Tocada por la luna (Diabolik Lovers Fanfic)

Ella toca el violonchelo

NORMAL POV

Finalmente, los cinco se separaron del largo abrazo, para dedicarse sonrisas alegres. Akari frotó los cabellos de los hermanos con felicidad, mientras ellos le respondían con risas y quejas de broma.

En ese instante, Akari no pensó en otra cosa que en la felicidad que la inundaba. Nada más importaba.

Hasta que oyó que alguien la llamó por detrás.

– ¡Akari-chan!–escuchó Akari decir a una agotada Yui tras correr hacia ella. Sin embargo, la chica se detuvo al ver la compañía de Akari.

– ¡Yui, tengo que presentarte a alguien!–le respondió, haciéndole una señal para que se acercara.

Algo más confiada, Yui se adelantó hacia donde estaban.

–Chicos, esta es mi mejor amiga–les presentó, pasando un brazo por el cuello de Yui y acercándola más a ella.

Yui vio en Akari una sonrisa nunca vista y una felicidad inusitada para una persona tan solitaria como ella. Todo esto animó enormemente a la chica de ojos rosas, por lo que pasó un brazo por la espalda de su amiga, juntándose aún más.

Para agrado de ambas, los chicos sonrieron y asintieron entre ellos, claramente felices de que Akari hubiera conseguido romper aquella barrera invisible que la separaba de todas las personas.

–Estos son Yuma, Kou, Rukki y Azusa.

–Es Ruki, Shinigami-chan. "RuKi".

–Como sea–dijo Akari con un ligero rubor en las mejillas, claramente avergonzada por no saber pronunciar el nombre de su amigo correctamente.

Ruki rio ante la reacción de la chica, al igual que sus hermanos. Al final, los seis acabaron riendo, llenos de aquella aura de felicidad que los rodeaba.

–Un placer conocerles–dijo Yui, levantando la mano para presentarse. –Me llamo Komori Yui, ¡encantada!

Akari, tras mirar a su amiga, dirigió la mirada hacia los hermanos. La sonrisa que presentaba la cara de la de blancas pestañas cambio drásticamente al ver la cara pálida de los chicos.

– ¿Has dicho...Komori...Yui...?

Yui, que finalmente se dio cuenta de la reacción de los cuatro, retiró la mano con lentitud, poniéndose pálida ella también.

Y es que reconoció aquella mirada que portaban los Mukami.

La mirada del depredador.

Yui quiso correr, quiso esconderse, sin saber por qué.

Akari quiso apartar a Yui, quiso enfrentarse a sus amigos, sin saber por qué.

Sin embargo, antes de que ninguna de las chicas pudiera hacer nada, un par de manos agarraron a las chicas del hombro contrario, arrojándolas con fuerza hacia atrás.

Mientras que Yui cayó aparatosamente al suelo, Akari consiguió frenar la caída apoyando con fuerza los pies y las manos, dejándose arrastrar hacia atrás. Cuando alzo la mirada, vio dos sombras que se interponían entre ellas y los que la chica había considerado su familia.

Akari iba a decir algo, pero fue interrumpida por las voces de las personas que las habían empujado.

–No sé qué queréis, falsos vampiros, pero no dejaremos que os acerquéis a nuestra comida– dijo la primera voz, que Akari reconoció como la voz de Ayato. Él fue el que tiro a Yui hacia atrás, ya que se encontraba delante de ella. –Lo que es del Ore-sama no se puede tocar.