Al despertar Yumiko fue directo a la sala donde se sento a esperar a Aizawa. No pudo dormir la noche anterior en el intento hacerse la idea de lo que le esperaba siendo esposa de un hombre a quien no conocia.
-¿Yumi? -la Sra Harada llamo a la pelirroja.- ¿Hace cuanto estas despierta?
-Llevo unos 15 minutos. -la pelirroja miro con evidente tristeza a su madre.-
-¿Estás segura de esto? -Mika Harada se sentó a lado de su hija.- Se que dijimos que aceptabas sin antes preguntarte, pero podemos cancelar todo si no te hace feliz. Note como me miraste ayer al dejarte a solas con el.
Yumiko sabía lo que conllevaría cancelar el matrimonio con Shōta, su familia no recibiría el apoyo económico que necesitan. No quería ser la culpable de que sus padres siguieran viviendo en la miseria.
-No, no se cancelará nada. -la joven de ojos violetas abrazó a su madre.- Estoy feliz de casarme, era algo que ya tenía en vista. Solo debo de conocerlo más, todo estará bien.
La mujer mayor respondió al abrazó que su hija le daba. Aunque esta se expresara con seguridad ante su matrimonio, temía que su felicidad se viera afectada ante tal decisión.
Tras aquel emotivo momento madre e hija, alguien llamó a la puerta, era Shōta. La Sra. Hamada le dio la entrada.
-Buenos Días. Vengo para hacer los arreglos que faltan. -miro a Yumiko.- ¿Estás lista?
-Debo quitarme el pijama. -sin decir nada más se dirigió a su habitación para vestirse con ropa más adecuada.-
-¿Yumiko le comentó sobre la elección del vestido hoy en la tarde? -Preguntó Aizawa a su futura suegra.-
-¿Elección del vestido? -Mika se mostró asombrada debido a que su hija no le comenta nada acerca de eso.-
-Si ella no se lo comentó, procedo a decírselo yo mismo. -a pesar de que el azabache se expresara siempre de una manera respetuosa y demasiado formal, el tono monótono de su voz provocaba cierto escalofrío en la Sra. Harada.- A las 5pm pasaré por usted y la llevaré junto a su hija a que escoja el vestido de mi futura esposa.
La mujer albina accedió a estar lista a la hora dicha. Yumiko salió de su habitación y tras despedirse de su madre, prosiguió a arreglar los asuntos pendientes de la boda.
-No le dijiste a tu madre sobre la elección de vestido, ¿verdad? -preguntó el mayor ya estando ambos en el auto.-
-Lo olvide. -respondió sin preocupación alguna, estaba consciente de que si cualquier preparativo se atrasaba la boda también lo haría.- Tendré que elegir el vestido otro día.
-No te preocupes, yo le dije. -Harada lo miro con cierta ira.- No podemos dejar que ningún arreglo se retrase.
La futura pareja de esposos inició su viaje por la ciudad para los preparativos. El primer lugar a donde llegaron fue a un local de manteles para las mesas. El lugar era enorme, la chica ojo violeta caminaba entre enormes pasillos con diferentes estilos de manteles, observaba con detenimiento cada uno hasta que uno de estos color vino llamó su atención. Se encontraba en la parte alta de una estantería, se acercó a ella y parándose en puntillas trataba de alcanzarlo.
-¿Necesitas ayuda? -hablo Aizawa en el oído de la chica, esta se estremeció.-
La joven lo miro y frunció el ceño en son de desagrado. Estiró su mano y con ayuda de su quirk, el mantel llegó a sus manos.
-No necesito tu ayuda. -la chica se dirigió al mostrador.- Paga y vámonos.
Se hablo con el encargado sobre el pedido de manteles y salieron del local. Subieron al auto y se dirigieron a recoger las invitaciones.
-Iremos a dejar las invitaciones y más adelante iremos a comer. -comentaba Aizawa.-
Yumiko asintió. Tras recoger las invitaciones hicieron de acuerdo al plan y empezaron a entregar las invitaciones a sus allegados. Después de una hora y haber entregado la mitad de las invitaciones, Yumiko recordó a su hermano.
-Vamos con mi hermano. -dijo monótona.-
-Te llevaré, pero quiero algo a cambio. -Harada lo miro con confusión.- Bésame.
La chica se quedó en Shock. El azabache esperaba la respuesta a su petición. Se detuvieron en un señalamiento en rojo.
-Ahora que el semáforo está en alto hay tiempo. -pronunció el pálido hombre.-
La pelirroja tomó aquella proposición como muy atrevida, estaba llena de ira ante la misma.
-Si no vas a llevarme, entonces iré sola. -Bajo del auto y llevando la invitación de su hermano, camino hasta la vivienda del mismo.-
La gran ventaja era que la vivienda de su hermano era un pequeño departamento en el centro de la ciudad, así que llegar a ella no llevaría mucho tiempo. Durante el camino maldecía una y otra vez a Aizawa.
-¿Como se atreve? -refunfuñaba la joven.- ¿Y se supone que es un héroe? ¡Que se joda!
Tras haberse desahogado llegó al departamento de su hermano. Toco la puerta.
-¿Hola? -salió su hermano. Un joven alto de complexión delgada, albino, con barba de 3 días.- ¿Yumi? ¿Qué haces aquí?
-Vengó a hablar contigo. -Hikaru le dio el pase a su pequeña morada. Se sentaron en el sillón que su hermano tenía.-
-Estás de suerte. -alborotó el cabello de la pelirroja.- Hoy tengo turno nocturno, de lo contrario, no me hubieras encontrado. -suspiró.- ¿y de que querías hablar?
-Quiero hacerte una invitación. -El albino le hizo un ademán con la mano para que prosiguiera.- A mi boda.
-¡¿Vas a casarte?! -se levantó exaltado del asiento.- ¡¿Como?! ¡¿Porque?! ¡¿Con quien?! ¡Eres demasiado joven aún!
-Con un hombre llamado Aizawa. -la chica hablaba desanimada.- Mamá y Papá me dieron en matrimonio.
-¿¡No lo conoces!? -Tomo aire en busca de tranquilizarse.- ¿Porque lo hicieron?
-Ese hombre es héroe y maestro, ofreció sostener económicamente a toda la familia si me casaba con el. -Yumiko se frotaba las manos con vergüenza.-
-No lo amas, ¿verdad? -miraba desconsolado a su pequeña hermana.-
-Aprenderé a quererle. Está en mi el darles a todos ustedes una buena vida. -Su voz empezaba a quebrarse.- Si lo rechazó, papá y mamá vivirán en miseria el resto de su vida.
-¡No te puedes obligar a eso! !¿Enserio arriesgarás tu felicidad?! -la tomó por los hombros.-
-Lo haré por nuestros padres. -las lágrimas empezaban a caer.-
Su hermano cayó al suelo. Pensaba en el gran sacrificio que iba a hacer su hermana.
-Trabajaré todo el día si es necesario, pero, por favor, no lo hagas. -lloraba Hikaru en las piernas de su hermana.-
-Los arreglos están hechos. No hay vuelta atrás. -Yumiko se sentó en el suelo junto a él y lo abrazó.-
Los hermanos Harada lloraban. Alguien tocó la puerta. Hikaru se separó de su hermana y secándose las lágrimas abrió la puerta.
-¿Se me permite pasar? -Era Aizawa.-
Basada en la idea de DianaLoversYT