Eres Cómodo.

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Retiro el algodón lentamente de su labio.

Listo -exclamó sonriente mientras cierro la tapita de este-
Gracias - me dice suavemente-

Nos quedamos callados sin saber que decir o como continuar la conversación, el ambiente se volvió incomodo de un segundo a otro, nos mirábamos con los labios rectos y una que otra vez fijabamos la vista a otros sitios, por unos minutos, a pesar del silencio ninguno se atrevió a moverse, como si le agradará la presencia del otro o no sabría como retirarse.

¿Que hora es? -dijo recostados nuevamente-
-saco mi móvil viendo la hora- las 1:32 falta demasiado...
¿Quieres irte de aquí? -dijo levantándose y mirándome fijamente-
¿Podemos? -dije incredulo-
Claro ven -se levanta tomándome de la mano haciéndome despegar del suelo de golpe casi cayendo en el camino-

Caminamos por todo el patio, mientras este se iba vaciando por cada lugar para volver a sus respectivas clases, avanzamos hasta las escaleras que parecían inundadas por personas este nos escondió en un espacio debajo, yo solo podía pensar en que en caso de temblor todos se irían como piezas de domino por aquellas escaleras...

No deber-me coloca un dedo en los labios indicando guardar silencio-

Pasan varios minutos cuando las pisadas dejan de ser frecuentes, y sólo se escuchaban una o dos máximo.

Vamos -me coje de la mano-

Subimos dos pisos hasta quedarnos entre la barrera este la sube sin problema ante mi mirada.

Ven aquí -se baja- ¿confías en mi?
Apenas te conozco... -dije-

El me mira antes de cojerme de mi cintura y elevar e hasta una altura promedio para alcanzar y forzar con mis brazos hasta quedar arriba, me subí inseguro hasta quedar con las piernas colgando de otro lado.

Bien, allá voy -el de un solo salto logra subir- sígueme

El baja rápidamente hasta quedar en el techo de algún lugar de la escuela...

Por dios eres demasiado inocente niño - dijo riendo antes de jalar uno de mis pies y agarrarme a último momento para no caer de golpe y provocar mucho ruido-

Ahora guardaras silencio como el buen niño que es -me sonríe antes de unir nuestros dedos para continuar-

Avanzamos en silencio evitando hacer ruido en el tejado, llegando al final bajamos rápidamente, gateamos al final para poder evitar que seamos vistos por las ventanas de cristal de aquella sala de clases.

Caminamos aún cojidos de la mano, yo solo dejaba que me guiará, era un completo desconocido, pero ese desconocido me salvo de un golpe más en mi corta vida.

¿Que te pareció? -me miro mientras me sonreía sin detener el paso-
La verdad... No supe que pensar tenía miedo... -dije ocultando mi rostro-
Eres demasiado... No eres bueno para mi salud chico -dijo riendo- te acabo de conocer pero tu presencia me es cómoda.
¿Gracias? -dije inseguro
No es algo que deberías de agradecer -respondió con simplicidad-
¿A donde vamos? -lo mire con ojos grandes-
A un parque ¿te gustan? -pregunto curioso-
La verdad si, de niño iba seguido -sonreí invadido por la nostalgia-
Yo también, me siento en otro aire allí -me devolvió la sonrisa-

Caminamos hasta aquel parque, no evitamos recibir miradas de distintas personas, pues estábamos en horario de clases, era curioso ver a unos chicos de una edad mayor con el uniforme y sin mochila ni útiles nada, sus claros ojos nos juzgan a simple vista pero... ¿Cual es el sentido de eso? Ellos no nos conocen, ni nosotros a ellos, ¿Porque nos basamos en un estético físico de la persona?.

¿Te incomoda que te miren así? -pregunto, pero su voz se oía ¿triste?
-asentí en silencio-
Debe ser por que eres un chico muy lindo -me dijo tratando de subir mis ánimos-
No me gusta que me digan así -dije mirando exclusivamente la acera y apretó más su mano-
Esta bien... Gatito -apretó mi mano-

Le sonreí porque el sujeto mi mano más fuerte, las miradas no se quitaban de nosotros me sentí un objeto, ¿no pueden mirar a otro lado? Pensaba una y otra vez, mire a mi lado y aquel chico estaba tranquilo y tenía mi mano con delicadeza mientras yo con la cabeza baja, decidí levantarla y darles la cara, no debían de mirarnos así, no estamos haciendo nada malo en si, después de todo ¿Quién no se a fugado del colegio? Aúnque los profesores lo consideren fuga interna a estar dos minutos más en la otra sala que no correspondía.

Llegamos -mire el parque lleno de niños y madres, hasta adultos mayores quienes estaban en pareja o con sus nietos y sonreían alegremente, un ambiente muy agradable.-

El me guio hasta un árbol con sombra, mientras yo me acomodaba el me sorprendió poniendo su cabeza en mis muslos antes de decir.

Eres Cómodo. -tapo sus ojos y gran parte de su rostro con su antebrazo yo solo sonreí-

Los silbidos de los pájaros son melodia para mis oídos, la risa de los niños divertiendose y riendo es agradable y la imagen que daba el parque cálida, nadie pensaría que algo malo sería capaz de suceder en aquel lugar tan lindo, escolares comenzaron a llegar y por la bulla añadida, el chico se levantó quedando enfrente de mi, buscando al principal de sus molestias un grupo de chicas que murmuraba entre ellas y dándose leves empujones antes de quedar en frente de nosotros.

¿Se les ofrece algo? -el chico habló con voz amable-
¿Ustedes son amigos? -pregunto una
Así es -dijo sin problema-
¿Nos podemos sentar con ustedes? -pregunto con inseguridad más que clara-
-el manteniéndose a mi frente dijo- claro, adelante

Todas se sientan alrededor nuestra son cuatro en total cada una se ve distinta son de personalidades, se distingue por su apariencia o sus ojos como me enseño el chico que tengo en frente.

El chico de aquí es lindo... -escucho un murmullo a mi derecha- tiene unos ojos grandes y brillantes

Me volví un tomate en vivo mientras trataba de buscar desesperado refugio, mire hacia distintos lados y agache la cabeza luego pensé y lo vi, si el tuvo el atrevimiento de usarme como almohada humana yo podre usarlo de refugio, pero como siempre mi timidez juega en contra imaginando su reacción o que hará, ¿y comienza a odiarme luego de esto?
Piensa, piensa, piensa, piensa, piensa.

Viste, se sonrojo, sus ojos son preciosos -levanto la vista mientras estas se sobresaltan pilladas, miro al frente y el chico sonrie burlon-

Esperaba que me dejara siento el tomate que era hasta madurar aquí mismo en quien sabe cuando tiempo pero muy al contrario, me tiro de mi nuñeca para que quedara a su frente mientras sonreia.

Mira su cabello, tan rebelde -dijo una chica-

Sin pensar me arroje a su cuerpo hundiendo mi rostro en el hueco de su mandíbula y cuello, su olor es dulce, el me abraza de la cintura antes de apegar más nuestro cuerpos y susurrar a mi oído.

Ahora eres un gato tímido -su voz me hace sentir nervioso-

Ceguera nocturna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora