Capítulo 10: "Eres arte Megan Sheppard"

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Domingo, 12 de abril de 2018.

M E G A N

—Meg, necesito que me ayudes con un proyecto de fotografía antes de ir a la competencia—pide Calvin en la puerta de mi habitación. Me cambio la ropa porque él lo pide y bajo con él hacia el jardín—. Solo posa y yo capturo el mejor ángulo.

—¿De qué es el proyecto?

—Tenemos que fotografiar a la persona más bella que conozcamos—suelta Calvin con naturalidad.

Paro de posar por aquel comentario.

—Wow—quedo sin palabras— ¿Es en serio?

A pesar de que mi autoestima está siendo reconstruida, comentarios así son difíciles de digerir.

—Si—suelta su cámara y se acerca a mí. Suavemente acaricia mi rostro—. Eres arte Megan Sheppard—se acerca lo suficiente para que sus puntas onduladas acaricien mi rostro.

Inconscientemente busco cualquier señal de diversión o burla y no encuentro ninguna. Solo veo sentimientos mezclados ¿Deseo?, ¿Atracción?, ¿Amor?, ¿Admiración? Mi pasmo no me permite concentrarme.

—Tú también eres arte Calvin Hall—¿Eso salió de mi boca?

Ante mi comentario sus suaves labios se posan en mi frente. Suelto un suspiro por mi ensalada variada de sentimientos. Estamos tan cerca que escucho sus agitados latidos.

Me pregunto si los míos están iguales. Cuesta pensar en muchas cosas a la vez y en este momento mi mente solo repite dulcemente: Calvin, Calvin, Oh dulce Calvin bésame. Este último pensamiento está orquestado por mis alocadas hormonas.

Como si hubiera escuchado mis silenciosas plegarias baja aquel beso hacia la parte superior de mi mejilla. Repite su movimiento en la otra mejilla. Sus manos están cubriendo mi cara, la lentitud en la que besa mis mejillas es un dulce tormento.

Se separa un poco dejando a mi cuerpo desolado. Esto solo lo hace para atacar mis labios. Nuestros labios se tocan y tocan, no parecen dejar de tocarse. Nuestras lenguas empiezan a jugar de una manera infantil como si fueran dos niños peleando de manera pacífica. Al separarnos por busca de aire ante el calor del momento sus ojos solo desprenden lujuria y nuestros cuerpos fuego.

Respiro. Su aliento es mentolado. Baja sus manos de mi cara redirigiéndolas hacia la parte interior de mi camisa tocando mi desnuda espalda. El toque de sus manos provocan inaudibles suspiros. Sin descanso Calvin vuelve a atacar mis labios, como un reflejo mis piernas rodean su cintura.

—¡Michael! —grita mi antes callada conciencia

—No es nada de nosotras. El chico es igual de complicado que nosotras, eso no funcionaría— argumentan mis hormonas.

—¡Megan! —grita ¿Debby?

Todo se vuelve oscuro y confuso. Mi cuerpo está moviéndose. Mis ojos se abren y ahí caigo en cuenta de que aquella problemática escena que mis lujuriosas hormonas disfrutaron tanto era un sueño.

—Estoy despierta—gruño

—Debes arreglarte rápido porque hay que desayunar e ir directo a la competencia. Que por cierto comienza en dos horas.

Reacia a apartarme de la cama me quedo unos segundos más solo para escuchar otro grito de Debby esta vez dirigido a la durmiente Olivia. Arrastro mis pies hacia el baño donde con agua fría trato de despertar y quitar la seca baba de mi cara. Lavo mis dientes para después salir a buscar la ropa del equipo y volver a adentrarme al baño.

¡¿ELLA ES MI ENTRENADORA?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora