IT Arrástrame Al Infierno (Henry Bowers X Max Mayfield)

✿Capítulo 15

Mᴀx﹕

Los cascos que llevaba puestos, la aislaban de todo ruido alrededor. Los llantos de Susan por la reciente muerte de Billy lograban deprimirla. Y también los gritos de Neil tratando de calmarla, inconsciente de que era precisamente eso lo que incrementaba el llanto en la mayor. Ahora entendía a su hermanastro. Lo harto que estaba de la situación familiar. . . Pero no había dejado de ser un completo cabrón con ella, cosa que era imposible poder perdonarle y porque en ese momento, perdonar ya carecía de sentido. 

Con la ventana medio abierta, daba vueltas de un lado para otro, permitiéndose el lujo de respirar profundamente el frescor que entraba entremedias de las cortinas, moviendo las mismas y las cuales refrescaban sus ideas con respecto a lo que sentía hacia Henry Bowers. Puede que fuese un matón, el único que hubiera matado con sus propias manos de haber tenido la oportunidad, pero también el único que cuando estuvo en peligro, la salvó en las alcantarillas sin pensárselo dos veces. Le debía la vida. Le debía muchas cosas y hasta su propio corazón sin darse cuenta. Y como si de una llamada del destino se tratara, o más bien de una obra del mismísimo demonio, le pareció escuchar un par de toques al cristal. Detuvo la música con presionar el botón central del Walkman. Y como no hubo de nuevo un sonido sospechoso, devolvió la música a sus oídos, recibiendo al instante, el ruidito molesto de unos toques al cristal. Ésta vez, creyendo que se trataba de los amigos de Henry intentando importunarla a eso de las diez y media de la noche, lanzó el aparato digital a la cama y se asomó dispuesta a mostrar sus más rudos modales enseñando el dedo corazón a modo de saludo y despedida. Más despedida que saludo. En cambio, al ver al chico que abarcaba sus pensamientos, rodó los ojos y se cercioró de que nadie subía las escaleras para conversar con él, ignorando que ese no era Henry, sino el payaso que había decidido quitársela del medio.

━Baja. Tengo una idea ━dijo "Henry", agitando la mano en señal de que le hiciera caso y se deslizara por el canalón que el verdadero había trepado una vez para estar con ella━.

━¿Y por qué voy a hacerte caso a ti, imbécil? ¿No sabes que mi familia puede oírte?

Desde abajo, Pennywise disfrazado de alguien que no era, cruzó los brazos, tratando de comportarse como lo haría el mismísimo Bowers, evidentemente de una forma diferente que pudiera convencerla. 

━Por favor. . . Quiero decirte algo. 

Max, retrocediendo hacia la puerta de su habitación, la cerró despacio y apagó la luz, sacando una linterna pequeña a modo de guía que sirviera como punto de iluminación en la trayectoria del deslice en cuestión. La luna esa noche brillaba menguante sobre el cielo estrellado, iluminando muy poco los lugares más oscuros de Derry. Si en algo se había fijado Max, era que los niños solían desaparecer en noches de luna llena, por lo que estaría a salvo al lado de Henry. Qué equivocada estaba. De un brinco, puso los pies en tierra y se sacudió el polvo de la sudadera roja que llevaba y los vaqueros, atándose acto seguido los cordones de las azules Converse que eran de una talla más. Motivo por el que los cordones solían desabrocharse con tanta facilidad. Eso, y la inquietud de la pelirroja. 

━¿Y bien? ━preguntó ella, encogiendo los hombros━.

Sin embargo, antes de dejarle responder, se encaminó hacia algún sitio donde poder estar a solas y tranquilos. Mas era "Henry" quien orientaba el paso de ambos hacia la carretera. Bastaba tomar un lado u otro de la misma para acceder a Los Barrens. El de rubios cabellos, crujiendo ya los nudillos casi a punto de actuar, detuvo su caminar de golpe cuando vio que la distancia que los alejaba de la zona poblada de Derry era la adecuada para cometer su crimen. Si algo le molestaba realmente al payaso, era que los demás no le tuvieran miedo en cualquiera de sus formas. Pero ella ya había demostrado que siendo un payaso, no temía. Lo tenía difícil. Así que debía conformarse con matarla sin alimentarse de su miedo. Con la cabeza agachada en dirección al asfalto repleto de hojas secas, neumáticos marcados y restos de gasolina seca formando manchas de diferentes tipos de formas geométricas, Pennywise se decidía por mostrarse con el aspecto con el que habitualmente se hacía ver ante los niños para engañarlos o decidir siendo Henry Bowers ahora que ya la tenía en su poder. Fue entonces cuando la decisión final fue acabar con Max con la forma del adolescente del que tanto se hablaba en cada esquina, queriendo que ella muriese con la idea de que la persona en la que se había fijado, había acabado con los latidos de su corazón. Alargó pues la diestra en dirección al cabello ondulado de la chica, tirando del mismo hacia el suelo y contra el que la empujó de bruces. Max, incrédula, quiso girarse lentamente hacia su agresor preguntándose por qué, sin rendirse. Defenderse era su punto más fuerte ante los problemas, los provocara quien los provocase. Pero estaba dolida. ¿Ese era el Henry que había sentido cosas por ella?