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Subo a dejar el paquete a mi habitación, muerdo mi uña al pensar si abrirlo o no, suspiro y doy la vuelta, lo observaré antes de dormir.
Escucho el timbre de nuevo y bajo corriendo los escalones, escucho las voces de mis padres y sonrío, les abro y beso sus mejilla.

-Hija, me da gusto verte, pero, huele algo extraño...
-¡El sartén!

Corro de nuevo hacia la cocina y observo dicho traste

-Al menos no se le hizo un hueco como la última vez

Me reprende mi madre, pero a la vez se burla de mí, solo me río y comento que se me olvidó bajarle la flama antes de ir "al baño".

Junto con mi madre terminanos de guisar la carne y cenamos como cada noche, me despido de ellos y subo a mi habitación, reviso mi celular y no hay inbox, pero si un Whatssap de un número desconocido. Me pongo mi pijama y lavo mis dientes, me aviento a mi cama nuevamente y jalo mi celular y la caja.

"No debo abrirlo, o no lo sé, tengo un poco de curiosidad"

Decido abrir el mensaje primero, mis nervios andan a flor de piel

"No me preguntes como sé tu número, y si soy Rodrigo,
Al parecer te encontré despues de tanto tiempo
No te preocupes, no me iré de nuevo, o al menos no solo
Si no mal recuerdo, te dejé un paquete, y conociéndote, no lo has abierto, no te preocupes
sólo es un regalo de mi parte, no te permitiré lo devuelvas, siempre úsalo."

Abro mis ojos sorprendida, dejo mi celular y temerosa tomo la caja, la agito un poco, pero no se oye nada, suspiro y desenvuelvo el paquete.

Si creía que no podía abrir más mis ojos, estaba completamente equivocada, saco un colgante de tres oros con dos dijes, una R y una J, lo pongo a un lado y saco una pulsera del mismo material, un celular pequeño, y, no... ni de loca me pongo eso.

"Ni hablar, es un idiota si cree que yo me pondré eso en mi dedo". Arrojo de nuevo todo dentro de la caja y al momento de tomar el celular éste vibra, asustándome y lanzando un grito algo infantil, me reprendo y lo tomo, veo una notificación de nuevo, pero antes de abrirla llaman. Lo pongo de inmediato en vibración. Cuelgan.

Regresaré por TíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora