ii.

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Lunes,13 de mayo 7:30am.

—¡Mamá! ¿Sábes dónde esta mi libro de biología? — Me asomé por la puerta de la cocina.

Mamá se encontraba en pijamas leyendo una revista de moda mientras bebía café.

—Si fueras más ordenada talvez lo encontrarias— Rodeé los ojos y me di la vuelta para seguir buscando mi libro.

Su respuesta no me ayudo en nada a encontrarlo, pero después de quince minutos buscandolo lo encontré debajo de una pila de ropa en una silla de mi habitación. Talvez mamá estaba en lo cierto y era un poco desordenada. 

Terminé de acomodarme el pelo y baje las escaleras con mi mochila en los hombros.

—¡Mamá! ¡Ya me voy! — Grité y salí de casa.

Me monté en mi auto, que solía ser de mi hermana cuando ella tenía unos veinte años y ahora tiene veinticinco.

Aparqué el auto en mi usual estacionamiento y me desmonté de este.

—¡Jade! — Miré hacía atras.

Cassidy se encontraba corriendo hacía mi gritando mi nombre un millón de veces. Jesús, no entiendo como esa chica tiene tantas energías un lunes a las ocho de la mañana.

—¿Hiciste la tarea de historia? — Abrí los ojos enormemente.

—¡¿Había tarea de historia?! — Chillé.

—Sí. Y es larguísima, no te dara tiempo a hacerla — Hizo una mueca.

—Espero que la vieja de mierda esa haya faltado hoy.

—¡Jade! — Chilló.

—¿Qué?

—¡Respeta!

—Ya mamá, lo lamento — Rodeé los ojos y ambas reimos.

—Tengo que ir a mi casillero, nos vemos en biología —Chilló y salió corriendo hasta su casillero.

Por desgracia nuestros casilleros estaban súper apartados.

Mientras caminaba hacía mi casillero noté como el chico de la otra noche — que aun no me sé su nombre — se encontraba guardando unos libros en su casillero. Decidida me acerqué hacía el para pedirle disculpas.

—Hey — Murmuré recargandome en el casillero junto al suyo.

Metió su ultimo libro en el casillero y se recostó de este.

—Escucha, que hayamos hablado la otra noche no nos hace amigos.

—Ya lo sé.

—Entonces ¿Qué haces aquí? — Suspiré.

—Vine a pedirte disculpas, no debí haberte juzgado porque fumas o creer que eras igual que el montón.

—Okay — Alargó un poco la "a".

Cerró su casillero y se colgó su mochila de sus hombros.

—¿Okay? ¿Eso es todo? — Fruncí el ceño.

—¿Qué esperabas? — Se recostó nuevamente de el casillero. 

—No lo sé. Talvez un "todo esta bien".

—¿Qué si todo no esta bien?

—¿Por qué eres así? — Fruncí el ceño.

—¿Cómo? — Enarcó una ceja. 

—Tan .. — Pensé en la palabra adecuada — Negativo.

—He tenido demasiadas desilusiones. — Me quedé mirandolo fijamente. 

vicios. ➸ bieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora