Que día más alterado ayer, abrumado me recuesto en mi cama sin olvidar lo que paso en días anteriores aquel perfecto desconocido me las pagará, cierro mis ojos sumergiendome en un sueño.
¡Pero que dices! -un grito-
¿¡Puedes escucharme!? -dos gritos-
¡Estas equivocada! -tres gritos-
¡Tu me lo dijiste así! -cuatro gritos-
¡Estamos hablando de mi trabajo! -cinco gritos-
¡Estamos hablando de su futuro! -seis gritos-
¡Esta mierda no puede seguir Haci! -siete gritos-Abro mis ojos con ganas de llorar pero no puedo, no siento nada, tomo mi celular viendo la hora 8:47 a.m frotó mis manos con mi rostro sin ganas de seguir escuchando gritos en las mañanas.
¡Tu eres quien lo mima demasiado! -ocho gritos-
Me levanto mirando el suelo con la cabeza baja mientras me encierro en el baño sin saber que hacer, solo me apoyo en la puerta y me quedo allí mirando mis pies.
¡Tu eres quien lo consiente en todo! -nueve gritos-
¡Ese niño nunca aprenderá si sigues así! -diez gritos-Logro oír distintos ruidos y distinto el sonido de un vidrio quebrado y me asusto me hundo más en mi sitio aterrado las lágrimas comienzan a salir por si solas y mi cuerpo tirita, escucho solos los latidos de mi corazón ya aquellos gritos de fondo que no quiero identificar, tratando de mentirme esto se siente tan familiar de nuevo estoy solo en el baño como siempre.
¡Maldición, mira lo que hiciste! -once gritos-
¡Dejame en paz, mujer! -doce gritos-Me asusto aun más al oír esas voces que escupen llamas, me cubro los oídos desesperado de miedo y angustia, no quería oír nada, ni mucho menos ver, sentía que golpeaban mi corazón como tambor y dolía demasiado, lloraba desesperado esperando que alguien abrirse la puerta pero nadie lo hizo, nadie se atrevió, trate de calmarme pero no pude levanto mis ojos nublados por lágrimas y veo mis manos las cuales no dejaban de tiritar desesperadas como si buscarán algo y quisieran algo, siempre como la sangre se mueve por mi cuerpo creandome una incomodidad que deseaba terminar con ella.
¡¿Que harás con el, eh?! -sentía como escupia llamas de fuego-
Un silencio absorto se hizo presente, me quedé allí quieto sin saber que sentir, solo escucho el sonido de las gotas de lluvia que golpeaban el tejado, me levanto y me asomo por la ventana, observando un día grisaseo un día precioso para mi, no había prácticamente nadie en la calle, a exceptuar personas que debían de salir a su trabajo como corrían al auto para abrir la puerta y evitar mojar sus trajes osea su imagen, salgo de baño a pasos suaves mientras busco mi buzo de deportes, y me lo coloco lentamente sin importarme dejar un desorden en el armario, saco mi mochila y mi cámara fotografía donde la gustado con unos cuadernos y mi celular, bajo las escaleras rápidamente mirando mis pies topandome con una foto.
Estaba quebrada. tenía solo 8 años cuando la sacaron, recuerdo como lucharon para peinarme y que me quedara quieto, simplemente no podía era demasiado inquieto hasta el punto que me podían colocar cinta adhesiva y aun me movía, recuerdos cruzan mi cabeza pero la sonrisa se borra al pensar en lo que paso después y veo a aquel niño que desearía volver a ser y recuperar su inocencia, varios trozos del vidrio fueron esparcidos y inmediatamente pienso en serendipity ella podría tragarlo al ser tan pequeña y curiosa aún, dejo mi mochila en el sillón y camino hasta la cocina viendo a mi padre con su café tan típico de él, iría saliendo pronto al trabajo y a mi madre arreglada como siempre, ella iría igualmente ningúno se molesta en saludarme ni decirme nada, cada quien en su mundo, tomo la escoba y la pala y vuelvo al mismo sitio, al parecer ella aún no despierta lo cual agradezco, tomo la foto la cual tiene peso gracias al vidrio de al frente y veo distintos cortes a la imagen, la dejo en el mueble y recojo lo anunciado, vuelvo a la cocina botando el vidrio al basurero llamando la atención de mis padres por unos segundos.
