Tormenta

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Caía una fuerte tormenta y yo trataba de refugiarme en un libro y una taza de té, pero no estaba dando mucho resultado. Un  trueno me hizo sobresaltar y por poco derramo todo el líquido caliente sobre mí. 

-Mierda—Susurré para mí misma y dejé la taza sobre mi mesa de noche.

De repente, sentí un ruido proveniente de mi ventana. Mi habitación quedaba en el primer piso, por lo que no era muy difícil acercarse a ella. Si mi corazón ya estaba un poco asustado por la tormenta, esto me puso los pelos de punta, pero igualmente decidí ir a mirar. Después de todo, el vecindario se caracterizaba por ser seguro.

Corrí la cortina y mi boca se abrió en sorpresa ante la imagen frente a mí: Mi novio bajo la lluvia, con un impermeable blanco, a punto de tocar mi ventana nuevamente con sus nudillos. La abrí rápidamente y él entró, dejando mi piso empapado al sacarse el impermeable.

-¿Qué haces aquí?—Susurré alterada.

-He venido a verte, ¿acaso no es obvio?

-¿No puedes ser como las personas normales que esperan que pasen las tormentas y que sea una hora más prudente? ¡Ah! Y que tocan las puertas y no las ventanas.

-Así perdería toda la magia—respondió risueño.

-Shawn—le recriminé con mi tono de voz, cruzándome de brazos.

-Está bien—dijo como si estuviese rindiéndose—Le temo a las tormentas.

Yo sonreí.

-Eres adorable.

-Y tengo mucho frío—respondió con un puchero.

-Acuéstate, iré a prepararte un té. No metas ruido— Él asintió sonriente y comenzó a sacarse los zapatos para meterse en la cama mientras yo iba en busca de su té. Cuando volví, estaba tapado hasta la cintura y sin camiseta-- ¿No que tenías frío?

-Sé que durmiendo contigo no lo tendré—Yo rodé los ojos—Por supuesto el calefactor también ayuda.

Yo solté una carcajada y le pasé la taza de té. Cinco minutos después escuché un golpe en la puerta y lo observé, ambos nos quedamos estáticos. Agradecí haber cerrado con llave.

-t/n, ¿qué fue esa risa? ¿no deberías estar durmiendo?—Era la voz de mi padre.

-Lo siento, estaba viendo algo en el celular, ya me duermo.

-Está bien, que descanses—se despidió, y cuando dejamos de escuchar sus pasos, Shawn y yo dejamos soltar una carcajada, aunque esta vez tapándonos la boca para no hacer ruido.

-Eso estuvo cerca—dijo.

-Eres mi novio hace dos meses y ya me estás haciendo mentirle a mis padres.

Él se encogió de hombros mientras sonreía y se acercó a mí para dejar un corto beso en mis labios. Negué con la cabeza y tomé mi taza para meterme en la cama y conversar de cualquier tontería. Cuando terminamos, me levanté para apagar la luz, justamente en el momento en que escuchábamos otro trueno.

-Casi me había olvidado por completo de la tormenta—Comentó, al tiempo que yo apagaba la luz. Esperé un poco hasta que mis ojos se acostumbraron a la oscuridad y me saqué el vestido que usaba como pijama—Mirando tu silueta definitivamente me he olvidado de la...

-Cállate—le interrumpí riendo.

-¿Por qué te has sacado el vestido? Hace frío.

-Porque sé que contigo no lo tendré—le respondí guiñándole el ojo, aunque no creía que pudiese verme lo suficiente para notarlo. Su risa me dio a entender que había notado mi uso de sus palabras, y caminé hasta la cama, donde me arropé y abracé a su cuerpo. Cuando sentí su piel desnuda contra la mía, supe inmediatamente que esa noche no pasaría frío.

Shawn Mendes ImaginasWhere stories live. Discover now