En este pequeño espacio podrás encontrar 'largas' historias sobre estos dos grandes héroes que arriesgaron su vida durante la Segunda Guerra Mundial y que siempre han luchado por la justicia y la paz.
Deja volar tu imaginación y sumérgete en un mun...
STEVE ROGERS × LECTORA # DE PALABRAS:3,303 ADVERTENCIAS: Esta parte contieneSMUT. Si no se sientencómodascon el tema favor de omitir está parte. TUMBLR: probably-not-star-lord
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Ingresaste a la cocina bostezando, estabas cien por ciento lista para tomar todo el café que fuera necesario para mantenerte despierta por varios días seguidos. La noche anterior había sido una muy, muy larga en la cual no pudiste dormir casi nada, pero aun así decidiste despertarte temprano para poder ver a Steve en cuanto regresara de su carrera matutina. Cuando observaste tus alrededores tú te diste cuenta de que Steve ya se encontraba ahí recargado sobre la barra de la cocina, estaba tomando un pequeño sorbo de café y su mirada estaba fija en la ventana, era claro que estaba sumido en sus pensamientos. Él parecía un poco cansado y estaba sudado debido a los kilómetros que había ido a correr, sin embargo él aún así lucía guapísimo para haber corrido no menos de diez kilómetros. Su apretada playera se pegaba a sus músculos y sus shorts deportivos hacían que su trasero luciera increíblemente bien, por lo que sin duda alguna tenias que hacérselo saber.
"Pero bueno, qué agradable encontrar aquí a mi súper soldado favorito." Lo saludaste con una brillante sonrisa mientras te servias una taza de café.
Steve te correspondió la sonrisa. "Buenos días, T/N."
"Luces más candente de lo normal esta mañana, Rogers." Le dijiste con un tono de voz sensual a la vez que le sonreías coquetamente.
Él casi se ahoga con el café que estaba tomando al momento de escucharte decir eso, su mente ya estaba tratando de pensar en cómo responder a lo que le acababas de decir. "Bueno, yo... Yo, Uhm..."
"Estamos como a ¿38 grados o más de temperatura? Luces bastante acalorado." Él exhalo con alivio al momento en que añadiste eso, tan solo para que volvieras a jugar nuevamente con su mente cuando le guiñaste un ojo, tu sonrisa coqueta seguía plasmada en tu rostro.
"Supongo," Steve río con nerviosismo, sabía perfectamente que tus palabras no eran tan inocentes como las hacías sonar. Él realmente se veía ardiente y sexy esa mañana, pero no ibas a decirle esas palabras directamente. A ti te gustaba jugar un poco, sonrojarlo y provocarlo hasta que él quedaba completamente sin palabras. Para ti, esos momentos eran los mejores para poder admirar detenidamente a Steve, esos y también cuando estaba en su modo de Capitán América siempre diciéndote que hacer.
A decir verdad, tu dejarías que Steve Rogers hiciera contigo lo que quisiera sin importar el momento en él que se encontrará, simplemente porque él te excitaba como ningún otro hombre lo había hecho en tu vida y Steve ni siquiera lo intentaba.
"Buenos días, capipaleta." Tony dijo cuando ingresó a la cocina. "Buenos días, niña." Después se dirigió hacia ti y revolvió tu cabello.
"Buenos días, Tony." Steve respondió. Sus ojos rápidamente se desviaron hacia el pasillo. "Iré a tomar una ducha."
