Desesperado Amor

Capítulo 2

¡Hola internet! Uff, cada capítulo que pasa te vez más bello. ¡Disfruten!

Capítulo 2
Súper Beisbolista Definitivo
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Naegi saltó en su lugar cuando el anuncio matutino hizo su presencia. No durmió ni un minuto en toda la noche por pensar en cómo le daría la cara a Maizono después de que ella... ¿Lo rechazó? Realmente no lo había hecho oficialmente, pero definitivamente no parecía que lo hubiera tomado muy bien.

Se escondió entre sus cobijas deseando que la tierra lo tragara. Estaba cansado. Estaba avergonzado y muy confundido. Incapaz de concentrarse en lo que realmente le preocupaba, se quedó ahí con la mente en blanco. En silencio, reconoció que él había sido quien causó el desastre, así que no podía ocultarse todo el tiempo y evitar las consecuencias como un cobarde.

Debía de afrontarlo.

Naegi se levantó con una energía renovada, preparándose mentalmente para lo que sea que le deparará el futuro cercano.

Apenas y salió de su habitación, toda su valentía se quebró con una sola mirada a la persona que lo esperaba en el pasillo.

—¡Buenos días, Naegi-kun!

No estaba listo para esto.

—M-Maizono-san—la reconoció con temor—. Eh, buenos días—saludo vacilante.

Se veía tan perfecta como siempre, como si el incidente de ayer no hubiera ocurrido en lo más mínimo. Ciertamente no parecía triste, ni molesta. De hecho, sus ojos irradiaban una sensación de calma lo suficientemente poderosa como para incluso relajarlo. Maquillaje perfecto, sonrisa perfecta, peinado perfecto y conjunto perfecto, no había ni un solo pelo fuera de lugar. Ella... Ella era perfecta.

Pero Makoto no podía borrar la imagen de Sayaka llorando en sus brazos, temblando de miedo en el suelo de su habitación.

El recordarla así, y el verla ahora de esta forma tan despreocupada, hizo que Makoto se cuestionara desde cuándo a estado Sayaka actuando como la chica perfecta.

Podría no ser un profesional, pero esto claramente no era bueno para su amiga.

—Ya no tienes que preocuparte por mi, Naegi-kun—Makoto parpadeo confundido ante la risa de Maizono que rompió el hielo que se había creado entre ellos desde el saludo.

—¿A qué... A qué te refieres, Maizono-san?

—Digo que me siento mucho mejor ahora, tonto—sonrió con sus hermosos labios rosados, sin alguna malicia en su voz.

—¿Estás segura?

La sonrisa perfecta de Sayaka ni siquiera vaciló con eso—. Estoy realmente bien, de verdad. No puedo permitirme perder la compostura como lo hice anoche—Maizono soltó una suave risa nerviosa mientras apartaba su mirada de Naegi—. Solo... Solo quiero un poco de normalidad

Aquellas palabras salieron con una exhalación áspera y temblorosa. Makoto la observo por unos pocos segundos, y asintió tomando una decisión.

—Entonces... Uh... ¿Te gustaría panqueques para desayunar?—ofreció, recordando con tristeza que solía animar a su hermana pequeña con dulces.