✿Capítulo 11

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MAX﹕

A escasos minutos de que comenzara el baile, Max esperaba en la habitación frente al espejo retocándose la única trenza que adornaba su cabello pelirrojo. Iba vestida con un jersey negro de cuadros y una falda de color escarlata, casi a juego con el pelo. Detrás, su madre sonriéndole como si fuera su primer baile. De hecho, lo era. En Hawkins, nunca había tenido la oportunidad de asistir a uno y le hacía ilusión, más que subirse a un columpio por primera vez en la vida. Ni siquiera tenía cabeza para pensar en nadie, ni siquiera en Henry, pero al darse cuenta de que no estaba pensando en él, le recordó y su rostro se tornó a uno de fastidio, fastidio consigo misma por no poder sacárselo de la cabeza por un día completo. Pero para disimular ante su madre, volvió a sonreír. 


━Te ves preciosa, hija ━le dijo Susan━.


Las mejillas de Max se sonrojaron y después, rodó los ojos. No le gustaban demasiado los cumplidos, digamos que nunca había sido lo suyo. Pero estaba acostumbrada a que su madre se los dijera. Solamente ella. El resto de personas no eran bien recibidas para tener una opinión en cuanto a su belleza, porque la tenía con tan sólo quince años. Susan le colocó un par de mechones rebeldes detrás de la oreja y besó la sien de su pequeña y hermosa niña justo cuando el timbre sonó por toda la casa. Imaginó que se trataba de su acompañante: Bill Denbrough, un muchacho al que ella consideraba ya como uno de sus mejores amigos por creerla cuando dijo haber visto un payaso. Tanto Susan como Max agradecían que Billy no se encontrara en ese momento en la casa, porque habría echado fuego cual dragón enfurecido. Bajaron junto a la puerta principal y Susan abrió la puerta para permitirle el acceso a Bill, quien sonrió al verla tan bonita. Pero él estaba realmente pillado por Beverly Marsh desde hacía tiempo, así que nadie tenía de qué preocuparse, sobre todo Neil, el padre de Billy, un hombre que todavía no estaba demasiado conforme con que Max asistiera sola a un baile acompañada de un chico. 

━B-buenas noches, se-señora Mayfield. P-prometo que la acompañaré cuando el baile te-termine. ━dijo Bill━.

Susan asintió con ternura, no le cabía duda de que Bill era un niño de palabra y completamente responsable. Sería el perfecto novio de Max en un futuro, según sus criterios, claramente. Denbrough, amablemente y sin ningún tipo de segundas intenciones, le ofreció su brazo y Max se agarró de él para caminar en dirección al gimnasio donde sería el baile, con gradas incluidas donde los alumnos más cansados podían tomar asiento antes de mover su anatomía al compás de la música. 


━¡Que os divirtáis! ━dijo Susan, agitando la mano a modo de despedida━.


Max sonrió levemente y se despidió también, al igual que Bill. De camino, ninguno de los dos se atrevía a decirse nada por temor a meter la pata o algo parecido, ya que la situación se le hacía rara tanto a uno como a otro. Además, estaban seguros de que la gente hablaría y exparcirían unos rumores inciertos, sin embargo, a ninguno de los dos les importaba lo que diría la gente al día siguiente porque ambos sabían que lo único que los unía, era una amistad pura, sincera y totalmente sana. Para desgracia de Max, al tomar una calle, se cruzaron de bruces con Henry y Greta tomando la misma dirección. Max, borrando su feliz expresión, agachó la mirada y fue ella misma la que aceleró el paso para dejar a los otros dos atrás. No tenía ni idea de si Henry la había mirado, pero sí, lo había hecho. No soportaba verla con uno de los perdedores. Eso hacía odiar más a Bill con toda su mala inquina. Una vez en el gimnasio, la música reverberaba en cada rincón, así como las luces de fiesta intermitentes de colores iluminaban tenuemente la estancia. Estaba bien preparado, y la mayoría de los chicos iban de esmoquin y pajarita. Max era la única que no llevaba un vestido, y por ello mismo, fue el centro de atención de las alumnas más envidiosas, que pensaban que no tenía estilo ninguno ni siquiera para salir a divertirse. Max ignoró las miradas y saludó al resto de sus amigos para, después, dirigirse a una de las gradas y descansar hasta que fuera la hora de bailar. Estaba cansada, sí. Acompañada de Beverly Marsh, esperaba a que Bill les trajera unos refrescos caseros, hechos por la mismísima profesora Doughlas sin una pizca de alcohol, aunque dedujo que los más mayores llevarían alguna botella escondida. Durante la espera, Max observaba de reojo tanto a Henry como a Greta, divirtiéndose mientras hablaban acerca de algo que la pelirroja no alcanzaba a escuchar. Al igual que Bowers, a ella también le molestaba verlo acompañado de otra, sobre todo cuando con esa otra, se reía y se divertía. Arrugó el entrecejo y se cruzó de brazos, indignada hasta que los ojos azulados de Henry se desviaron hacia ella por instinto, como una necesidad básica de subsistencia. Los dos sostuvieron las miradas durante unos segundos, pudiéndose ver el malestar que sentían al verse tan lejos en compañía de quienes no deberían. Desviaron, al unísono, la vista para seguir cada uno con lo suyo como si no pasara nada, aunque no era así: a la vista saltaba que sí pasaba, pasaba más de lo que en realidad se negaban a admitir. Cuando los refrescos llegaron al poder tanto de Beverly como de Bill, los tres comenzaron a charlar de lo brillante que les parecían los decorados, la música, la bebida, la gente...Por fin, Max podía reír tanto o más de lo que reía Henry con Greta, dándole a su vez en las narices para demostrarle que no sólo él era capaz de divertirse. Evidentemente, con aquella conversación, Max ya no miró a Henry en ningún momento porque no le interesaba lo que estuviera haciendo, sin embargo, en el fondo puede que un poco sí siguiera molesta. El orgullo era dominante, y los dos tenían en demasía. Al sonar "Still loving you" de Scorpions, Bill le tendió la mano a su acompañante justo cuando Stanley Uris hizo acto de presencia para invitar a Beverly a bailar, ya que era la suya aquella noche. Tanto Max como Beverly tomaron las manos de los chicos y salieron a la pista para bailar algo lento antes de saltar hasta tocar el cielo y volar.

IT  Arrástrame Al Infierno (Henry Bowers X Max Mayfield)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora