Fortuna

31 3 0
                                    

Al pedir la carta, vi que el menú del restaurante era inmenso, pase un buen rato pensando en qué pedir. Increíblemente opté por algo básico como arroz chaufa y sopa. Esperé que me dieran lo que ordené y, el mesero me trajo la famosa galleta de la fortuna. Me quedé observando esa crujiente y vacía galleta (sé que contiene un papel, pero, quitale eso y ya no hay nada). ¿Qué vil engaño contendrás?. El mesero llegó y, al verme observar la galleta minuciosamente, me miró extrañado y dijo—. Disfrute... su comida.
-Me di cuenta de la escena, me sentía apenado—. Gracias. Le dejé propina y marché rumbo por fin a mi dulce hogar.

  Poli Donde viven las historias. Descúbrelo ahora