Somebody to die for © (Sherlock bbc fan fic)

3

El taxi para en frente de nosotros, Sherlock me abre la puerta para que entre primero, que caballeroso. Entro al auto y Sherlock entra detrás de mí, se sienta a mi costado y el auto comienza a andar. Más personas empiezan a transitar la gran ciudad, se abren las puertas de las tiendas, los autos aumentan en cierto tiempo, el olor a café inunda las calles, huele delicioso, claro, porque no he probado bocadillo alguno desde hace más de un día y medio. Mi estómago gruñe ligeramente pero es lo suficientemente fuerte como para que logre oírse, volteo la mirada a Sherlock de la forma más disimulada posible y veo que en su rostro hay una sonrisa divertida aunque muy pero muy pequeña con su vista puesta en mi estómago, voltea el rostro hacia la gran ciudad de Londres, volteo mi cara a otro lado y hago lo posible para no reírme y de esa manera pasa aproximadamente media hora o más de viaje, en silencio.

Ya fuera de la ciudad entrando a todo lo que es la naturaleza a lo lejos veo una casa enorme con muchas patrullas al rededor de esta, unos cuantos policías a sus alrededores. El taxi se detiene en la puerta de la casa, mejor dicho mansión, con enormes jardines, grandes ventanales, una hermosa pileta central, flores de todos los colores vistos, un hermoso acabado en la puerta de caoba. Sentado bajo el pie del umbral de la puerta, con una mirada asustada, está un hombre de unos aproximadamente veintiocho o treinta y dos años, su cabello es castaño claro, ojos color marrón, un poco regordete, parece ser un poco alto, solo un poco, está temblando y su mirada se asusta aún más, si eso es posible, cuando nos ve llegar, entonces se para y rápidamente entra en la casa.

Bajamos y Sherlock paga el taxi, nos acercamos a Lestrade que esta conversando con una mujer de cabello rulado oscuro y de tez morena, soltera y más que nada en busca de compañía, no por nada usa una falda más provocativa de lo que se necesita o al menos que se necesita para el trabajo. Nos acercamos hacia donde están y se me presenta a esa mujer con el nombre de Sally Donovan, ella me mira de una manera extraña, como si estuviera preguntándose que hago aquí, no me da buena espina. En el mismo lugar está un hombre un poco extraño, cabello negro grasoso y su cara un poco alargada, tiene un anillo de bodas pero su perfume es igual al de Donovan, muy fuerte vale aclarar.

-¿Y tú que haces aquí? - me pregunta aquella mujer con aire petulante - ¿acaso eres el remplazo de John Watson? Cuidado que si el freak espantó a uno puede llegar a espantarte a ti también - se burla.

-Donovan. - le dice Sherlock, recio, severo.

-Disculpa pero tú no eres la más indicada para decirme eso. - interrumpo y todos lo que están cerca ahora nos están mirando - Sargento Donovan, primero yo no soy el remplazo del señor Watson y segundo si así fuese preferiría ser eso antes del remplazo de una esposa. Y tercero puedo apostar todo lo que tengo a que fue con ese hombre -señalo al hombre de pelo negro grasoso.

-¿Cómo es...que tú...cómo lo sabes? - me pregunto entre anonadada y un poco furiosa.

-Es más que obvio - le respondo y ella me fulmina con la mirada al igual que el otro hombre - Observa el estado de tu muñeca, están bastante rojas y marcadas para tratarse de un brazalete, pero si para unas esposas policiales. No creo que hayas sido arrestada, menos trabajando para la policía, eso significa que ayer estabas haciendo un par de cosas indebidas con tus esposas del trabajo, eso sin mencionar el estado de tus rodillas. Y tampoco creo que compartas tu perfume con aquel hombre, eso sólo nos deja una opción. ¿Me equivoco? - le digo de una manera inocente, ella se queda callada.

-No, no te equivocas. -me responde Sherlock - Nunca se te quitan las viejas costumbres ¿no es así Donovan? - le dice a la mujer y ella aparta la mirada. Yo lo miro y él me mira, me regala una pequeña, casi indetectable sonrisa de lado. - Ahora si nos permites tenemos trabajo que hacer, Donovan a diferencia de ti y Anderson, nosotros somos requeridos. Con permiso. -le dice y entra a la casa.