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Estaba sentado en el borde del muelle viendo como los peces se acercaban rápidamente cuando les lanzaba algunas migajas de pan. Se sentía feliz. Tranquilo. 
Si tranquilidad se vio alterada cuando escucho pasos detrás de él. Al voltear los rayos del sol lo cegaron por unos segundos. Justo cuando estaba por ver el rostro de aquella persona un fuerte golpe hizo que abriera los ojos.

-Joven Asai, si no le interesa mi clase se puede retirar- Unas risas se escucharon por todo el aula. Alzo la vista y se encontró con su profesor sosteniendo la mirada sobre de él. 

Después de unos segundos continuo con su clase mientras caminaba por todos los espacios entre los pupitres con la mirada en alto. Cuando termino volvió a su lugar frente a sus alumnos y miro a Asai de nuevo. 

-Usted se quedará al finalizar la clase- Asai alzo la vista de nuevo, dispuesto a protestar- No esta a discusión- y volvió a escribir en el pizarron fechas y nombres.

El joven volteo a ver su alrededor, en el fondo del salón había al menos dos personas dormidas y el resto estaba en su móvil, sin darle la mínima importancia a la clase, y solo lo había visto a él. 

El tiempo paso lento, la clase de historia nunca fue su favorita. Le daba mucha pereza tener que aprenderse nombres y fechas que ya no tenían ninguna importancia para él. Sonó el timbre y todos comenzaron a guardar sus cosas. 

-El asiento en el que estaban hoy sera su lugar por el resto del curso. -dijo con voz autoritaria-¿Que me ven? Largo. Excepto tu- Apunto a Asai-Quédate en tu lugar- 

Sabia que el muchacho no había hecho nada malo, solo quería verlo de cerca y confirmar su hipótesis. Se acerco al lugar de su alumno y lo observo por al menos tres minutos sin decir nada. Sus caras estaban muy cerca, podía sentir el aroma a café y cigarro que emanaba su superior. Asai se removió incomodo en su lugar. 

-¿Te conozco de algún lado?- El joven negó-¿Seguro, honey?- Los diminutos  bellos detrás del cuello de Asai se erizaron y por su espalda recorrió una gota de sudor helado. 

-No, jamás lo había visto hasta hoy. Señor, si me disculpa.- Se puso de pie y casi tropieza- Mi amigo me espera- y salio corriendo de ahí.

Salió a paso rápido del aula, perdiendo el equilibrio a cada paso.  No había vuelto a escuchar ese sobrenombre en años. Jamás había visto a esa persona y que de la noche a la mañana aparezca y le diga de esa forma lo alteró.

-¡Hey, pequeño! Lamento llegar tarde- Observo que Asai estaba pálido,casi blanco-¿Que te paso?- Leiva lo sujeto por las mejillas-¿Estás bien?-

-Y-Yo estoy estoy bien- lo miro a los ojos y asintió para reafirmar su mentira- solo tengo ganas de. . .de cagar, solo eso. Voy al servicio- Y desapareció fugazmente de la vista de su amigo.

Todos sus sentidos se alteraron. Honey, honey, honey.

Las siguientes horas de clases acabaron rápido. Se percató de que Theo tomaba clases de francés en el mismo colegio, así que almorzaron juntos. 

-¿Arreglaste el problema con tu amiga, A?- Estaban sentados en una mesa cerca de las ventanas. 

-¿Uh? ¿Qué problema? ¿Qué amiga?- Casi se ahoga con su comida, empezó a hacerle señas a Theo para que no dijera nada.

-¿No te dijo? Vaya, pensé que eran mejores amigos o algo así-  Tomó un sorbo de su bebida. Asai seguía haciéndole señas para que se callará. Theo era muy lento.-Bueno,resulta que tuvo se. . .-

-¡LEIVA! ¿Ese que esa haya no es Luh?- Leiva volteo rápidamente para buscar a su hermano. Mitras tanto Asai jaló a Theo para tenerlo mas cerca- Ni se te ocurra decir algo, escuincle.-

-¿Si no qué?- 

-Les contaré a todos de tu tercer pezón- 

Theo formo una "O" con su boca- No lo harías-

-¿Apostamos?- 

-Oye pequeño, no era Luh- volteo a ver a Theo- ¿Que me ibas a decir?- La mirada de Asai estaba fija sobre el más pequeño de los tres.

-Nada, Leiva. Nada-

. . .

-¿Por qué llegaste tarde?-

-Tenia que arreglar unos asuntos del trabajo- dijo esquivando las miradas acusadoras de Asai. -Saldré hoy en la noche con unos amigos, no te molestes en esperarme-

-No lo haré, por algo tienes las llaves- soltó una leve risa y observó que su amigo hacia pucheros- Que bueno que hayamos podido arreglar lo de la vez pasada, hubiese sido incomodo-  Paso su brazo por el hombro de su amigo.

-Si, incómodo- Leiva rápidamente beso los labios de Asai.

-¿Pero que haces, loco? No-No quedamos en eso- alejo un poco a su amigo y lo observó. Sentia que sus mejillas estaban rojas.

-Claro que si, dijiste que amigos con derechos- Asai iba a protestar- No te quejaste cuando lo dije la primera vez, así que no hay vuelta atrás- y salió corriendo.

Sonrió al recordar como habían llegado a ese acuerdo "entre los dos". 

. . .

-Tenemos que hablar- miró molesto a su amigo y este le sonrió nervioso.

-¿Hablar de que, bebu?- recostándose totalmente en el sofá y posicionando sus pies sobre las piernas de su amigo, haciendo que su postura fuese más cómoda para él.

-Sobre lo que pasó anoche entre los dos. Debemos de dejar las cosas en claro-

-Yo tengo todo en claro- se enderezó y se acerco a Asai- Tú me gustas y eso nada ni nadie lo va a cambiar- Se fue acercando poco a poco para hacer ese roce de labios que tanto le gustaba hasta que sintió una mano que se lo impidió-¡OYE!-

-Tal vez tengas del todo claro, pero yo no. ¿Ok? ¿Te parece bien si solo amigos?- sonrió débilmente.

-Esta bien, A- revisó su celular y todo su cuerpo se tensó- Me tengo que ir- besó a Asai y antes de desaparecer- ¡AMIGOS CON DERECHO! Anotado-

-¿Amigos con derecho? No, no era e. . -

-Si, exacto. Amigos con derecho- lo volvió a besar para esta vez ahora si desaparecer al cruzar la puerta de entrada.

-Esta bien-

Leiva siempre cambiaba las cosas para su conveniencia. 

 . . .

Al entrar a su habitación dispuesto a no esperar a su amigo y a hacer sus labores escolares se percató de que había un lirio blanco que adornaba su cama junto con una nota.

"Lamento lo de ayer por la tarde. Espero y todo vaya mejorando entre tu y yo, Asai

-Luh"

¿Amor? NoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora