto alguna muela, además del labio abierto que no paraba de sangrar.

—¡¿Por qué no te defiendes, hijo de puta?! —le gritó, aún en posición de guardia, preparado para darle un golpe fuerte en cuanto se pusiera de pie.

Naruto respiraba con dificultad, apoyado sobre sus manos y rodillas contaba con fuerza para levantarse, pero sabía que si lo hacia sólo volvería al suelo. Observó a Kakashi quien salió despavorido de la habitación cuando recibió telepáticamente el mensaje del rubio "si Neji supiera que lo que él sabe".

—¡Vamos, desgraciado! ¡Atácame con el mismo valor con el que te aprovechas de mi hermana!

Se levantó ayudándose de su propia pierna, sujetándose un costado que apostaba tendría un hematoma, se lo debía a la bota pesada y la patada de su mejor amigo.

Ya había enfrentado a Neji antes, y confiaba en que podía hacerle frente, sin embargo, prefirió dejarlo desahogarse.

Cuando lo vio entrar furioso e irrumpir la junta del club moliéndolo a golpes, gritándole a la cara cada insulto que estaba en su vocabulario, supo que se había enterado sobre la situación entre él y Hinata. Al menos la que él inventó.

Neji lo sujetó de la chaqueta negra de cuero. Escupiéndole en la cara cada palabra fúrica que salía de su boca.

—¡Eres un traidor! ¡Eres mi hermano! ¡¿Cómo te atreviste?!

Lo empujó contra el sofá, los miembros que estaban en él se quitaron rápidamente, pues ninguno quisiera estar en medio de una disputa familiar, como ellos le llamaban. Sólo uno tenía derecho de intervenir.

—Ya es suficiente —Obito Uchiha, el presidente del grupo, tomó el brazo de Neji alejándolo de Naruto cuando éste comenzó a estrangularlo—. Es mejor que pares o te largas de aquí. No quiero a la policía de nuevo por culpa de ustedes. Su mierda la arreglan hablando, ¿entendido?

Neji asintió resoplando fuerte por sus fosas nasales cual toro mirando rojo. Naruto tosía, tratando de reponerse, ni siquiera estaba molesto, al contrario, le parecía divertido, pero claro que no se lo haría saber.

—¡Simplemente no puedo creerlo, Naruto! ¡Yo sé quién eres, y no te quiero al lado de mi hermana!

—Eso suena un poco incestuosos —dijo Kiba en tono de burla. Luego de la asesina mirada de Neji dejó de reír.

—¡Es mi hermana menor! Yo... —Se sujetó el cabello de la raíz, acomodando las palabras en su cabeza—. Yo deseo lo mejor para ella, y sé que, con Naruto, o cualquiera de ustedes, sólo le espera desgracia y un corazón roto. Ella es demasiado buena para ustedes, no lo entenderían.

—Te equivocas —Naruto se reponía, apretando su abdomen con su brazo—. Estoy de acuerdo contigo. Aun así, yo jamás le haría daño, y me asegurare de que nadie lo haga. Te considero mi familia, siempre has estado ahí para mí y, daría mi vida por ti. Entonces, confía en mí. Hay una razón.

—¡Eres un...! —Neji continuaba exaltado, aunque un poco arrepentido por la agresividad con la que actuó. Residía con una impaciencia en su cabeza, aunque Naruto tuviera mala fama, también sabía que era el único que no se atrevería a burlarse de una buena mujer, menos si se trataba de Hinata. Sus relaciones estables fueron contadas y privadas, y si acabaron mal no fue gracias a él. Reconocía que el maldito se cotizaba alto—. ¿Cuál es la razón?

Naruto tragó saliva, el fuerte sabor a sangre no le importó, pues estaba un poco acostumbrado.

—Ella...Ella me pidió ayuda —hablaba entre cortado, atribuyendo a que por el labio herido le costaba trabajo—. Hay un cabrón que la acosa, y me pidió fingir ser su novio para alejarlo. Acepté.

Con la mano en la espalda, cruzó los dedos. Le dolía mentirle a su mejor amigo, casi hermano. Pero claro, ¿le creería si le dijera la verdad? Aunque al final de cuentas tampoco él sabía con exactitud por qué inició con esa mentira. Un oscuro deseo encerrado en lo más profundo de su ser podría ser la respuesta.

—¿Por qué no me lo pidió a mí?

—Porque tú vas directo a los golpes. Yo no la voy a meter en problemas, únicamente me voy a presentar como su pareja para espantar al imbécil.

¿Realmente había creído eso? Naruto se admiraba de sus propias mentiras.

—¡Ejem! —Apenas notaron la presencia de Karin, quien había entrado en el salón de reuniones y había presenciado todo lo que aconteció. Para colmo, no iba sola—. Naruto, te buscan.