Capitulo IX Amor

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Los días habían pasado volando, desde su regreso, llevaba más de dos meses de vuelta en Japón y muchas cosas sucedieron en ese tiempo. Se preparaba para el concierto del día de San Valentín que tanta gente esperaba con ansias, aunque no sabía que iba ser con el segundo concierto programado para el día siguiente que se había promocionado como el concierto de los corazones rotos, estaba tan feliz que no sabía cómo podría cantar desgarradoras canciones sobre lo triste del amor.

Sus amigos se encontraban nuevamente en el concierto, estaba muy feliz de tener su presencia ahí, pero estaba un poco triste porque Shizuo no se encontraba entre ellos. Tomo su celular y marco su número, se impacientaba con el buzón sonando, se alejó un poco del escenario pues estaban dando los últimos arreglos.

—Hola—contesto Shizuo—perdona, tenía las manos ocupadas.

—Está bien—se recargo en una camioneta del staff—solo quería escuchar tu voz—confeso avergonzado.

—Me encantaría poder estar ahí para verte, pero prometo estarte viendo por la televisión sin perderme un solo segundo.

—Shizu-chan—el rubio se estremeció al oír su apodo—¿crees... que soy bueno? —hubo un pequeño silencio que carcomía la mente del pelinegro.

—Izaya—lo llamo tiernamente—tu eres la mejor persona que conozco. Te amo. ¿Comprendes? Yo siempre voy a amarte.

—Pero, quizás en un tiempo te aburras de mi—se mordió el labio—y si eso pasa yo.

—Eso no va a pasar—la seguridad de su voz hizo palpitar el corazón del chico —tu eres todo lo que quiero.

—Shizu-chan—volvió a llamarlo.

—¿Si?

—Te amo.

—Te amo más.

Terminaron la llamada con una tonta sonrisa en sus labios, Izaya estaba más tranquilo después de haber escuchado a su pareja, ya no se sentía triste por el hecho de que no estaría presente en su concierto, así que quería hacer su mejor esfuerzo para que notara sus sentimientos desde el televisor donde estaba seguro, no lo perdería de vista. Quería terminar cuanto antes el evento para correr a su departamento y que Shizuo lo abrazara y alagara sobre lo bien que lo había hecho, comerían juntos el pastel que había aprendido a hacer semanas antes con Namie y Celty, resultaba que no tenía mucho talento en la cocina, así que tomo más de lo esperado el aprender a hacerlo solo.

El que la había pasado fatal era Shinra, usado como conejillo de indias para probar todas sus creaciones y que también había actuado como bombero para extinguir el fuego abrazador de cuando el horno se incendió. Como se había divertido ese día.

Ahora un dulce y suave pastel Tiramisú esperaba en la nevera de su camerino, Shinra y todos le habían dado el visto bueno, así que, al reunirse con su amado, se sentarían en el sofá a ver una película acompañados de una rebanada de pastel y vino, después, subirían el televisor a todo volumen, se encerrarían en su cuarto, se besarían, sus cuerpos se rozarían extasiados, ah, no podía esperar para verlo. Ya que, después de todo, lo único que necesitaba era al hombre más fuerte de Ikebukuro, imaginaba lo que estarían haciendo dentro de unos meses, cuando verano comenzara, que harían para navidad, el próximo año donde estarían.

—Ya es hora—Mikael se acercó cabizbajo—aun no puedo creer que salgas con ese tipo—se cruzó de brazos—solo olvidalo, volvamos a Chicago y olvidemos esto.

—Mikael, por favor. Ya hemos hablado de esto.

—Y quiero volver a hablar sobre ello. No lo acepto—le miró fijamente—sé que lo amas, desde el primer momento en que los vi juntos correteándose por la ciudad, supe que ambos se querían pero él no es lo mejor para ti—lo tomo de los hombros—ya debes saberlo tú también. Él ha estado saliendo con esa chica Varona a espaldas tuyas, su amor no es verdadero, solo está un poco confundido, cuando su mente se aclare ¿Qué vas a hacer? —Lo zarandeo un poco—solo no quiero verte igual que antes, no podría soportarlo.

My Fault   (Mi Culpa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora