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Ambos estaban recostados en la cama mirando hacia el techo, en total oscuridad. Por alguna extraña razon ambos se sentian bien juntos, se sentian cómodos, libres de ser ellos. Se daban paz mutuamente y eso era algo que le hacia bien a los dos.

-¿Que pasó hace un rato? Llegaste muy alterado, y la forma en la que le hablaste a Luh no fue la correcta.
-Dejalo ya. Me molesta que te diga maricon, es todo. No eres gay, y yo sí. No te incómoda, ¿cierto?.

Asai sentia que la voz de Leiva se habia quebrado solo un poco. Se posicionó sobre su codo y lo observó.

-Dime- evitaba a toda costa lo de la homosexualidad.
-No sigas con eso, por favor. Y dejá de mirarme, es molesto que me observes tanto- Asai solto una sonora carcajada y miro nuevamente a su amigo.
-¿Molesto yo? Por Dios, fuiste tu el que me despertó metiendome un dedo repleto de saliva en el odio, eso si que es molesto. - Leiva lo volteo a ver. Se subió encima de Asai quedando a horcajadas.

-¿Piensas que soy molesto?- Paso sus manos por los brazos de Asai hasta llegar a sus manos. -Estas sudando, ¿Tienes calor o te puse nervioso?

Que talento tenia su amigo para subirle la temperatura y los nervios en un segundo.

-Pequeño Asai, ¿Soy molesto?- puso un puchero y se acerco lentamente al odio de su amigo-¿Preferias que metiera ese dedo con saliva en otro lado?-

Asai rió nerviosamente y trago duro, las manos de su amigo seguian sujetando las suyas, seguia sudando. Tener a Leiva encima de él estaba provocando una erección que le iba a resultar difícil quitarse.
Como si su amigo supiera movio levemente sus caderas hacia enfrente.

-Ah, Nero, para- sujeto a su amigo por las caderas y lo miro a los ojos. Se levanto un poco de la cama- No me molesta que seas homosexual.- Leiva lo miro a los ojos y se acerco un poco.

-Me gustas, Asai- sus ojos seguian observandolo- Me gustas mucho- poco a poco se iba acercando.
-No. . . No me gustan los hombres- Contra atacó
-Demuestralo- Y lo besó.

Si bien ya habian tenido un diminuto roce de labios, no se comparaba al beso que Leiva le brindaba a Asai en ese momento. Tardo en reaccionar pero no se negó.
Los labios de su amigo estaban un poco resecos pero aun asi eran suaves y esponjosos. Sabian a cereza. Le gustaba la cereza.
El beso era lento pero aún así, Asai podia sentir la desesperación de su amigo.
Leiva agarro a Asai de las mejillas y lo apegó más a él, empezó de nuevo el ligero vaivén de sus caderas provocando que la erección de Asai creciera cada vez más. Por acto de impulso Asai sujeto a Leiva de las caderas y empezo a guiarlo. Moviendolo un poco mas rápido a lo que su amigo lo hacia. Ambos estaban disfrutando de ese tacto sobre la ropa.

-A- Asai, m-me gustas mucho. Agh, mierda- Asai volvio a juntar sus labios con más desesperación de la que debería.

Se separaron por la falta de aire y un ligero hilo de saliva los unia.

-Dijiste que no te gustaban los hombres- Aun en la oscuridad podia ver la sonrisa burlona de Leiva.
-A la mierda que no me gusten los hombres- Levanto sus caderas para volver a hacer contacto.- Tu provocas hasta al ser más heterosexual-

Mentira. Asai era mas gay que nada.

Leiva sonrio un poco ante lo dicho por su acompañante. Se volvieron a besar con más ferozidad que la primera vez. El ambiente se estaba calentando, el vaivén de Leiva sobre su erección lo estaba volviendo loco.
Asai empezo a mover sus caderas hacia arriba para que el contacto fuera mayor. Pequeños jadeos escapaban de la boca de su amigo.

Los besos de Asai empezaron a descender por la mandíbula hasta llegar al cuello de su amigo. Subcionaba y daba pequeñas mordidas. Leiva lo recostó y lo empezo a desvestir, dejandolo solo en ropa interior.

-No sabes lo difícil que fue no mirarte el primer día que llegue aquí. Mojado y con solo una toalla. Ganas no me faltaron de tirarme encima tuyo.- Empezo a besar los pectorales de su amigo. Asai jadeaba mientras Leiva seguia bajando poco a poco por su vientre hasta llegar al elastico de la ropa interior.

-No lo hare- Leiva paro en seco y se sentó en la orilla de la cama

-¿Qué?¿Por qué no?-

-No quiero que nuestra amistad sea rara- Asai sonrió y se acercó a él. Lo abrazo por detrás y dio un pequeño beso en su cuello.

-Nuestra amistad es rara desde que planeaste un secuestro.- volteo la cara de Leiva y junto sus frentes.

-Wey, si te la mamo será más raro- Ambos rieron- O sea, un secuestro y un intento de acoso no es nada. Una felación ya es mucho-

-A ti todo te queda corto-

-Eres un maldito calenturiento- Lo empujó un poco. Y se subió de nuevo sobre él.

-¿No me la vas a. . . Aah, Lei- Asai sujeto las caderas de su amigo y lo acerco a él-Quiero que me la chupes-

-Mirate, jodido. ¿De dónde sacas ese vocabulario?- Una sonora carcajada por parte de ambos se escuchó por toda la habitación- Está bien, pequeño Asai-

Leiva bajo del regazo de su amigo y se posiciono en medio de sus piernas. Volteo a ver a Asai y este lo miraba divertido, Leiva le mostró la lengua en un gesto infantil.

-Mejor úsala ahí abajo-

Bajo el elástico de la ropa interior de su amigo liberando la erección. Volvió a ver a Asai, estaba totalmente acostado en la cama, esperando a que su amigo comenzara.

-Bueno, de pequeño no tiene nada.- Asai volvió a reír. ¿Como podían estar en medio acto sexual y conversar tan tranquilamente?

Y así lo hizo, le empezo a chupar el pene a su amigo. Los jadeos de Asai inundaban toda la habitación.

Continuaron sus juegos por un rato más. Ambos reían, conversaban, gemían, disfrutaban.

. . .

Del otro lado de la puerta, Luh escuchaba todo.



*
Asco de capítulo. No sirvo para escribir escenas sexuales. 

Ni para escribir nada en general.

¿Amor? NoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora