Madrugada del Jueves, 28 de junio del 2018.
M I C H A E L
Me siento devastado, arruinado, estúpido. No sé si esas son las palabras para describir realmente lo que siento. Mi cerebro se desconectó de mis emociones y crear esa conexión otra vez es realmente difícil. Vuelvo a mi cuarto de la misma manera que salí y adopto la misma posición en la que estaba Megan.
"—Escucha seguramente va a llegar alguien que va a alborotarte todo nada más cuando la veas y que cuando la conozcas pondrá tu mundo en completo orden.
—¿No tendría que ser de cabezas? —pregunté y un golpe con su bastón impactó en mi frente.
El canoso me miró de manera severa y contestó.
—No. Alguien que desordena tu mundo es alguien pasajero, un turista emocional como los que le gusta buscar a los de tu edad—reprocha—, La persona que te ayude a darle unos toques de paz a tu vida no es una chica que podrás olvidar, al menos no fácilmente.
Vaya que odiaba cuando aquellos dos seres lograban ser cómplices y contradecirme en un debate que siempre perdería.
— ¿Y si yo no estoy interesado en decirle lo que siento?
—¿De qué te sirve sentir, si no lo puedes expresar? —cuestiona Abby volviendo a integrarse a la conversación"
Quedo mirando el desgastado techo de mi habitación hasta que oigo que alguien toca la puerta, con velocidad me cambio de posición tirándome a mi cama y arropándome con la sabana. Se abre la puerta y cierro los ojos. Mi cama se hunde del lado derecho.
—Sofie, ¿Qué haces despierta a esta hora? —pregunto abriendo los ojos viendo la desordenada cabellera castaña de mi hermana cayendo en su cara.
—Michael, ¿Qué haces despierto a esta hora? —repite alzando una ceja.
La miro atentamente. Es mi hermana pequeña, pero sé que ha madurado lo suficiente para contarle lo que pasó con Megan. Le cuento todo omitiendo el beso que nos dimos en la casa y las conversaciones en la madrugada que son confidenciales.
—Eres un idiota—murmura al final de la historia.
—Lo sé.
—Ella es astuta, comparten algo importante.
—¿Que?
—Los dos le tiene miedo al miedo mismo.
—Todo esto me hace pensar en ellos y aún duele Sofie, aún duele—confesé.
—Creo que siempre va a doler—concuerda entiendo mi dolor.
—Eso apesta.
—Supongo que en un algún momento dolerá menos—se encoge de hombros pues es una teoría sobre el complicado universo—. Hablando de apestar ¿Estás seguro de que te bañaste?
La empujó alejándola de mí.
—Ve a dormir pequeña come mocos.
Se levanta de la cama y antes de irse, se despide.
—Buenas noches idiota. Si te hace sentir mejor, yo también los extraño.
Extrañar es un sentimiento que acompaña mis días notando los pequeños vacíos en mi rutina en los que antes ocupaba para hablar con ellos y escucharlos debatir, compartía con ellos parte de mi día sin pensar en lo efímera que es la vida.
M E G A N
Abro mis ojos y somnolienta reviso mi teléfono el cual marca una hora menos de la que se supone que debería levantarme. Al parecer soy tan competitiva que mi cuerpo quiere ganarle hasta a la alarma.
ESTÁS LEYENDO
¡¿ELLA ES MI ENTRENADORA?!
JugendliteraturElla está huyendo de un pasado oscuro que lo atormenta, Él se siente atraído por el tormento que ocultan sus ojos, pero sabe que no puede llegar muy lejos; Ella está fuera de sus límites. La codicia del destino los someterá a un interés mucho mayor...