2

355 48 26
                                    

Y ahí estaba, un confundido Hueningkai caminando de regreso hacia su apartamento, tenía aquel papel en su bolsillo, no lograba decifrar las emociones de aquel momento, era una especie de confusión con algo de felicidad -Quien sabe de donde salió-, y mientras una parte de él decía que debía marcar ese número, otra parte decía que era peligroso, que recuerde las palabras y consejos de su madre...
Ya dentro del apartamento dejó sus llaves sobre la mesa junto con su billetera, de su bolsillo sacó su celular acompañado por el papel, lo abrió poco a poco revelando el contenido de éste, y ahí estaba, el número que atormentaba sus pensamientos, una vez añadido en sus contactos decidió ir a la mensajería.
Ahí se encontraba, con sus temblorosos dedos sosteniendo su teléfono, queriendo enviar el mensaje, así que sin más vueltas, lo envió, esperó unos minutos hasta recibir una respuesta...

-Hola, Florecilla, ¿cómo estás?-

El chico se había quedado completamente mudo, ¿¿Florecilla??

-Bien supongo...¿cómo sabes quien soy?-

Claramente estaba tenso, en sus manos sudorosas se reflejaban sus tantos nervios e inseguridades.

-No le pasas tu número a un completo desconocido todos los días ¿verdad?-

-Si...claro, ¿Qué sucede?-

-Recuerda que tú fuiste el que me habló, cariño-

-Oh... bueno, ¿de qué quieres hablar?-

-Sé que quieres saber más de mi trabajo, no debería confiar en la palabra de cualquiera, así que por la seguridad de todo lo que me rodea, puedes ir a la dirección que te pasaré...-

Y tal como dijo, le mandó una dirección la cual el no conocía, aunque al saber el nombre de las calles pudo interpretar que se trataba de un lugar no muy cerca de allí, no sabía que hacer, creerle al chico y arriesgarse a todo tipo de problemas, o simplemente quedarse en casa sin preocupación alguna...

-Puedes venir hoy si gustas-

En ese instante, Hueningkai sintió como su corazón se detenía, estaba perdido, sus sentidos se encendieron uno por uno intentando descifrar las intenciones del contrario, él no quería saber sobre su trabajo, mucho menos involucrarse donde no debería, el miedo invadió su cabeza, y siguiendo al pie de la letra los consejos de su madre, decidió que lo mejor sería, por más atraído que se sintiera, no mantener contacto con aquel joven, después de todo, no le temía, no sabía donde vivía, y además de sus gustos, no tenía muchos más datos sobre él.
Luego de replantearselo, bloqueó el número y volvió a sus quehaceres.

El castaño, luego de terminar una película que había encontrado navegando entre canal y canal, optó por pedir pastas a domicilio, marcó el número del delivery, y 20 minutos más tarde bajó a la planta baja para recibir su comida.

-Aquí tiene, serían $120 más la bebida- Dijo sonriente el hombre de las entregas

-Muchas gracias, hasta luego-

Vió como el delivery se marchaba en su motocicleta para luego entrar en su apartamento, al llegar, cenó placidamente em la comodidad de su sillón mientras seguía con su clásica rutina, mirando la serie Friends. Sorbidos de Coca-Cola y fideos a la bolognesa se escurrían por los labios del castaño, de vez en cuando se le escapaban carcajadas a causa de la televisión, en una de esas, el castaño se atragantó con la pasta, lo cual solucionó con pequeños sorbos de su bebida, lamentablemente, no fue su ahogamiento lo que erizó instantaneamente la piel de HueningKai, sinó el mensaje que minutos despues del incidente le llegó a su celular...

Número Desconocido:
-Ten más cuidado...-

Pestaño varias veces para asegurarse que verdaderamente el mensaje que había llegado era en realidad era lo que sus ojos estaban leyendo y no era una mala jugada de su mente por el extraño encuentro del mismo día...Los escalofríos invadieron su cuerpo ¿Alguien estaba observandolo? Simplemente el apetito abandonó su cuerpo, se sentía lleno, aunque no lograba distinguir si era a causa de la comida o de la angustia apoderandose de él, por lo que decidió apagar su teléfono, seguido del televisor y luego las luces de su apartamento, estaba en la ventana, con intenciones de bajar las persianas y juntar las gruesas ventanas para poder acostarse y dormir, aunque al agarrar el hilo de ante, a través del vidrio, pudo distinguir una sombra, una persona, mirándole fijamente desde el otro lado de la calle, el pánico se apoderó de él, luego de ponerle seguro a la puerta del apartamento, se escondió entre las sábanas, cerrando los ojos tan fuerte que le dolían, convenciendose de que nada le pasaría, el guardia de seguridad no permitiría pasar a nadie que no viviera en el edificio, o tal vez simplemente su mente estaba sufriendo un pequeño colapso, tal vez estaba sufriendo alucinaciones a causa del estrés en el colegio, tal vez simplemente estaba perdiendo la cabeza luego de tanto tiempo estando solo, sin reunirse con sus amigos, estaba cansado de ignorarlos, cansado de intentar olvidar lo ocurrido años atras, cansado de inventar excusas y de finjir, extrañaba a su madre como a nadie...

-¿HueningKai..?-

Esa voz, esa dulce voz a la lejanía captó toda su atención, aunque no veía nada, aunque todo era negro y vacío, corrió hacia aquella voz que tanto anhelaba, que hacia tanto tiempo no escuchaba, aquella voz que daba vueltas y vueltas sin cesar en su mente.

-Hijo, ven con mamá..-

Lágrimas lograban quemar las mejillas del castaño, corría tan rápido como podía, el camino era cada vez más extenso, aunque intentaba gritar su nombre, no podía, un nudo se habia apoderado de su garganta, su voz simplemente no tenía sonido y lo asfixiaba tanto por dentro como por fuera -Ya voy mamá- Pensaba mientras observaba una luz circular frente a el, al entrar en ella, visualizó un estante de libros, estaba en un pasillo de lo que parecía ser una biblioteca, miro extrañamente sus manos, luego su mirada analizó sus pies y torso, al darse vuelta dió con un espejo, ers un pequeño niño, de unos 6 años, vistiendo un sweater amarillo, unos jeans celestes y pequeños zapatos color rojo, a su lado estaba ella, esa mujer alta, con su suave cabellera negra, un vestido blanco hasta las rodillas y unas botas color beige, sus redondos e hipnotizantes ojos se fijaban en un libro que el pequeño niño no lograba alcanzar.

-Kai, ¿qué sucede?- Observaba la mujer aturdida al pequeño niño aún desconcertado -Aún no haz agarrado tus libros de alicia, ¡ve!-

Sin control sobre sus extremidades, un pequeño HueningKai se alejaba de su madre en busca de un libro en el último estante de un largo pasillo, al observar que sus cortos brazos no llegarían a alcanzar tal altura, el pequeño castaño escaló cual primate los estantes hasta llegar al libro, su portada destacaba de todas, sin considerar el dorado resplandor que este emanaba.

-Te tengo- Dijo triunfante cuando al fin lo tuvo entre sus manos, sin considerar la altura a la que estaba, este se soltó de su agarre al mueble, y calló de este en seco al piso, gritos y quejidos de dolor fue lo que se escuchó segundos despues en la biblioteca, su cabeza dolía y no lograba sentir su cuerpo.

-¡Kai! ¿Cariño que estabas pensando?- La mujer llegó corriendo del otro lado del lugar y le alzó en sus brazos.

-Y-Yo solo quería el libro, mami- Sollozaba el niño en el pecho de su madre

-Shh- Lo tranquilizaba mientras acariciaba suavemente sus suaves cabellos con sus finos dedos -Aqui está mamá...- HueningKai sintio como su garganta se comprimía por el llanto, solo sentia impulsos de abrazarla y no soltarla nunca más..La mujer tocó su mejilla, limpiando así las lagrimas que por ella transcurrían -Y aqui estaré, mi pequeña flor-

Dale la mano a mamá...

˚₊· ͟͟͞͞➳❥My Flower*ೃ𝕊𝕠𝕠𝕜𝕒𝕚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora