Capítulo 7

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Bala

De pronto hace calor, mucho calor. Brook tenía razón cuando dijo que su chaqueta era muy calentita. Él me ha dado su chaqueta, eso es muy tierno de su parte, y ahora estamos muy,muy cerca. Nunca he besado a un chico. Cuando pasó lo El Final yo tenía 13 años y por aquel entonces me gustaba un chico de mi instituto pero no llegamos a nada porque ya sabéis, se estaba acabando el mundo. Pero él no me va a besar, ¿o sí? Estoy muy nerviosa, siento su respiración contra mi cara. Es tan guapo que me pierdo en su intensa mirada. Estoy fantaseando mucho, seguro que solo soy una cría para él. Estoy pensando demasiado. ¿Qué debería hacer? Al final son los nervios los que hablan por mí y no se me ocurre otra cosa que decir:

-¿Quieres venir a mi casa? -Pero ya es demasiado tarde, para cuando me doy cuenta, ya lo he soltado. Una mueca divertida cruza su cara. -¡NO! No era eso lo que quería decir, y-yo solo quería... si tú querías... Dios lo estoy empeorando.- Me tapo la cara con las dos manos. Él suelta una carcajada que suena por toda la habitación y yo mientras me muero de la vergüenza.

- Tranquila, te he entendido. Sí, me gustaría ver donde vives. -Llevo mis ojos hasta los suyos y cuando nos miramos, estallamos en risas los dos.

Pasa casi media hora cuando la tormenta para. Le pregunto si quiere hacer una parada en un centro comercial antes de ir a mi casa, por si necesita ropa, y él accede alegremente. Salimos equipados y lo llevo hasta el centro comercial. No nos hemos mojado demasiado porque lo que cae es llovizna. Llegamos, no es muy grande pero tiene un par de tiendas. Entramos en la más grande y él se va por la parte de chico y yo por la de chica. Decido elegir la ropa por utilidad y comodidad y no por lo bonita que sea, porque entonces me llevaría las cosas menos prácticas. Siempre suelo vestir de negro, es el color más simple y es el más discreto. Esta vez he decidido coger unos pantalones de camuflaje verdes, y un par de camisetas y jerséis de todo tipo, de color blanco, negro y gris. Paso por la parte de lencería y no me puedo resistir, me gusta la ropa interior bonita. Me paseo discretamente por los pasillos y vacilo entre probarme un par de conjuntos. La verdad es que suelo usar sujetadores deportivos, son los más cómodos, pero también me gusta verme bien frente al espejo, aunque no los use nuca. Decido coger tres conjuntos de encaje, uno blanco, otro negro y otro granate. Con un montón de ropa voy hacía los probadores y escucho a Brooklyn cantar mientras se prueba la ropa. Entro en silencio en un probador cercano al suyo porque no quiero interrumpir sus canciones, y además así me río un poco. Me río en silencio mientras me desvisto.

 Lo primero que me pruebo es el conjunto negro. Me miro al espejo y me observo. He adelgazado bastante desde que todo se acabó. Nunca he estado gorda pero tampoco delgadísima como las modelos de antes. Observo mis curvas y mi piel pálida cubierta de finas pecas. Nunca me ha gustado el color de mi piel, parezco un vampiro. Me suelto el pelo de la trenza, mi larga cabellera rubia me llega casi por las caderas, tal vez debería cortármelo. Voy a probarme un jersey cuando sin querer me golpeo el dedo meñique del pie con mi pistola y un escalofrío de dolor recorre mi cuerpo y suelto un gritito. Escucho a Brooklyn llamarme. Sin prestarle atención a lo demás me observo el dedo mientras me muerdo el labio por el dolor de mi dedito. Y todo pasa demasiado rápido, Brooklyn descorre la cortina del probador y me apunta con la pistola mientras yo grito sorprendida por él. Él se queda embobado mirándome y noto como su mirada me quema el cuerpo. Muerta de vergüenza cojo lo primero que veo en el suelo y me tapo con eso. 

- Guau Bala estás...- Sus ojos me recorren entera y yo le miro con los ojos muy abiertos. La pistola se le ha caído de las manos. Viste un bañador de palmeras, una camisa medio abierta mal abrochada que deja ver sus abdominales y una gorra hacia atrás. Sus pintas tal vez me hubiesen divertido en otras circunstancias.

- ¡¿Por qué sigues aquí?! ¡Vete!

- Y-yo... ¡Lo siento!- Al ver que tarda mucho en recoger la pistola torpemente, suelto la camiseta con la que me estaba tapando y cojo mi francotirador y le apunto.- Joder Bala tú...

- ¡¡¡¡Fuera!!!! - Viendo que no se movía y que se embobaba cada vez más, disparo al techo.

- ¡L-lo siento! Me voy me voy. - Sale corriendo.

Siento mi cara arder y cuando me miro en el espejo veo que está toda roja. Menuda escena.

 Sin probármelo todo lo guardo en mi mochila. He decidido estrenar el pantalón militar que va bien con la camiseta negra de tirantes que llevo. Salgo del probador y me uno con Brook que está mirando relojes. Lleva unas botas nuevas y se ha puesto un gorro que le queda muy bien. Le hago una señal con la cabeza indicándole que nos vamos. Salimos, una bocanada de aire me hiela por completo,hace muchísimo frío y yo maldigo los cambios de temperatura, porque se me están congelando hasta los mocos. Me pongo la chaqueta de Brooklyn y este me mira con una sonrisa, yo decido ignorarlo y seguir caminando. El silencio es incómodo, no paran de pasar las imágenes de lo que ha pasado por mi cabeza. Él parece darse cuenta porque decide romper el silencio, pero de la peor manera.

- Y...¿qué tal tus compras?- Ante su comentario me giro y lo miro, pero no parece entenderlo.

- Pues no se, dímelo tú, ¿qué te parece lo que me he probado?- Nótese el sarcasmo y la ironía. 

- Madre mía pues espero que te lo hayas quedado porque te quedaba muy bien ese su... - Yo abro los ojos como platos y me paro en seco. Confirmamos, el chaval es tonto, pero parece darse cuenta de su metedura de pata.- Mierda... - Él me mira como si me pidiera disculpas y me adelanta andando.- Pues hace frío hoy.

RadioactivoWhere stories live. Discover now