Saldré a caminar -anuncio antes de buscar mi mochila-
¿Sabes que esta lluviendo? -habla mi madre sarcástica-
Lo sé... -respondo en voz baja y colocarme la mochila-
Qué raro eres... -rie- eres el uníco que conozco que guste salir con esta lluvia.
-asiento en silencio mientras saco mis llaves-Abro la puerta y la cierro de inmediato dejándome caer con un suspiro, mis piernas tirita pero no me impide salir, camino y camino vagando por distintos lugares hasta llegar a mi destino cruzandome con personas que huían de la lluvia y otras simplemente la ignoraban gracias al paraguas, quedo en frente de aquella construcción que no veía hace años la cual estaba bastante dañada, pero seguir siendo hermosa y arte antes mis ojos, entró con cuidado y me paseo por los pasillos hasta llegar al que deseaba es increíble como lo recuerdo a la perfeccion cada detalle de este lugar tan especial y tan bello que me trajo bonitos recuerdos Haci como experiencias, encuentro la carpeta de mi maestro que me enseñó todo.
¡No siento nada! Deja fluir tu cuerpo que las notas se adueñen de tu ritmo, la melodia de tu cuerpo, siente el dolor, la ira, la frustración. -me dijo mirándome firme-
Recuerdo cada una de sus palabras y de su alegría con mi proceso el me enseñó a no rendirme sea ante quien sea, no me rendiría si no luchaba, mis días se volvieron nublados cuando lo perdimos, recuerdo que el lugar perdió su color natural, el nos enseñó a superarnos todos los días y a demostrar nuestros sentimientos, que contemos una historia con cada movimiento de nuestro cuerpo. Siempre aprecie conexión que tenía con cada uno de nosotros como nos conocía y nos leía a simple vista, sabía cuando estabamos tristes y sólo deseábamos llorar desesperados a pesar de ser solo niños, el fue mejor apoyo que cualquiera de los padres que estuviera presente a los cuales sólo la imagen y futuro de sus hijos valía.
Escuchen, ustedes saben que lo que más me importa son sus sentimientos, no me interesa si no quieren algo o no les agrada porque se los dicen así, quiero saber lo que ustedes sienten y piensan, varios de ustedes muestran una capacidad magnífica hacia sus movimientos y sus sentimientos, cuentan una historia, son sólo niños ahora pero algunos cuentan el odio, la frustración, la superación, todos tienen algo que contar una historia la cual desean hablar con sus movimientos de cuerpo tal pluma sean, algunos bailan en una nube otros en una tierra y algunos en fuego. - dijo mirándonos a cada uno de los presentes- imaginenlo sólo importara lo que aman y les apasiona, el pasado será una oprecion junto al recuerdo pero nunca dejen que impida avanzar su futuro.
Sonrió recordarndolo allí de pie en el centro de todos, simpre con una sonrisa, animandonos a más, creyendo en nosotros y confiando ciegamente y no sabía lo feliz que nos hacía que hiciera eso, no importa si vivíamos en una mentira eramos felices y todos deseamos que fuera así, cierro mis ojos y recuerdo todo cada palabra, cada lagrima al fin valdría, comienzo a mover mi cuerpo de manera suave guiandome por los recuerdos cada movimiento suave como una pluma, cada paso como si danzara en algodón, mis ojos se aprietan cada vez más y mi respiración se torna pesada cambiando cada movimiento al de mi corazón, una calidez de inscrusta en este al ver las risas y burlas, los golpes y humillaciones, todo tenía lugar allí aunque sea un pequeño espacio, nada podía volver a salir pero como el nos dijo no debemos dejar que se interponga en nuestro futuro pero es tan torturante como un corazón roto, no se repara fácilmente.
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Ceguera nocturna.
Fiksi Remajame aterraba la oscuridad, me aterraba no poder mas allá de ella, me aterraba que todo se volviera oscuro sin previó aviso, hasta que llego él, él me enseño a ver las estrellas, me enseño a ver el cielo por más oscuro que estuviera, me enseño que hay...