Aquella tarde Daichi conoció a los peques, todos se presentaron de forma muy educada se notaba que Suga les tenía bien enseñados. A Daichi se le hicieron tiernos y pillos, aunque algo reacios a hablar con él al principio. Pero pronto se los ganó con juegos y alguna broma tanto así que a última hora Suga se los tenía que quitar de encima para que le dejaran irse, mientras le pedían que regresara pronto.
«Quieren a Suga, pero se nota que necesitan más atención... Se encariñan muy rápido, como todos los niños abandonados...», se decía.
Volvió al hostal con una sensación agridulce en el pecho, su cabeza le decía que siguiera su misión pero sus sentimientos empezaban a murmurarle que los niños no parecían infelices allí aunque no tuvieran apenas nada. Pero por suerte o por desgracia Daichi siempre fue un hombre que se guió por su raciocinio.
◈◈◈◈◈
Al día siguiente regresó a la casa después de comer.
—Hoy sin rayajos —dijo Suga nada más abrir la puerta.
—¿Qué?
—Ayer estuve todo el día con una mancha de rotulador en la cara y no me dijiste nada.
—¡Ah! —se rió—. Cierto, lo siento.
Suga hizo un mohín.
—No te quedaba mal —añadió Daichi para intentar arreglarlo pero Suga solo negó con la cabeza.
—¿Quieres pasar?
—Por supuesto.
—Están todos en la sala de lectura —le explicaba mientras caminaba por el pasillo tras él.
Fueron hasta allí y Daichi se sorprendió de encontrarles a todos sentaditos y ordenados frente a una pizarra plegable con el abecedario escrito en mayúsculas. Le había explicado que debería haber un docente que fuera allí por horas pero no lo enviaban y eso lo estaban pagando los niños en su educación pues deberían estar escolarizados desde los tres años y empezar estudios a los cinco por ley, de hecho Asahi ya tenía seis y apenas sabía lo justo.
Por lo demás, en la salita había montones de tablas explicando vocabulario básico de la naturaleza como la luna, las estrellas, el sol... Parecía todo escrito por Suga.
«Aun así esto no es suficiente» pensó Daichi e imaginó a Suga tan hermoso señalando las letras y pronunciandolas despacio lo que le hacía ver exagerado y divertido.
«Pero él ya debe saber que esto no basta...» se decía.
Nada más entrar, todos se alegraron al verle y le saludaron con energía.
—Daichi-chan —dijo feliz Hinata moviendo su manita—, ¡hola!
—Hola, chicos, ¿os pillo aprendiendo?
—¡Sí!
—Siéntate aquí.
—No, chicos, él esto ya se lo sabe —dijo Suga—. Viene a hacer inventario del material que tenemos.
—¿Qué es inventario? —preguntó Kageyama.
—Va a ver todas las cosas que tenemos y las apuntará en su libreta.
—¿También va a apuntar a T-sukki-Rex? —dijo señalando un dinosaurio de peluche que estaba sentado con ellos como un alumno más. Daichi lo reconoció como el que pisó sin querer la pasada tarde.
—Eres tonto, Kageyama... —protestó Tsukki.
—Solo era una broma, tú eres el tonto...
—¡Nadie es tonto! —intervino Suga—. Me prometisteis que os portariáis bien... —dijo con voz de regañina y ambos se callaron. Mientras les reñía Hinata se había acercado a Daichi.
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Guardián del nido [DAISUGA]🐣
FanficAU HAIKYUU 🐣🐥🐣🐤🐣 Suga es el encargado de un orfanato sin muchos recursos que la Administración trata de cerrar pese a la negativa por parte de Suga. Para lograrlo enviarán allí a un asistentes social, Daichi Sawamura, para que realice un infor...