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Luego de una sesión de abrazos, caricias y algunos juegos pequeños de manos, ambos jovenes felices de su compañía durmieron placidamente en el sofá de la sala. Aunque a mitad de la noche se vieron obligados en ir a la cama debido al frío de la habitación al apagarse la hogera.
Al día siguiente y con algo de pereza, el primero en despertar fue Soobin, que a paso cansado se dirigió hacia el baño, miraba su reflejo intentando acomodar su cerebro y tratando de asimilar todo lo que el día anterior había sucedido, sus recuerdos tan mezclados como un rompecabezas al salir de la caja, todo comenzaba con él, así, tal y como había estado la mañana anterior, con la excepción de que estaba en la habitación equivocada. Claro tenía que eso había sido solo para un problema, aunque no era su culpa, era tal vez la simple ilusión de poder ver al pelirosa otra vez, a pesar de que le doliera, y a pesar de que HueningKai estuviera en la misma casa, en el mismo piso que él..

-¿Soo?-

Pegó un respingo al escuchar su nombre desde la puerta, y se relajo al ver de quien se trataba, aunque fuera obvio.

-Me asustaste..- Rió mientras miraba de reojo al castaño con la vista fija en el espejo

-Lo siento, tú tampoco haces ruido al caminar, pero sentí la cama vacía y..- Miró a un punto fijo buscando las palabras correctas, hasta que se encontró con la mirada perdida del pelinegro en el espejo, sabía que no se encontraba del todo bien.
-¿Estas bien?-

-Si, solo pienso en como podríamos tener un poco más de seguridad, no lo sé..deberíamos reclutar a algunos guardias que protejan la entrada..-

-Soobin- Le llamó el castaño, pero simplememte este salió del baño caminando a lo largo del pasillo.

-Deberíamos volver a la casa y tomar el dinero, y huír a otro lado, o tal vez volver a tu casa, saben que no estamos allí- Hablaba sin tartamudear ninuna sola vez mientras caminaba en circulos en busca de algo que jamás llegó.

-Soobin..- Volvió a llamar HueningKai, aún sin lograr que este le haga caso.

-¡Ya se! Tengo un amigo en otra ciudad, deberíamos ir con el a..-

-¡Soobin!- Harto de no ser tomado en cuenta, tomó al pelinegro por los hombros, obligándolo a mirarlo a los ojos. -No sé que estas diciendo, ni a donde quieres llegar con esto, pero sea lo que sea deberás decírmelo-

El pelinegro suspiró largamente antes de tomar las manos del castaño y dirigirlo escaleras abajo. Llegaron a la cocina, Soobin tomaba cosas de la alacena mientras que Hueningkai se dedicaba a observarlo en silencio, esperando por una tardía respuesta.

-Kai, no tardarán mucho en encontrarnos, ¿lo sabes?- Habló finalmente

-Lo sé..- Admite cabizbajo. -Pero eso no significa que empieces a conspirar como un loco, no le pagaremos a alguien para que proteja nuestra puerta, y aunque quisiéramos, ¿Con qué dinero lo haríamos?-

-Ya lo sé, pero entiende que no podemos quedarnos de brazos cruzados esperando lo peor, Kai- Esta vez, aunque no quería admitirlo el pelinegro tenía razón, se levantó de su asiento y se dirigió a pasos lentos hacia las alacenas.

-Claro que no..es que no lo sé, Soo, te encuentro en el baño mirando tu reflejo como si fuera la primera vez que lo haces-

-No exageres- Reprochó mientras tomaba un plátano del refrigerador.

-No exagero, Soobin, ¿Acaso piensas que me gusta verte así?-

-¿Piensas que me gusta estarlo?- Dijo elevando un poco la voz, sobresaltando al castaño, suspira largamente antes de mirarlo a los ojos. -Lo siento..sé que soy molesto e impertinente, pero por dios, Kai, no puedo describirte el miedo que sentí ayer, es..no lo sé, siento que debo protejerte, no quiero perderte otra vez-

Era claro que el ahora blando corazón de Huening estaba latiendo casi por completo por el pelinegro justo frente a él, de otro modo esa excusa habría logrado sacarlo de quicio como normalmente lo hacía con Taehyun. Pero era diferente, muy diferente, abstractamente llamativo y desesperante a su vez, de un instante a otro lograba hacer que su corazón estuviera corriendo una maratón a través de todas y cada una de sus extremidades. Simplemente trágico, pensaba a la vez que abrazaba al más alto en un intento de consolarlo.

-No tengo cinco años, Soo, cumpliré dieciocho, puedo cuidarme solo-

-Sé que no eres un niño, pero aún teniendo tus años de experiencia, todo esto es algo muy pero muy peligroso-

-No digo que sea como jugar a las cartas, pero ¿siquiera tenemos un plan para cuando estas personas nos encuentren?-

El rostro del pelinegro se iluminó y esbozó una sonrisa ladina para luego aproximarse al castaño lo más cerca que pudo.

-Claro que lo tenemos, ven-

Tomó su mano y lo dirigió hasta el sofá de la sala. Prendió su teléfono celular y se desplazó por algunas aplicaciones antes de mostrarle una foto de alguien totalmente desconocido para HueningKai.

-¿Quien es?- Pregunta intrgado.

-Mi amigo, Choi Yeonjun- Dijo con simpleza. -Hablé con el estos días, vive a unas dos ciudades de aquí, dijo que no tendría problema en recibirnos si llegasemos a estar en problemas-

-Que amable..Que gran casa, ¿vive solo?-

-Así es, su casa se la heredaron sus padres, el no me quiere decir donde están pero me aseguró que no estarían allí cuando nosotros lleguemos, ni el resto del tiempo-

-Oh..alto, ¿nos iremos pronto?-

-Tal vez mañana, Kai-

Un suspiro cansado abandonó los labios fruncidos del castaño, ahora con la cabeza recostada en el hombro de Soobin, que ahora acariciaba sus sedosos cabellos con sus dedos.

-Pero..ni siquiera sabemos si Zhao está vivo o no, Soo-

-Eso es un factor aparte, además, un disparo en la pierna no mata a nadie, ¿O si?-

-Deberías prestar atención a quien le preguntas-

Ambos rieron antes de caer en un profundo silencio, que fue roto unos minutos después por el más bajo.

-Esto es agotador..-

-Lo sé, y lo lamento en serio, pero no veo otra salida a esto.-

-No tienes la culpa, te lo he dicho unas treinta veces, bobo- Dicho esto, sembró un sonoro beso en la mejilla del contrario, sonrojando su rostro y logrando que sonria de oreja a oreja.

-Tú eres el bobo, ¿Por qué no preparas alguna de tus cosas?-

-Está bien, pero lo harás conmigo, ¿Bien?-

-Ash, bien-

Subieron las escaleras tomados de la mano, una vez más, olvidando sus problemas como si no existieran, sosteniendose de la existencia del otro como si de ello dependieran.
Estaban urgando en los muebles en busca de ropa para meter en su único bolso, y la mochila de Kai.

-¿Usarías una remera con estampados de ositos si te la regalan?-

-Claro- Dijo con simpleza sin entender su punto.

-Feliz navidad- Añadió, extendiéndole una remera holgada y blanca, con pequeñas cabezas de ositos con todo tipo de expresiones en ellas.

-Es adorable..¿Por qué no la usas?-

-Justamente por ello, pero admítelo, tú te lucirías con ella-

-No lo niego- Admitió acercandose hacia la espalda del pelinegro, para luego abarazarlo por detrás. -Pero tu espalda se vería muy bien en ella-

-Pues imagíname sin ella- Añade con picardía el pelinegro, tomando las delgadas manos del contrario entre las suyas. Aunque no recibe respuesta por parte de este.

-...-

-¿Por qué te quitarías la espalda?- Pregunta HueningKai, logrando que el contrario suelte una sonora risa sin intenciones de parar.

-Eres un sol, ven, vamos a buscar un helado abajo- Dice aún con una sonrisa en su rostro.

-Hmm de acuerdo- Aún no entendía el por qué de la risa, él no había dich.. -Oh, ya entendí- Luego que un rubor invadiera sus mejillas, rió al unísono del contrario y bajaron rápidamente las escaleras.

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⏰ Última actualización: Aug 18, 2020 ⏰

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