Tocada por la Luna: Final

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Empecemos por el principio.

Akari era una niña normal como otra cualquiera. Vivía con su familia en un pueblo apartado, en medio del campo. Hasta los siete años, la niña tuvo una infancia feliz y apacible aunque algo solitaria,con unos padres que adoraban su jovialidad y que querían darle lo mejor. En aquel entonces, sus dos ojos eran violetas. Su madre solía prestarle el vestido que usó en su boda para que lo llevara en sus largos paseos por los prados; un vestido sencillo pero hermoso, de color nacarado y demasiado largo para la niña. 

Fue en uno de esos paseos donde la encontró.

Entre unos arbustos, Akari vio a una mujer hermosa, de corto cabello rojo y piel blanca como la porcelana, la cual hubiera sido perfecta de no ser por las numerosas heridas que portaba. Como pudo, Akari intentó reanimar a la mujer y no se separó de su lado hasta que esta abrió los ojos. Unos ojos preciosos de color dorado de pupilas afiladas. Cuando tuvo las suficientes fuerzas para levantarse, Akari llevó a la mujer a una pequeña cabaña que la niña utilizaba como escondite.

Akari nunca le preguntó el nombre a la mujer, ya que dado el estado en el que se encontraba sabía que lo mejor era no hacerle hablar de su pasado. Ambas comenzaron a pasar mucho tiempo juntas, y la mujer fue poco a poco cogiéndole cariño a la niña. Tanto fue así, que un día le reveló su nombre: Anyura.

La niña no lo sabía por aquel entonces, pero esa mujer no era una mortal corriente. Anyura era la hermana pequeña de Cordelia, la gran olvidada del Clan Víbora. Todos los focos estaban puestos en la purasangre de cabello violeta, ya que al ser la mayor sería la heredera del mismo. Anyura, por su parte, estaba contenta con estar oculta en la sombra, ya que la vida era mucho mas fácil para ella de esa manera. Además, dado que Anyura había heredado los ojos dorados y la consecuente magia que se atribuían al Clan Fundador, solía ser renegada por todos. Había una persona, sin embargo, que se interesó por Anyura y por su rebelde y solitario carácter. 

Beatrix.

Cuando Beatrix se unió a la "familia" que Karl Heinz estaba creando, encontró por primera vez compañía en la extraña mujer, tan diferente de su hermana mayor. Ambas solían pasar los días juntas, simplemente hablando y dando largos paseos. A Anyura le entristecía y enfadaba a partes iguales cuando, en esas conversaciones, Beatrix hablaba de como la inundaba una profunda soledad cuando se daba cuenta de que su marido no la amaba. Fue por ello que la mujer comenzó a tener un odio acérrimo hacia su cuñado. 

Un día como otro cualquiera, Beatrix le dijo a su amiga que se había quedado embarazada. Anyura nunca olvidaría la única lágrima que corrió por el rostro de la siempre inexpresiva Beatrix, una lágrima de pura felicidad. Entre Anyura y su futuro hijo, ella nunca más tendría que sentirse sola, pensó la vampiresa. Sin embargo, dicha alegría sería pronto eclipsada por dolor, ya que el temprano embarazo no pasó desapercibido para la primera esposa de Karl Heinz.

Cordelia montó en cólera y se dirigió hacia Beatrix, dispuesta a acabar con su vida . El mero hecho de saber que alguien que no era ella le daría un hijo a Karl Heinz la enfurecía, pero que Beatrix fuera esa persona y además fuera el primer hijo del mismo la volvió loca. Encontró a la vampiresa rubia dando su rutinario paseo con su hermana pequeña y, sin titubear, atacó. Mientras que Beatrix no pudo reaccionar, Anyura se interpuso entre su amiga y su hermana, resultando gravemente herida. Ya que había ido en contra de los deseos de su hermana, ordenó a los sirvientes de la mansión que se deshicieran de ella y la mandaran a algún lugar olvidado y alejado.

Y así fue como acabó en los brazos de Akari. 

Un año compartieron juntas. Un año donde su relación llegó a un punto donde sabían que jamás querrían separarse la una de la otra. En todo ese tiempo, Anyura fue incapaz de revelar su propia naturaleza a Akari, temiendo alejarla de su lado. Dado que pertenecía al Clan Víbora, la sangre no era necesaria para su supervivencia, haciendo que ocultar su identidad fuera más sencillo. En uno de sus apacibles días juntas, encontraron a un pequeño gato negro y decidieron adoptarlo. Mientras que no coincidían en que nombre ponerle, ambas sabían que lo cuidarían juntas. Y así fue como, en su inocencia y búsqueda de la felicidad, formaron una pequeña y utópica familia.

Tocada por la luna (Diabolik Lovers Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora