Se encontraban en la cama luego de un largo día, Hernán terminaba algunos pendientes en su computadora mientras Andrei intentaba revisar sus redes sociales, sin embargo su cabeza se encontraba en otro lugar. Dejó su teléfono en su mesa de noche y se giró en la cama observando a Hernán trabajar, sus rizos caían sobre su frente mientras tecleaba y mantenía una expresión de pura concentración, su barba se veía suave y su perfil tan definido que Andrei deseaba pasar sus dedos por todo su rostro perfilando sus facciones y llenándolo de besos. Hernán había dicho algo esa tarde y no dejaba de reproducirse en su cabeza, lo que lo tenía con el corazón saltando en el pecho.
El moreno cerró el computador y lo dejó en el suelo, soltando un profundo suspiro cuando se encontró con la mirada instigadora de Andrei. Se estaba mordiendo el pulgar como hacía cada vez que estaba ansioso o quería decir algo pero no encontraba las palabras y se veía tan adorable acurrucado bajo las sábanas.
- ¿Qué pasa amor? - le preguntó aún sin dejar la posición en que se encontraba en la cama, desde su ángulo, sentado y apoyado contra el respaldar de la cama, Andrei se veía más pequeño y la sonrisa tímida que se asomaba en su rostro, le daba un aspecto casi infantil.
- Dilo - le dijo el menor mirándolo fijamente a los ojos.
- ¿Qué quieres que diga? - Hernán no terminaba de comprender a donde se dirigía Andrei, pero sus ojos reflejaban añoranza.
- Lo que dijiste hoy... en el programa...
Hernán frunció un poco el ceño hasta que la realización lo golpeó, se giró un poco sin dejar su posición y conectó su mirada con la de Andrei intentando ver más allá de una simple mirada mientras se le escapaba una sonrisa.
- Eres lo mejor que gané.
- ¿De verdad lo piensas?
- No tengo que pensarlo, estoy completamente seguro... - una amplia sonrisa se dibujó en el rostro de Andrei, las comisuras de su boca se alzaron surcando sus mejillas y haciendo aparecer esas arruguitas junto a sus ojos que lo hacían tan especial.
Andrei tomó el rostro de Hernán con una mano mientras se alzaba sobre su cuerpo para sentarse a horcajadas sobre él, el moreno lo rodeó de inmediato de la cintura con sus brazos perdiéndose en el beso que Andrei volvía cada vez más y más demandante. El castaño comenzó a descender con sus manos por su pecho hasta llegar al dobladillo de su camiseta tirando de él hasta quitársela e hizo lo mismo con la suya, mientras Hernán mantenía su mirada clavada en su blanca piel, estudiándola hasta el último rincón y adorando el perfecto contraste que hacía con su piel canela.
Volvió a unir sus labios, chocando su lengua con la de Hernán en el proceso, ambas danzando cómplices en la boca del otro, como siempre sabían hacer. El moreno sabía a menta, pero también era dulce, sabía a calma y a seguridad y a amor, sabía a Hernán y Andrei quería absorber hasta la última gota de ese sabor. Sus dedos se enredaban en sus rizos disfrutando la suavidad de su cabello, mientras Hernán enterraba sus dedos en los costados de su cintura, tirándolo más cerca, buscando más. Sus pechos fueron los siguientes en hacer contacto, una corriente eléctrica recorriendo a ambos y haciéndolos soltar un jadeo, la piel de Andrei se sentía cálida y el roce de los vellos de Hernán eran como terciopelo contra la del castaño.
El menor liberó el cabello del moreno deslizando sus manos por su cuello, hombros y brazos para luego volver a su pecho rascando suave hasta llegar a su vientre, Hernán se estremeció ante el tacto y metió sus manos dentro del pantalón del castaño tomando tu trasero y dándole un apretón, Andrei sonrió contra sus labios y se elevó con sus rodillas para ayudar a Hernán a quitarle la prenda mientras él hacía lo propio con la del moreno. Sus entrepiernas desnudas se encontraron de inmediato aumentando el calor en el interior del vientre de cada uno, Hernán volvió el beso más agresivo y el agarre en las caderas de Andrei más firme, el castaño comenzó un movimiento circular, sus miembros rozándose entre sí y quedando atrapados entre sus adbómenes. Andrei deslizó sus manos entre sus cuerpos tomando el pene de Hernán y el suyo comenzando a masturbarlos a la par, el moreno jadeó profundamente contra su boca, liberando su cadera sólo para buscar la botellita de lubricante en su cajón. Dejó caer el líquido sobre ambos miembros para que Andrei lo esparciera por toda su extensión para luego derramar un poco sobre sus dedos y dirigirlos a las entrada del menor para prepararlo. Andrei gimió profundamente al sentir los dedos de Hernán haciendo presión al abrirse camino en su interior; lentamente comenzó a embestirlo sintiendo como los músculos del menor se relajaban haciendo que se entregara por completo, buscando y yendo al encuentro de su mano.
Andrei dejó de masturbarlos y se sostuvo de los hombros de Hernán con una mano y sujetó su muñeca con la otra haciéndolo retirar sus dedos. La expresión de Andrei era una extraña mezcla de pasión y ternura en ese momento, Hernán siempre lo consideraba sensual, sobre todo en la cama; cuando estaban juntos nunca se trataba sólo de sexo, el amor que se tenían era demasiado grande para reducir su intimidad a una simple forma de satisfacción carnal, sin embargo habían ocasiones en que aquello pasaba totalmente a un segundo plano, como en ese momento, Andrei no buscaba sólo satisfacerlo, quería que sintiera por completo su amor.
- ¿Qué más dijiste? - le preguntó tomando firmemente el miembro de su novio mientras movía sus caderas y se ubicaba justo sobre él. Hernán lo miraba directo a sus ojos deseando hacerlo sentir en absoluto lo que estaba apunto de decir.
- Que te amo demasiado...
Andrei esbozó una enorme sonrisa y se deslizó hacia abajo tomando todo de Hernán en un movimiento, se quedó en esa posición disfrutando la facilidad con que su interior recibía y reconocía a Hernán. El moreno se acercó y rozó sus labios con los ajenos comenzando un beso lento, saboreando cada segundo de ese momento. Si alguien le preguntara a Hernán cuál era su sensación favorita en la vida, era lo que estaba sintiendo en ese momento, con los brazos de Andrei rodeándolo para mantenerlo cerca, sus bocas unidas mientras se encontraba profundamente clavado en su interior y sus pechos tocándose con sus corazones latiendo en sincronía.
Se mantuvieron así por unos minutos hasta que Andrei comenzó un ritmo lento y profundo, jamás dejaron la boca del otro, incluso cuando comenzaron a jadear y gemir volviéndose un enredo torpe de labios, lenguas y dientes chocando más de una vez entre sí y haciéndolos reír.
Hernán tomó con más firmeza las caderas de Andrei ayudándolo a aumentar el ritmo, la habitación alrededor de ellos había desaparecido en esa neblina de amor y placer que aparecía cada vez que estaban juntos, el menor sintió una corriente eléctrica recorrerlo desde la cabeza hasta la punta de los pies haciéndolo enterrar sus uñas en la espalda del moreno rasguñando hasta sus hombros, de seguro dejaría una marca pero su cuerpo completo estremeciéndose por la oleada de placer que lo invadía, no le permitía pensar en nada más que el aquí y ahora. Hernán empujó en su interior con más fuerza reconociendo en la expresión del castaño lo cerca que estaba de acabar, Andrei murmuraba incoherencias contra su boca gimiendo y creando la melodía más dulce que el moreno jamás había escuchado, necesitando sólo un par de estocadas más para que el castaño tocara el cielo gritando el nombre de su novio.
Andrei se desplomó sobre su cuerpo y Hernán se deslizó en la cama llevándolo consigo mientras le acariciaba la espalda y lo ayudaba a recuperar el aliento, el menor comenzó a besar su cuello moviendo su pelvis e incitándolo a continuar. Hernán lo giró dejándolo de espaldas sobre la cama y comenzó a embestirlo nuevamente, tan profundo y tan intenso como a ambos les gustaba. El castaño lo tomó de las caderas acariciando su trasero y recorriendo su espalda con la yema de sus dedos, Hernán era tan táctil como él, por lo que ese simple roce sólo lo llevaba más cerca de su clímax. Andrei envolvió sus piernas alrededor de las caderas de Hernán y contrajo su interior para hacerlo perder el control, el moreno atrapó sus labios de manera demandante y al cabo de unos segundos se liberó de manera estrepitosa en su interior. Descansó su cabeza en el pecho de Andrei besando y absorbiendo las gotas de sudor que allí se habían agolpado mientras su respiración se normalizaba y el menor lo sostenía entre sus brazos y besaba la coronilla de su cabeza.
Cuando sus músculos dejaron de sentirse como gelatina, se giró en la cama saliendo de Andrei y recostándose a su lado demasiado consciente de la gigantesca sonrisa boba que tenía en el rostro. Andrei se acurrucó a su lado alzando una pierna sobre él y abrazándose de su cuello mientras apreciaba el semblante de Hernán que reflejaba la más pura felicidad.
- Dilo otra vez - le dijo con una expresión casi infantil, Hernán carcajeó ante la pregunta, era probable que Andrei lo hiciera repetirlo mil veces, porque si bien intentaba ocultarlo, amaba los momentos cursis.
- Eres mi mejor premio...
- Y tú eres el mío, te amo muchísimo.
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Momentos
FanfictionSituaciones en la vida de pareja de Hernán y Andrei... Notas: - Generalmente cada capítulo será una historia autoconcluyente, en caso de no serlo se señalará en el título (Ej: Parte X). - Algunas historias estarán inspiradas y serán adaptadas a par...