7. ¡Kakashi hdp!

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No fue tan difícil subir hasta la ventana del segundo piso, la que sabía perfectamente era de la habitación de Hinata. A diferencia de la mayoría de los miembros del club, Naruto era delgado, claro que tenía músculos marcados gracias a las horas diarias que le dedicaba al entrenamiento para las peleas, su complexión y agilidad le facilitó el escalar por el muro de concreto cubierto de enredaderas. La ventana estaba abierta, y entró sigilosamente. Procuró echar un vistazo rápido a la recamara, todo estaba tan limpio y ordenado, una fragancia dulce irrumpió sus fosas nasales, era el olor que ella desprendía, magníficamente deliciosa. Era todo lo contrario a lo que él acostumbraba, aroma a tabaco y bebida, grasa y aceite. A pesar de eso, no le importaba, fue como un pequeño respiro de calma.

Dejó de pensar en cosas sin importancia, en seguida se puso a buscar un buen lugar para enconderse de Hinata. ¿En realidad estaría ahí, espiándola? La idea no le agrada del todo, ya que se trataba de ella, de la hermana de Neji, la inocente y pura Hinata...

Toco su frente, donde una leve protuberancia emergía, justo donde lo golpeó accidentalmente con el portaequipaje del auto.

—De inocente no tiene nada —dijo en voz baja—. No se saldrá con la suya.

Le puso atención al armario que había a su derecha, era el lugar adecuado, discreto, cómodo y tenía algo de visibilidad por si acaso.

Cuando Hinata subió a su habitación, Naruto ya estaba oculto. Ella tomó una ducha rápida y, para mala suerte de él, salió del cuarto de baño con su ropa puesta. Se sentó a la orilla de la cama cepillándose su largo cabello oscuro. Su celular sobre el buró se encendió y comenzó a vibrar.

Naruto estaba atento, asomándose por las rendijas de la puerta del armario. Hinata no respondía, sólo se quedó viendo fijo la pantalla. Extrañamente, le costó un tiempo contestar.

—¿H-Hola?

Estaba nerviosa. Su voz tembló al responder.

—Ah, profesor, es usted —¿Profesor? ¿Qué mierda hacía un maestro llamándole a las 7 de la mañana?!

Hinata separó el teléfono de su oreja y puso el altavoz. Naruto agradeció en silencio.

—Disculpe molestarla, señorita Hyuga. ¿A caso la desperté?

—N-No se preocupe, ya estaba despierta. ¿Necesita algo?

Requiero muchas cosas de usted, señorita Hyuga —Naruto no podía creer lo que oía, ¿un maestro coqueteando con SU chica?— Por lo pronto, me comentaron sus compañeras que hoy no asistirá a clases.

Esa voz... pensaba Naruto, algo en esa voz se le hacía familiar.

—Ah, s-sí. No podré, tengo que atender algunos asuntos personales. ¿Hay algún problema?

Claro que no, yo entiendo. Cualquier necesidad que tenga no dude en llamarme, sobre las clases.

La ingenuidad de Hinata era de temer, si Naruto fuera ella ya hubiera mandado a volar a ese acosador.

—Muchas gracias, profesor Kakashi.

—¡¿Kakashi?! —pensó Naruto.

¡Por supuesto! Por eso se le hacía familiar esa voz. Él conoce a un Kakashi, que es profesor, y que justo ayer alardeaba sobre el cómo conquistaba, y deseaba, a una de sus alumnas de la facultad. Es Kakashi Hatake, un miembro del club, y camarada de Naruto y Neji.

Naruto salió furioso del armario.

A Hinata casi le daba un ataque al corazón del susto. Estaba tan sorprendida que no pudo impedir cuando Naruto le arrebató el teléfono.

Strong GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora