Capítulo 24

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No se exactamente porque estaba tan nervioso. Bueno, a lo mejor era porque ese día me casaba o quizá porque llevaba sin ver a mi futura esposa al rededor de veinticuatro horas. Aquella noche me quedé a dormir en casa de mis padres para no tener la tentación de ver a Sheryl  con el vestido puesto antes de tiempo. Mamá había ido desde temprano para ayudar a Amber con Sheryl. Tenía tantas ganas de verla que no se cómo logré vestirme adecuadamente. Mi padre entró al cuarto y sonrió.

-Eres muy torpe ¿sabías?

-El día en que decirme torpe me ayude con la corbata acabará el hambre en el mundo papá.

-Ja ja ja. Anda niño de papá.  Ven a que te ayude.-Me acerqué a él. Me abrochó correctamente la corbata. Me miró y sonrió.-Hace tan poquito eras del tamaño de mi brazo.... y mirate... a punto de casarte. Desde siempre supe que amabas a Sheryl. Siempre la has amado y esos son los amores que duran para siempre, tu solo encargate de que valga la pena luchar por seguir.

-Lo haré papá,  lo haré.-Sonreimos a la vez.-¿Te puedo pedir algo papá?

-Claro hijo.

-Dame la bendición.  No lo haces desde hace mucho, quiero que lo hagas hoy.

-Claro que si hijo.-Me echó la bendición.-Dios te bendiga hijo mio. Hoy y siempre.

*Sheryl*

Faltaban dos horas y media para la boda. Iba a ser en la playa, asi que mi vestido no era realmente largo, tampoco llevaría tacones. Iba a ser una boda sencilla. Con las personas mas cercanas y nada más.  Anita estaba en casa ayudandome con todo, Amber también estaba allí pero digamos que ella estaba mas nerviosa que yo.

-Ya Amber, como no te calmes no me vas a peinar bien.

-Lo siento... esque... estas tan hermosa.

-Gracias enana.  Ahora apurate que llegamos tarde.

-Sheryl calmate. Amber, termina los rizos y ya. McCalister estará aquí en media hora.-Respiré profundo. Media hora después McCalister estaba aparcando delante de la casa. Bajamos las escaleras y Anita abrió la puerta. McCalister se me quedó mirando.

-Uooo. La novia mas bonita que he visto nunca.

-No vale hacer bromas.

-Dios mujer. Un poco de calma no le vendría mal a tu cuerpo.-Sonreí.

-Lo siento. Estoy nerviosa.

-Ya se ve. Anda vamos. Su carruaje le espera señorita.-Amber, Anita, McCalister y yo nos dirigimos al coche. Amber se sentó conmigo en la parte de atrás.  El viaje sinceramente se me hizo eterno, a pesar de que no era mas que una hora. El lugar estaba hermosamente decorado. Flores blancas y rojas adornaban las sillas y el arco del fondo. Era simplemente hermoso. Todos los invitados estaban allí. Víctor tambien estaba allí, estaba guapísimo,  llevaba un traje negro con una corbata roja. Carlos y Javier, nuestros padrinos de boda, iban igual a Víctor,  pero sin la corbata. Amber iba a ser la madrina, ella iba con un vestido color pastel muy parecido al mío. McCalister me ayudó a bajar del carro. En ese momento la musiquilla de boda empezó a sonar y del brazo del hombre al que consideraba como mi padre me dirigí al altar.

*Víctor*

Miré al frente nada mas empezó a sonar la música.  Estaba hermosa. El vestido que llevaba dejaba ver una de sus piernas casi completamente. Iba del brazo de McCalister y me sonreía. Me parecía casi un sueño que eso estuviera pasando. Tantos años deseandolo y ahi estaba, se estaba cumpliendo. Llegaron a donde estaba yo y McCalister se fue a sentar.

El padre comenzó a hablar.

-Estamos todos aquí para presenciar el enlace entre Sheryl Dayana Rubio Rojas y Víctor Antonio Drija Vivas.-Y siguió hablando. La verdad lo unico realmente importante de las bodas eran los votos. Cuando el padre los pidió Sheryl fue la primera en hablar.

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