26:
-Sus pequeñas pecas.-Pasamos el resto de la noche acostados, luego nos vestimos y nos recostamos a ver el techo de la habitación, pero esta vez en el suelo ya que en la cama había una pequeña mancha de sangre, nos reímos a carcajadas, en lo bajo, no queríamos despertar a mi padre, comparamos nuestras manos y un pensamiento vino a cabeza, uno largo y profundo que quería decirle... pero no sabía si hacerlo.
-Sabes, desearía contarte todo sobre mi, sobre las cosas que e visto y conozco, pero no tengo tiempo, mi nombre es Madeleine Zuzunaga vivo no muy lejos de aquí, o tal vez si... No sabría decirte con certeza.
-Yo... Se que debemos despedirnos en algún momento, es una lastima que no podamos seguir así juntos, pero no quiero que te vayas. No pretendo que seas de mi posesión porque se que no eres un objeto de mi propiedad, pero quiero darme el lujo de decir que quiero que seas sólo mi mujer, quiero que seas sólo mía y yo tuyo, se que eres una mujer libre que no tiene porque atender a un hombre 24/7 pero aún así quiero estar contigo, no te diré que cambies lo que te gusta hacer, comer o como te vistes, en realidad solo quiero que me veas como un hombre que te haga feliz y con el que quieras compartir momentos alocados y geniales, con el que puedas superar los momentos de tristeza y enojos, y si un día te cansas de mi y ya no quieres volver conmigo lo aceptare, dolera, dolera mucho tener que soltarte pero si eso te hace feliz lo haré porque no quiero lastimarte... -sus ojos se llenaron de brillo, un brillo que desearía ver todos los días de mi vida. Un mar lleno de estrellas que deseo ver solo en ella.
-Eres el hombre que espere siempre en mi vida. Desearía que esto no termine nunca cariño... -acarició delicadamente mi mejilla con su pequeña mano tibia-... Pero si me quedo, que podría hacer yo aquí? No tengo donde quedarme, dinero ni ropa.
-Encontraremos la solución a todo, confía en mi... - me incorpore no del todo para verla con mas fijeza, acariciando su mano que todavía permanecía en mi mejilla.
-No puedo dejar a mi hermano y a mi padre, ni mis estudios. Aun no acabo con ellos.
-Lo entiendo perfectamente -dije en un tono bajo. -Entonces quédate conmigo el resto de la noche. Por favor... -insistí al ver que dudo.
-Me quedare contigo -dijo finalmente -Eres un cursi Paxton Lee. -hizo una pequeña sonrisa.
En mi rostro se marco una media sonrisa en respuesta a la suya lo que provocó unas mejillas rojizas de su parte que rápidamente tapo con sus pequeños manos.No pude dormir esa noche. Quise marcar en mi mente cada facción, cada mínimo detalle de su rostro. Esas pequeñas pecas sobre el puente de su nariz, haciendo un recorrido variado en sus mejillas llegando escasamente hasta sus pómulos. Sus largas pestañas arqueadas de un color oscuro,su piel suave y palida como la porcelana. Era ella. La mujer que no busque y llego a mi vida sin más, caída del cielo para ser el hombre mas feliz de todos y poder hacerla feliz tan solo con una caricia.
Finalmente recoste mi mejilla sobre su cabeza la cual estaba apoyada sobre mi brazo, su brazo rodeaba mi torso en un abrazo, sí respiración era tranquila y pausada, podía sentir su corazón latir a pesar de la distancia que había entre mi oído y su pecho.
Luego de un rato mis pensamientos quedaron en blanco y no recuerdo mas nada. Me había quedado dormido. Desperté cuando una brisa fresca recorrió mi espalda y nuca. Madeleine no estaba,en su lugar había una bolsa con comida y una nota que firmaba con sus iniciales.
"Si puedes, escapa, y si no comer te dará energía, mantente estable y descansa, te veré pronto.
M.Z. "Lo había olvidado por un momento, mi padre...
Nunca debíamos tocar ese artefacto, yo sabia que algo malo anda con eso. Pero entonces ¿por qué lo tenían mis parientes...?
¿Pensaron que dejándolo en mis manos estaría a salvo?, ¿Que lo cuidaría?
Mi padre esta poseído por una criatura que no debería ser mas que un mito, y todo gracias a mi descuido.La luz del sol se filtro por la ventana entre las cortinas oscuras, saque algunos bocadillos y busque entre las cajas, alguna información que pueda servirme para poder atrapar nuevamente al espíritu poderoso que aquejaba a mi padre.
Entre libros y libros una fotografía muy vieja y en blanco y negro se cayó al suelo. No dude en tomarla había muchos hombres en ella, en una fila estaban todos sentados muy firmes mientras que en la segunda fila formaban una hilera de hombres muy bien parados. Como si fuese una fotografía familiar solo de hombres. Entre ellos un hombre muy parecido a mi, que hasta podría decir que era yo. No había fecha, no había nombres, no firmaba nada en esa imagen.
Continué con la búsqueda y ni tardo en cruzarse un pensamiento. Quizás en el diario que anteriormente había tenido en mis manos había algo, el diario donde había una imagen de Madeleine y yo juntos... Pero debía salir de mi habitación, porque el diario estaba en un estante del primer piso.
Lentamente fui acercándome a la puerta y le quite el seguro, tratando de hacer el mínimo ruido posible salí de mi habitación. Baje las escaleras con cuidado pero mi esfuerzo fue en vano. Lentamente una figura demacrada y deshalineada se fue acercando a mí.
-Tu aroma nauseabundo invade toda la casa -escupio las palabras girando levemente la cabeza hacia un lado. Dio una respiración profunda y siguió hablando -Hueles repulsivamente a mar, y ahora hueles a perro. Estuviste con tu zorra, ¿verdad?
-No hables así de ella -cerré el puño con mucho enojo pero trate de relajarme -No hables así de ella -trate de decirlo mas tranquilo esta vez aunque no lo logré.
-Eso es lo que es ella y toda su raza. Son unos malditos perros sarnoso que no entienden nada sobre el mundo. -siguió acercándose.
-Basta...
-Y tú, solo eres un maldito niño miserable que repite su destino una y otra vez siguiendo la cola de su perra. Eso fuiste siempre imbécil un estúpido niño que muere por el amor de una zorra todo el tiempo...
Le cerré la maldita boca cuando comencé a golpearlo repetidamente en el rostro. Mi cuerpo comenzaba a aumentar de temperatura, podía sentir como una energía recorría hasta la última vena de mis brazos, cuello, piernas... La ira se volvía mas grande al ver su sonrisa nauseabunda llena de sangre.
Mi cuerpo salio disparado hacia la pared de un solo golpe en el pecho por su parte, se acerco a paso firme para tomarme del cuello y dar toda mi espalda contra una meza de madera en la sala de estar, golpeo mi estomago con su pie derecho y mi espalda chocó contra un mueble el cual tenia vidrio en sus puertas, este se reventó con el impacto de mi cuerpo, me levanté como pude y de un solo golpe, aunque no llegue a tocarlo siquiera, con una fuerza contenida su cuerpo fue expulsado y rompió la pared quedando colgado dentro de ella. Me acerque y lo tomé del cuello, su risa retumbó en mis oídos, era mas que claro, es era su intención que yo lo enfrentará. Lo comprendí al minuto fugas, el ser mítico, mentiroso y burlista. Me estaba tentando, me estaba tendiendo una trampa.-No seguiré más. Vuelve al lugar del que saliste y deja a mi padre tranquilo y en paz. -le pedí con un tono amenazador, apretando los dientes. Lo solté y este cayó al suelo. Me aleje unos metros y pude oír como sus huesos tronaban, estaban rotos, pero se estaban reparando me aleje un poco mas al ver como se incorporaba y me quería enfrentar. Pude divisar la caja de metal abierta en el suelo.
Mi panorama cambio al ver con la rapidez que él que se acercaba a mi, abrí la palma de mi mano y tome fuerzas, el calor envolvió mi cuerpo como si estuviera sumergido en una capsula de agua y sintiera la presión. Envuelto en la imagen del dragón de agua, con mis ojos detallando la energía brillosa que me recorría por dentro golpee su tórax expulsando el alma de aquella criatura que inmediatamente fue consumida por la caja sellada, liberando a mi padre de todo mal.Levante a mi padre del suelo y lo fui a recostar a su recamara, no fue un gran esfuerzo para mi, es mas mi cuerpo se sentía diferente. Mas fuerte, ágil quizás, coloqué un paño húmedo en su frete luego de pasarlo por todo su rostro, luego baje para acomodar todo el desastre que habíamos causado.
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Dragón Blanco.
Science Fiction--Segunda Parte.-- Paxton es un chico cuya vida no era fácil hasta los 10 años, luego de pasar gran parte de su infancia en un orfanato una familia integrada por un hombre y una mujer lo adoptan y tiempo después le dan a su vida más alegría con el r...