✿Capítulo 12

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Cᴀʟᴀʙᴏᴢᴏs﹕

Henry Bowers y Billy Hargrove, uno junto al otro en una celda diferente, en silencio, desesperados por conocer el final de todo el lío no sólo en relación al tiroteo durante el baile, sino también por el misterioso crimen de Jessica Barnes, el único que podría contener evidencias acerca del verdadero asesino, si es que hubiera uno. O dos. O quizá ninguno. Henry, sentado con la espalda apoyada en la pared mientras movía las piernas en señal de nerviosismo, golpeaba con los pies el pavimento, lleno de motas de polvo y telarañas que indicaban el tiempo que hacía que nadie pasaba a limpiar. El rubio menor, furioso, se mordía el labio inferior, tratando de verle la cara a Billy si no fuera porque una pared de cemento se lo impedía. Podían haber sido grandes colegas, como llegaron a serlo un día hasta que Hargrove lo jodió con sus sentimientos hacia él que, en torno al tiempo, se volvieron obsesivos y oscuros hasta el punto de querer hundirse mutuamente.

━Puto psicópata de mierda. ¿Crees que me voy a tragar tus mierdas? Estás muy equivocado. ━dijo Henry, dando un puñetazo a las patas de la cama━.

En cambio, Billy pareció carcajearse. No le era divertido, en absoluto, pero sí se divertía sacándolo de quicio. 

━Yo no fui. Fuiste tú quien se la cargó porque no soportabas que te andase detrás todo el rato hasta que se convirtió en un problema que debiste quitar de tu camino. No puedo explicar cómo ni demostrarlo, pero estoy seguro de que lo hiciste tú. Y créeme, Bowers, si caigo, caes conmigo.

━¿Ah sí? ¿Y tampoco puedes demostrar qué coño hacía tu máscara y la escopeta con la que casi me pegas un tiro?

━No sé de qué me estás hablando ━se defendió Billy━. Pero no habría estado mal ser yo esa persona para matarte.

Una vez más, Bowers se tuvo que morder la lengua, haciéndose una herida por la cual brotaba un hilo de sangre que se fue deslizando por su mentón hasta que pequeñas gotas cayeron al suelo como si hubiera sido una leve hemorragia nasal. Pero no, eran las consecuencias de despertar la ira de un matón peligroso y demente, porque Henry no estaba cuerdo desde que tenía doce años de edad. Aún así, ¿matar? Henry no habría sido capaz de quitarse a Jessica de la manera en que se la encontraron en el depósito del agua del hotel. Joder, de un modo u otro, esa chica era ciertamente importante en su vida, juntos habían crecido y juntos estaban destinados a morir aunque sólo fuera sexo lo que los unía, por lo menos por parte del chico, claro. 

Finalmente, fue Henry quien decidió cerrar el pico o acabaría perdiendo los estribos, el control de sí mismo, el cual era fácilmente de explotar. Pero si a eso quería llegar Hargrove, no sería Henry quien se lo pusiera tan en bandeja porque, lo que estaba claro, es que pretendía culparlo a él de un suceso que no había cometido, y usaría todas sus tretas para conseguirlo. Varios minutos después, Henry cerró los ojos y se imaginó una de sus canciones favoritas de Rock and Roll. Quería dormirse un poco hasta ver qué demonios iba a suceder en comisaría. Probablemente su padre ya supiera qué había pasado, así que si algo no le convenía, era pensar en lo que podría pasarle si salía a la calle y volvía a pisar su casa. Con los ojos ya cerrados sin conciliar el sueño, imaginó que bailaba junto a Max, a quien no había dejado de pensar desde que fue preso esa noche hacía como tres o cuatro horas, pues serían las cinco de la madrugada como mínimo. Max sujetaba su mano y le enseñaba, entre risas, a bailar. Y es que incluso imaginándola, Henry era diferente a como se mostraba con el resto del mundo. Quería salir, escaparse de casa e ir en su búsqueda para convencerla de su inocencia, ya que Henry estaba convencido de que era inocente, de que no había cometido ningún crimen. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando, la voz nuevamente de Hargrove no sólo lo sacó de un buen cuento de mentira, sino de su tranquilidad.

IT  Arrástrame Al Infierno (Henry Bowers X Max Mayfield)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora