La chica seguía dejándose dirigir por el mayor, aun con su vestido de novia entraron al hotel, por consiguiente al cuarto donde se hospedarían esa noche. La chica llego directamente a sentarse en la cama, Aizawa, por su parte, buscaba en una caja que estaba sobre uno de los cajones dentro del cuarto algo que dejaría impactada a la joven.
-Ponte esto. -lanzo a la chica lo que se encontraba en la caja, lencería.-
La chica tomo la vestimenta y entro al baño para cambiar su vestimenta. Un conjunto rojo de encaje decoraban su cuerpo. La chica se sentía muy asustada e incomoda, sabia lo que vendría. A pesar de no ser virgen, temía hacerlo con alguien que no amaba. Antes de salir, se dio una mirada al espejo, donde simplemente suspiro decepcionada de ella misma. Abrió la puerta y se topo con la imagen de Aizawa, al parecer desnudo, cubierto en su parte inferior por las cobijas de la cama
-Que hermosa te ves. -expresó el azabache al ver a su esposa, su voz, su rostro y el bulto que se miraba en la cobija demostraban lo excitado que estaba. La chica mostraba mucha vergüenza. Para acercarla a el, le hizo una señal de que fuera a el con su dedo indice.- Anda, ven aquí.
La chica comenzó a caminar lentamente a el, al llegar a la cama, se recostó en ella de forma muy recta. Aizawa al tenerla tan cerca, comenzó a acariciar la piel de la chica, de paso daba besos por las partes desnudas de la chica.
-¿Así estas cómoda? -pregunto el mayor. La chica negó con la cabeza.- Haz lo que quieras para estar cómoda.
Al escuchar eso, la chica rápidamente se cubrió casi en su totalidad dejando solo su rostro descubierto y dando la espalda al mayor. Este se acerco a ella, la chica podía sentir el miembro erecto del mismo contra su espalda, comenzó a acariciar los pequeños pechos de su esposa, esta solo temblaba. Para mas comodidad, puso boca arriba a la chica y el se puso entre sus piernas, pegando su miembro contra la intimidad cubierta por una tela de la chica. El temblor de la chica se hizo aun mas evidente.
-¿Eres virgen? ¿Por eso tienes miedo? -pregunto Aizawa.-
La chica no sabia si serle sincera o mentirle, podría dejarla si sabia que no lo era y la ayuda se iría...
-No me molesta si no lo eres, solo dime la verdad.- dijo el azabache mientras acariciaba una de las mejillas de la chica.-
-No, no soy virgen. La perdí a los 17 con un antiguo novio que tuve. -llevo una de sus manos contra sus labios en señal de vergüenza, mientras el temblor en su cuerpo seguía.-
-¿Entonces porque tiemblas tanto? ¿No quieres hacerlo? -la voz de Aizawa se escuchaba tranquila, como si comprendiera a la chica.-
Unas lagrimas brotaron de los ojos de la chica mientras negaba con la cabeza. Aun con una erección, Aizawa dio un suspiro y salio de la cama para vestirse nuevamente.
-Perdón. -se escucho de los labios de la chica mientras ella seguía en llanto.- No puedo hacerlo.
El mayor con un pantalón deportivo rosa ya puesto, cubrió con una sabana a la chica seguido la abrazo para consolarla. La chica era un mar de lagrimas, soltando inclusive alaridos de lo horrible que se sentía, tras un rato correspondió al abrazo que el otro le daba y después de mucho tiempo, la chica se quedo dormida en esa posición, abrazando al apuesto azabache con su cabeza en el hombro del mismo. Este ultimo, la vistió con un camisón de el y la recostó en la cama, se recostó a su lado y la abrazo por la espalda, dando caricias a la cintura y rostro de la menor. Aunque hizo lo posible por no hacerle nada que la chiquilla no quisiera, el realmente se había quedado con ganas de algo mas que un abrazo.
La mañana llego, la pelirroja se despertó y pudo sentir como el hombre de negros cabellos se encontraba abrazándola. Dejo salir un profundo suspiro, se sentía cansada, su mente se sentía incluso mas pesada que ella, su cabeza era un lió completo dentro de ella, siquiera podía levantarse. Tras un largo rato "sola", su esposo despertó.
-Buenos días, Yumiko. -dijo Shota a la vez que dio un beso a la mejilla de su esposa.-
-Buenos días. -respondió la joven.-
Aizawa salio de la cama y ordeno el desayuno mediante un teléfono conectado a la gerencia del hotel.
-Te pedí unos huevos revueltos con tocino y un licuado. -dijo el azabache mientras se vestía con ropa muy a su estilo, una camisa negra con un pantalón negro y unos zapatos deportivos también negros.- Rente la habitación hasta medio día, a esa hora te pido que estés lista para salir a pasear. -El intentaría de todo por que la chica le tuviera la confianza, no solo por sexo, sino que quería que sintiera lo que el siente por ella.-
-Claro, claro, yo estaré lista. -aun era evidente lo distante que estaba con su esposo, tras lo ocurrido la noche anterior, se siente apagada, sabe que su vida no sera igual y aunque esta en sus manos el poder llevarla mas a la ligera, le es difícil obligarse a sentir algo por ese misterioso hombre que ahora debe llamar esposo.-
Tras desayunar, la chica siguió la petición del mayor y comenzó a arreglarse con el único conjunto decente que tenia, ya que debido a la economía del hogar no contaba con ropa mas "a la moda" o cara, así que lo mas lindo que tenia era un pantalón de mezclilla y una blusa de hombros descubiertos que su padre le había comprado en su ultimo cumpleaños. Termino de estar lista cerca de 30 minutos antes de la hora en que su reservación expiraría.
-Aun tenemos poco mas de 30 minutos, hay que aprovecharlos. -seguido de decir esto, el mayor se sentó al borde de la cama e hizo un movimiento que indicaba que la chica se sentara en su regazo, la chica accedió.-
La chica se sentó en las piernas del mayor dándole la espalda, el mayor comenzó a acariciar los hombros de la chica y dar pequeños besos, no paso mucho para que este le pidiera que se diera la vuelta, la tenia frente a el, le dio un beso apasionado. Quería controlarse, pero no podía, el cuerpo de la chica le hacia sentir muchas cosas. Pronto, el beso subió de intensidad y el azabache bajo sus manos al trasero de la chica, comenzó a apretarlo y a mover a la chica para poder rozar la intimidad de la chica contra la de el. Casi de inmediato, el mayor comenzó a hacer ruido de como disfrutaba lo que sucedía, Yumiko ocultaba su rostro en el hombro del mayor, fingía sus gemidos solo para satisfacer al mayor, pero realmente le daba asco lo que sucedía.
Con un movimiento, el mayor cargo a su esposa y la lanzo en la cama, se deshizo del pantalón y ropa interior de ella. Comenzó a dar besos en el estomago de la chica y estos empezaron a bajar hasta llegar a la intimidad de la chica, donde no solo dio besos, sino que también comenzó a lamer y hacer movimientos con su lengua para satisfacer a su esposa, la chica seguía fingiendo sus gemidos, mientras lagrimas salían de su rostro, solo quería que acabara.
Tras unos minutos allá abajo, el mayor vio el reloj y vio que faltaba poco para tener que desalojar la habitación, se levanto y beso a su mujer. Esta, oculto su rostro mientras volvia a vestirse, nada mas ella terminando de arreglarse, salieron del hotel para pasear por la ciudad.
Mensaje: Disculpen enserio por dejar de actualizar por tanto tiempo, la universidad y el trabajo me absorben mucho tiempo, seguire publicando con mas frecuencia