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La felicidad junto con toneladas de alivio de apoderaron de ellos en cuanto encontraron finalmente el hogar del más alto, fue allí cuando sintieron aquel gran peso sobre sus hombros desvanecerse casi por completo. Soobin abrió la puerta principal, y con sumo cuidado se dirigió hacia el sofá de la sala para colocar a HueningKai allí, cerró con llave la puerta principal, al igual que el resto de puertas y ventanas en la casa, para luego dirigir toda su atención hacia el adolorido castaño.

-¿Cómo te sientes?- Era notoria la preocupación en su voz, por lo que HueningKai optó por tranquilizarlo lo más sinceramente que pudo.

-Pues, tengo una bala atravezada en mi pierna pero..creo que bien- Soltó una risilla luego de esto, contagiando al pelinegro agachado frente a él.

-Creo que nuestra primera parada debió ser un hospital- Rieron al unísono por lo absurdamente extraña que era la situación.

-Definitivamente sí-

-Bien, esperame aquí, ya vuelvo-

Y a Soobin le pareció que al castaño derrepente le habían cambiado por completo sus facciones, de estar feliz y riendo pasó a una de casi completa preocupación, este lo agarró de la manga de su camisa.

-¿A dónde vas?..- Preguntó cabizbajo.

-Al baño, iré a buscar un botiquín-

-Oh..- Lentamente este soltó su manga para volver a su posición anterior.

-Oye- Este volvió a agacharse junto al sofá hasta quedar a la altura del castaño. -No me iré a ningún lado sin tí, ¿Lo sabes?-

Al no recibir respuesta del otro empezó a jugar con los finos dedos de este.

-Sabes que no puedo estar sin tí, Kai...corri como un maldito loco por toda la ciudad tratando de encontrarte, y al verte allí parado con ese idiota, yo.. Lo siento si te hice sentir ma..- Soobin no logró terminar su frase, puesto que al instante tenía a un pequeño castaño rodeando su cuello y su rostro escondido en este.

-No lo lamentes por favor.. todo esto fue mi culpa y no tienes por qué pedirme perdón a mí, lo siento, lo siento, lo siento- Repetía el castaño mientras pequeñas lágrimas brotaban de sus cristalizados ojos. -Realmente lo siento-

Casi inmediatamente el pelinegro lo envolvió con sus brazos, tan cuidadosa como cariñosamente como se lo permitió, a ojos de Soobin, HueningKai era como un pequeño fragmento de amor que al más mínimo roce podría romperse en mil pedazos..
El pelinegro sobaba suavemente la espalda de HueningKai mientras este se escondía en su cuello.

-Tranquilo..estarás bien- Lo soltó con suavidad mientras este aún hipaba levemente. -Ya regreso-

Dirigió su paso rápidamente hacia el baño, donde en la parte de abajo del lava manos se encontraba un botiquín que llevaba allí al menos dos meses, por lo menos le había encontrado utilidad, pensaba Soobin tomandolo entre sus manos, lo abrió empezando a buscar algunas herramientas necesarias para lo que iba a hacer a continuación.
Al llegar a la sala, el castaño aún no lo veía, pero estaba sentado sobre sus piernas encendiendo la chimenea, al terminar simplemente se quedó allí en el suelo, al lado de la fuente de calor y jugando con sus manos, era una escena simplemente tierna a ojos de Soobin, que permanecía inmovil en el marco de la puerta observando al más pequeño y a su vez sumido en sus pensamientos.

-¿Te vas a quedar allí parado o me ayudarás con esto?- Dijo con una sonrisa mientras señalaba hacia su pierna baja, era como si nunca hubiera derramado una sola lágrima.

-Oh, claro- Se dirigió hacia este con la vista fija en el botiquín.

Dejó todo en la pequeña mesa ratona a su lado, y esterilizaba los elementos que usaría bajo la atenta mirada del castaño.

˚₊· ͟͟͞͞➳❥My Flower*ೃ𝕊𝕠𝕠𝕜𝕒𝕚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora