Tu.

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Escucho ése dulce sonido...
Bajar por por mis terminaciones nerviosas
Escucho cada una de mis vértebras vibrar...
Cuando me besas.
Dulce y delicado sonido el de mí cuerpo retorciendose al recibir tus besos.
Rudo y cruel el sonido del silencio cuando te detienes a observar mí rostro y mí cuerpo, sediento de más.
Y tan cruel como yo, decide jugar tentandome, jugando con mí necesidad de más, jugando con mí incapacidad de ser saciado por lo mundano.
Quiero tan solo no dejar de ver ése rostro pícaro, cuando decides recorrer las mesetas de mí cuerpo con esas dos líneas color rosa que tienes por labios. Siento ver una puesta de sol cuando te alejas y desapareces en el horizonte de mí pecho... Con esos cabellos de sol.
Cuando te detienes, y creas un amanecer, siento tus labios jugando con los míos una vez más. Sabes que ser tu parque de diversiones no me molesta, sabes que el momento en el que se cierren las puertas, éste parque seguirá siendo tuyo.
Al atravesar la noche junto a ti, creo saber lo que fue ser querido de verdad. Aún así no estoy seguro de cuán creyente soy de tu amor, no estoy seguro de cuán verídico es el amor que te tengo yo a ti, y ése es el momento en el que te pediré me disculpes por no ser lo que esperabas, no ser lo que mereces quizás.
Ahora eres consciente de cómo creo que soy...
Por eso debes saber que mí alma dormirá junto a la tuya todas las noches, aunque a veces mí cuerpo no lo hará. 

De Poesías Me Hago.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora