"Una cuerda donde poner las pinzas"

Parte 1

"El tiempo pasa, sigues en el mismo sitio. Quieres recuperarlo, se ha ido".

La editorial para la que trabajaba de correctora e ilustradora, le dejaba ser muy independiente, solo tenía una fecha de entrega. El tiempo se lo podía organizar como quisiera.

Comencé con trazos gruesos, casi al límite de traspasar el papel.Rápidamente las viñetas fueron tomando cuerpo. Sin pausa, con trazo firme, poseída, secuestrada por un dios desconocido al cual entrego el alma. Y así viñeta a viñeta, una detrás de otra, los personajes fueron tomando cuerpo. Martín estaba allí, perdido en la meseta de Anatolia, con su traje de domingo. Los montañeses eran personajes rudos, reales, instantáneos, como la realidad, por arte de magia. El tiempo no existe, solo la fuerza irresistible del novicio, que sigue a su maestro. Yo perseguía a mi dios sin reconocerlo. Los Dioses no corpóreos son los más arrebatadores. Los llevas dentro y su fuerza te subyuga, te empuja, te lleva, te arrastra hasta olvidar el tiempo..... y en un instante habían pasado 4 horas...paré desmayada ante el mensaje de mis amigas Lola y Alex.

Me invitaban a salir esta noche.... ¡Era sábado! Trabajan en una agencia de publicidad y tienen rutinas. ¡Qué maravilla tener rutina! Siempre sabes lo que hacer....

Una tarjeta de visita con un chico moreno de labios grandes detrás de una persiana de lamas a medio abrir. ¡La Sonrisa Metálica ¡ Bar Chilote

Estas mejicanas me llevan por el mal camino.... Me gusta que me lleven por el mal camino, de vez en cuando... y luego a la rutina.

No hay mujer fea, solo si tú misma no te aprecias. Así que me fui a la peluquería, donde Sergio me atendió con esmero, mientras me informa de los avatares del mundo, las ventajas de las operadoras digitales, qué hacer para ahorrar dinero con el móvil y lo contento que esta con su pareja. Ventajas del amor. Todo es pasajero y lo ignoramos...pero era mi gimnasia mental.

Salí nueva, de mente y cuerpo, y así elegí mi traje de buscar hombre,ese que todos reconocen, como un semáforo en verde. El tiempo es ido, el cuerpo no espera, aprovecha, cuando viene, pasa, te mira y se va. Luego solo te queda escribir lo que pudo pasar....o ¿no?

La Sonrisa Metálica era como Morrison Hotel, una antigua tahona, en los bajos de une dificio victoriano. Con su persiana de lamas y el rotulo de chico moreno de bellos labios encendido detrás.

Allí estaban Lola y Alex, como otras, buscando la noche, arrastrando el destino, luchando contra él o a favor de él, todo es un juego de creencias, eres el jugador que debe elegir, órdago o cartas. Verdad o engaño, como la mujer y el hombre. Brusco, directo, sin piedad,sin compasión, en el juego de la seducción no hay segundas oportunidades y no hay que preguntar, el tiempo es ido y hay que adelantarse a él.

El juego era conseguir el mayor número de ligues, hombre y/o mujer, el hombre valía doble, aquello era un bar... más bien de lesbianas, y los hombres un animal en vías de extinción. Cada vez menos necesarios.

¡Tenían que descargas adrenalina ¡ Toda la semana apretadas en esos trajes,rígidos, como la percha donde cuelgas la ropa.

Un,dos tres... una mirada cruzada, con insinuación y el rubio de ojos verdes, chico americano por excelencia se te acerca.... Lola no pierde el tiempo y esta agarrada a una pelirroja de tez blanca.... ¡Cómo me gustan las pelirrojas ¡ Aquí tenemos a boy, se llama Mich,te invita a una margarita, está aquí para hacer unos arreglos en la sucursal local, le dejo mi tarjeta para quedar dentro de 2 horas. Alex no ha movido ficha, espera algo que le guste... de verdad.

Y así como en una mesa de billar, bola tras bolas, al cajón. Quien consiga más gana, y además mete la última bola... ¿Dónde? Con el estrabón. Puf,  que marcha...hasta acabar la munición.

....De mañana. Me levanto estoy en una cama, y un tipo al cual no recuerdo está dormido a mi lado. Es un ático, y Central Park a mis pies. ¡Dios mío! Como pasa el tiempo. Me levanto y salgo en cueros,con la sabana de adorno, cubriendo mi cuerpo. Cuadros con fotos vintage decoran el sitio. Una foto de un senador con el Capitolio detrás, derechos civiles, 1966... ¿Con quién demonios me he acostado? Y sin saber si he ganado la apuesta....