Dragón Blanco.

20 -La casita del terror.-

20.
-La casta del terror.-

El tiempo de clases terminó y yo seguía en mis pensamientos, tanto que no me di cuenta que la clase ya había terminado, gurde los libros utilizados y sin darme cuenta algo quedó colgando frente a mis ojos, era mi collar.
Por instito voltee a mirar quien estaba detrás de mi y era ella, definitivamente era ella y debo admitir que se veía más bonita de cerca.

-Estas vivo. -alejó su rostro del mío, pero se sentó en la mesa de mi pupitre -Esto es tuyo -pasó el collar por mi cabeza hasta mi cuello, pero sinceramente yo no prestaba atención solo pensaba en que ella era la chica con la que había soñado siempre y con sólo saber que existía, me sorprendía y en sierta parte me asustaba un poco... -No hablas? -volteó la cara -Serán estos los efectos secundarios? -se preguntó así misma, pero de que hablaba? Cerró los ojos por unos minutos y de la nada su mano fue directo a mi pecho.

-Que, que haces? -miré su mano y luego a su rostro, para después apartar su mano de mi pecho.

-Si hablas, estaba asegurándome de que tu corazón late bien -suspiró - tienes una linda voz, porque no la presumes conmigo? Quizás... -dudo un poco -Me tienes miedo? -se rió bajo- lo siento -susurro -Te golpearon muy fuerte, estabas a punto de morir. Asique decidí salvarte... no pareces un chico malo, arriesgue tu vida, no lo voy a negar, y me disculpo por eso quizás no querías seguir en este mundo y yo te obligue a hacerlo... -ella se levantó pero, en un acto de reflejo sujete su muñeca para que no se fuera.

-Gracias -lo pensé por un momento -, en ningún momento desee morir, ahora por alguna razón, siento que debo estar contigo y no quiero que te alejes -eso definitivamente no lo pensé, eso sólo salió porque quiso -Pero, nose que eres, o quien eres, o que intenciones tienes conmigo nose si deba acercarme a ti, realmente no se que hacer -y era sierto.

-Sólo, déjame protegerte -trato de irse pero se detuvo cuando mi agarre bajo de su brazo a su mano. En realidad, yo queria ser quien la proteja, no, Yo sere quien te proteja a ti.

-Que eres? -tenía la sospecha de que era una mujer lobo al 99% y ese 1% me lo tenía que dar a entender ella.

-No puedo decirte. Al menos no ahora, sólo puedo decirte que... espera un poco mas y te diré... -lo entendía ella también tenía sus dudas, y apuesta a que tampoco sabía lo que yo era.

-Cuanto mas? -me paré de mi asiento y ahora podía verla más de cerca y de arriba, realmente me facinaba verla cerca de mi. -Cuanto mas? -ella subio su mirada ya que yo era mas alto.

-Unos... meces -susurro, parecía desconcertada por mi repentino acercaminiento -Hasta el momento, voy a estar cuidando de ti, vine a tu mundo con un objetivo... -pareció dudar -Pero, ya no estoy segura de que ese sea mi verdadero objetivo -bajo la mirada pero luego la volvió a subir -debo irme. Vas a tu casa?

-Si... -quiero saber si puedo entrar en su mente, pero, nose si deba hacerlo.

-Te acompaño. -y por primera vez la vi sonreír y no era nada comparado a mis sueños, era mejor.

-No, yo te acompaño -obvio quería saber donde vivía, tomé mi mochila y la deje caer en mi hombro.

-No, yo te acompaño. -parecía muy decidida, pero no quería discutir con ella cuando recién nos conocemos. Por sierto, nunca pregunto mi nombre... Pero, lo que realmente me preguntaba era, como iba a volver si no conocía este lugar... o quizás si lo conoce?
Minutos después salimos de la institución y debo decir que sus amigos la querian comer con la mirada y no lo digo de la manera vulgar sino, de una manera, como decirlo, Rara? Molesta? Enfadados? Aún así le reste importancia.