Capítulo 22

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-¿Por qué no me avisaste?- me preguntó Víctor cuando llegué a la casa. Lo abracé por el cuello y él me agarró por la cintura.

-Quería darte una sorpresa.

-Lo hiciste. Aunque es un poco triste que estés aquí porque perdiste el trabajo.

-Ya bueno. Dejemos el tema a parte. Tenemos que recuperar tres meses en una noche.

-A sus ordenes inspectora.-Sonreí y lo besé. Me cogio en brazos y subió conmigo hacia el cuarto. Caimos en la cama aún sin separar los labios. Y en pocos minutos ya no había prenda que nos separara.

Me desperté al día siguiente gracias al ligero cosquilleo que comencé a sentir en   uno de mis brazos. Abrí poco a poco los ojos.

-No quería despertarte.-Dijo apenado. Me incorporé un poco y le di un beso que él recibió con gusto.

-¿Que hora es?

-Las dos.-Dios, habiamos dormido muchisimo.-¿Tienes trabajo hoy?

-No. Tengo un mes de suspensión mientras se hacen todos los tramites para mi traslado.-Víctor sonrió de jna manera que a mi me llegó a dar hasta miedo.-¿Qué tramas?-Simplemente se encogió de hombros y sonrió.  Me levanté. -Voy a darme una ducha.-Le di un corto beso y me metí en el baño. Abrí la llave, esperé a que el agua se calenyara lo suficiente y entré. No se cuánto tiempo llevaba metida en la ducha cuando tocaron la puerta.

-Pasa.-Dije sabiendo perfectamente que era Víctor.

-Tengo que salir a comprar cosas para la casa. Intentaré no tardar mucho.

-Ve tranquilo.-Cerró de nuevo la puerta y segundos después oí que arrancaba el coche. Salí al cuarto envuelta en una toalla y sonreí al ver lo que Víctor había dejado encima de la cama: Mi vestido azul claro, su favorito, una rosa y una nota. Me acerqué a la cama aún con una sonrisa que me recorría la cara entera. Cogi la nota, decía: Paso por ti a las 6. Y no tenía mas que una V como firma. Miré el reloj que Víctor tenía encima de la mesita de noche, las tres y media. Bajé a la cocina a comer algo, luego subí otra vez y me empecé a arreglar.

Cuando terminé habian dado las cinco y media pasadas.

Oí como Víctor aparcaba el carro y subí al cuarto a por el bolso.

-Amor ya estoy en casa. ¿Sheryl?-Bajé poco a poco las escaleras. Si dijera que Víctor se quedó embobado me quedaría corta. Sonreí abiertamente. Terminé de bajar y le di un beso.

-Me alegra que después de todo siga teniendo este efecto en ti.-Susurré. Rió por lo bajo y me condujo al coche.

-¿Dónde vamos?-Pregunté después de media hora de viaje.

-Ya lo verás.-Quince minutos después vi un cartel que decía: Cocoa Beach.

-¿La playa?-Él solamente sonrió. Llegamos.-Ponte esto.-Me pasó un pañuelo. Lo miré raro.-Tápate los ojos.-Lo hice. Victor me ayudó a bajar del coche.-Quítate los zapatos. Se te pueden dañar con la arena.-Me los quité y pisé la arena cálida. Andamos al rededor de cinco minutos. Víctor dejó de caminar y me quitó la venda de la cara. Casi lloró al ver lo que había hecho. Un camino de petalos y velas terminado en un corazón con una mesa en el centro y mas velas.

-¿Qué te parece?-Me preguntó.

-Es...hermoso.-Dije, y un instante después le di un beso.

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