Destinados

Capitulo 1

Otro día de mierda más, la misma rutina de todos los días, levantarme a las siete para ir a trabajar donde ni siquiera la mas inmunda rata trabajaría.

La verdad es que el sitio no estaba tan mal, pero entre el jefe y el resto de putridos trabajadores hacian lo posible por arruinar las pocas esperanzas que me quedaban de pasar un día lo minimamente agradable.

Salí a la calle, mochila en mano. Iba caminando hacia el trabajo tranquilamente.

-¡V!-Me paré en seco. Solo una vez en la vida me habian llamado V, era algo especial y solo ella me llamaba así. Me giré lentamente y mis ánimos se vinieron al suelo cuando la vi agarrada del brazo de otro hombre.-Eh... al parecer si que me has olvidado.-Me dijo. Esa fue nuestra ultima promesa, que jamás nos olvidariamos.

-No, cómo crees, S, solo me has cogido por sorpresa. ¿Qué haces por aquí?

-Dicen que las personas vuelven a sus raices, y aquí estoy, de vuelta a Orlando. Por cierto, te presento a mi marido, Charles. Charles este es Víctor, el chico del que te ablé, mi mejor amigo desde hace mucho.- Sonreí a medias y estiré la mano, me la estrechó.

-Mucho gusto.

-El gusto es mío.-Okay, casada. Otra vez casi me vine abajo, me temblaban las piernas.-Amor, voy a comprar eso, si quieres quedate aquí hablando con tu amigo.

-Está bien, no te tardes.-Charles se fue.

-Hay un café por aquí cerca. Vamos, te invito a uno y hablamos.-Asintió y empezamos a caminar hacia el local. Ibamos uno al lado del otro, casi tocandonos, y ese casi roce me subía a las nubes.

-Bueno cuéntame. ¿Cuánto te quedas?

-Espero que para siempre, quisiera vivir aquí, Orlando siempre me ha gustado.

-¿Dónde te estás quedando?

-Charles y yo ibamos a comprar la casa donde vivíamos antes, la de Jefferson, pero alguien se adelantó, asi que hemos comprado la siguiente.-Sonreí. Hacía unos tres años yo mismo había comprado la casa en la que antes vivía Sheryl con sus padres. Seguía manteniendo su esencia. Además me quedé en su anterior cuarto, y eso era lo mas parecido a estar en la gloria.-¿Tu dónde vives?

-Jefferson, 245.

-Así que has sido tú ehh. Bueno, me alegro de tener buenos vecinos.

Seguimos hablando largo rato. Mi jefe ya me había hecho varias llamadas, ninguna de ellas las contesté. Era mas importante el reencuentro con Sheryl que ese asqueroso trabajo.

-Gracias por traerme, V.-Dijo cuando aparqué delante de su casa.

-No hay problema, preciosa, para algo están los vecinos.

-No eres solo mi vecino, V. Eres mi mejor amigo.- "Ojalá fuera mas que eso" pensé.

Entré en mi casa y por una vez en el día contesté la llamada de mi jefe.

-¿Por qué demonios no estás aquí trabajando?-Preguntó gritando.

-Estaba ocupado Antonio.

-Te quiero aquí ¡Ya!

-No. Y vete buscando otro trabajador por que NO VUELVO.-Y con toda la energía de mi cuerpo colgué.