Capítulo 40: Agridulce

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Antes de que empieces a leer el capítulo te aviso que hay una parte +18. No es muy explícita, peeero si a ti no te gustan este tipo de escenas te la puedes saltar y entenderás la sucesión de los hechos.

La escena está separada y es narrada por Michael. Al final de esta regresan a la narración de Megan.

¡Disfruten!

¡Disfruten! ❤

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M E G A N

Todos tienen historias con la familia de su pareja y yo no soy la excepción, la mía con la familia Royss tiene su particularidad.

No empecé con el pie derecho con la madre de Michael, a quien le dije de manera tajante que no aceptaría espiar a su hijo y a los amigos de su hijo. Desde ese momento nuestra relación se mantuvo en vacíos saludos y políticas despedidas.

Mi mente está tomando precauciones avisándole a mi cuerpo que debo tener miedo y nervios. Mantenerme tensa y atenta ante la situación que voy a vivir.

Es solo una cena, es sentarse, hablar y comer. Eso es lo que repito momentos antes de entrar en el restaurante y decirle mi nombre a la persona que está en la entrada. Revisa su libro, donde confirma que, si estoy en una reservación, y por consiguiente me lleva a enfrentarme con una situación que puede salir terriblemente bien o terriblemente mal.

Michael saludándome primero con un simple beso en la mejilla baja un poco mis nervios. Lidio con mis constantes inseguridades y estar con Michael suma una nueva inseguridad de la que no estoy orgullosa, una que trato de suprimir.

¿Soy suficiente para él? Se que él es más que suficiente para mí. Yo...solo no estoy tan segura cuando hablamos de mí.

Me concentro en la acción de mis muslos tocando la fría madera de la silla para finalmente enfrentarme a la familia de Michael.

-Hola Meg-Sofie saluda con entusiasmo y con aquella pizca de expectación que siempre la acompaña.

-Hola, un gusto volver a verlos-me arrepiento de inmediato, ¿Un gusto volver a verlos?, mis nervios crean una versión formal de mí que apesta.

No es algo común que me sienta así de nerviosa. De mi padre aprendí a como suprimir mis sentimientos, lo que llevó a una pésima inteligencia emocional pero un buen control a la hora de ocultar sentimientos que no todos pueden camuflar, como la tristeza o los nervios.

La cena trascurre con el saludo de la mamá de Michael simple y para nada personalizado. Hasta pedir comida algo que para mí no es ningún problema empieza a costarme, como si pedir queso extra laminado o laminado normal fuera una decisión de vida o muerte.

No es solo una cena, para mí también es probar que encajo en la vida de Michael.

Que no soy la pieza del rompecabezas en su vida que sobra.

¡¿ELLA ES MI ENTRENADORA?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora