Sonido

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Ya se hacía tarde así que opté por regresar a casa. Aunque, en el camino me comenzó a crujir el estómago. Tenía hambre, así que fui a un nuevo restaurante chino que aperturaron el día de hoy. Lo peculiar es que por la compra de cualquier comida te daban una galleta de la fortuna, cosa que yo no creía en eso. Me imaginé a la persona  que preparaba estos papeles que vienen dentro—. Tipo, a este le pondremos que se va a morir dentro de unos días, y a este otro que su alma gemela está a la vuelta de la esquina, jajaja—. Pobre infeliz, pero, a las finales resulta cómico.

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