Capítulo I

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Descubriendo el asilo.

Miedo, esa era la única palabra con la que Valentina Carvajal podía describir sus emociones. Aquél hospital era bastante grande, con un hermoso jardín antes de la entrada principal y las paredes pintadas de color blanco, parecía prometedor hasta que entraron y una ráfaga de viento hizo a Valentina estremecer, eso no estaba nada bien.

Por dentro todo era blanco, enfermeras con semblante serio yendo y viniendo por todas partes, eso era un error. Valentina no merecía estar ahí, pero su estúpida hermana, Eva, no podía quedarse viendo sus propios asuntos, sino que tuvo que armar un escándalo y llamar "aberración" a Valentina. Y ahora se encontraba ahí, siendo inscrita en el "Programa salvación", ese lugar de salvación no tenía nada.

— ¿Estará segura en éste lugar? — Preguntó Lucía muy preocupada por dejar a Valentina en ese espeluznante lugar

— Ella estará perfecta, señora Borges. Ahora por favor retírense para que así podamos darle una buena bienvenida y una correcta instalación a la señorita Carvajal.

Valentina suplicó con la mirada a Lucía para que no la dejase en ese lugar. Ella ya había sido enviada a otros hospitales psiquiátricos, y con una simple llamada lograba que Lucía corriera para ir a "rescatarla", pero la primera regla de ese lugar era nada de teléfonos para los internos, estaba jodida.

Mientras estaba siendo escoltada por dos enfermeras, iba desarrollando un plan para llamar la atención de Lucía y la sacara de aquel horrible lugar, pensaba que sería capaz de clavarse un lápiz en el ojo con tal de que llamasen a Lucía. El lugar era frío, tenía un olor a limpio, Valentina estaba observando cada detalle y también a los otros pacientes, quiénes parecían pérdidos, hasta asustados.

Sin siquiera darse cuenta, estaba en lo que parecía una especie de comedor, se sentó e inmediatamente le pusieron frente a ella un plato lleno de algo que parecía ser sopa de tomate por la saturada coloración roja que poseía aquel mejunje.

— Disculpe... — Intentó llamar a una de las enfermeras hasta que una mano que se posó en su brazo captó su atención. Era un joven de cabello oscuro con barba y ojos cafés.

— No las llames, sólo come — Dijo en un susurro sólo audible para Valentina.

Y en eso se percató del resto de los pacientes, quiénes parecían comer con una increíble desesperación y velocidad, como si algo malo les fuese a pasar de no hacerlo.

— No querrás llevarte un castigo, créeme — Volvió a hablar aquél joven.
Cualquiera que fuera el castigo que les imponían a los pacientes, Valentina no estaba dispuesta a averiguarlo. Y eso era sólo el comienzo.

¡Buenas buenas! Ésta es mi primera historia Juliantina, así que espero les guste, me inspiré de una novela que estoy leyendo ahora y me parecía buena idea hacer una historia de ese tipo pero con Juliana y Valentina.
Sin más qué decir, me despido
- Amy (Eimy :v)

SIN ESCAPE || Juliantina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora